martes, 19 de noviembre de 2024

ÚNICOS EN ALGO (20 de noviembre de 2024)

 

El Diario Montañés, 20 de noviembre de 2024

Los políticos suelen marcarse el objetivo de situar a sus representados en los primeros puestos de las clasificaciones positivas, al menos mientras no están en el poder. Tras mostrarnos la patita blanca por debajo de la puerta de las promesas, las cosas pueden cambiar porque se enfrentan a la realidad o porque la harina desaparece y nos permite apreciar el verdadero color de su pezuña ideológica. Según las palabras de los que estaban antes, el hospital de Valdecilla iba a ser el primero a escala nacional en instalar la protonterapia, pero con los de ahora dicen que los retrasos pueden llevarnos a ser de los últimos.

El funcionamiento de nuestra sanidad es preocupante. Casi al tiempo que se nos vendía un importantísimo incremento presupuestario, para demostrar la apuesta del gobierno regional por lo público, se anunciaba una huelga de ambulancias, que son de gestión «externalizada». Si esto fuera poco, la gerente de Valdecilla echó más leña al fuego declarando que las listas de espera no están bien confeccionadas porque existe una agenda «oculta» para «mantenerlas» hinchadas, y señaló como responsables a partidos políticos, sindicatos, colectivos médicos… Ni los pacientes quedaron al margen, porque dijo que a las personas en lista de espera nadie les ha preguntado «si quieren estar» o si «tenían una indicación de verdad quirúrgica para estar». Como si nos apuntaran sin más criterio que el del interés personal. Consciente de su impostura, dimitió.

En esto de la sanidad deberíamos ponernos de acuerdo siquiera en lo básico, porque destacamos en lo negativo: ocupamos los primeros puestos en cuanto a dimisiones –de segunda línea, claro– y somos únicos en cuanto a no tener helipuerto hospitalario, pese a las reiteradas promesas. Se sigue peleando como si se obviase que la rapidez (ambulancias, listas de espera reducidas, helipuertos…) también salva vidas.

martes, 12 de noviembre de 2024

INCOMUNICACIÓN (13 de noviembre de 2024)


El Diario Montañés, 13 de noviembre de 2024. Foto DM
 

Leyendo las recientes declaraciones de José Antonio González Linares rememoré la historia de aquel personaje de García Márquez que no tenía quien le escribiera. Todos los viernes, durante quince años, el coronel jubilado se había dirigido a esperar las lanchas del correo con la esperanza de que llegara la carta que documentase su pensión de veterano de la guerra civil. Pero la carta nunca llegó. La evoqué, porque tampoco le llegaron al exalcalde de San Felices de Buelna siquiera dos letras de Revilla para responder a la misiva que le había enviado el antiguo edil, darle alguna explicación y agradecerle los veintiséis años de servicio al pueblo y al partido. Por eso González Linares está dolido. Y se ha dado de baja del partido.

Supongo que ser político de largo recorrido lleva consigo avanzar pisando los cadáveres que vas dejando en el camino –en ocasiones causados por ti mismo–, algo que debería saber de primera mano quien se introduce en ese negociado.

Por otra parte, dejar de contestar a un antiguo compañero parece comprensible cuando, además de tener ochenta y un años, tu cabeza está repleta de actividades: que si recibir visitas en el despacho de gentes que vienen de lejos para hacerse una fotografía contigo, que si escribir libros y promocionarlos (que esa es otra), que si preparar los encuentros con Pablo Motos para dar bien en televisión, que si acudir a ‘Mask Singer’ para cantar y bailar dentro de un disfraz de Brócoli con el ahogo estresante que eso supone, que si asistir a los plenos… Vamos, un sinvivir.

¿Volverán a cruzarse, fuera ya de la política, los caminos González Linares y Revilla para poder fundirse en un emotivo abrazo? ¿O cerrarán definitivamente su aventura con la misma «mierda» con que finalizó García Márquez su novela?

Veremos.

martes, 5 de noviembre de 2024

EL FANGO POLÍTICO (6 de noviembre de 2024)

 

El Diario Montañés, 6 de noviembre de 2024

La reseca historia de nuestra España «abrasa con acercarse solo a mirarla», aunque se trate de inundaciones. Porque en nuestro vestuario ocupan demasiado espacio las camisas azules o rojas –que no las blancas–, siempre dispuestas a cubrirnos de un odio que parecía haberse anulado durante la transición. Los viejos nos decían a los más jóvenes que en nuestro país hubo una guerra y que había dos Españas que guardaban «el rencor de viejas deudas». Aun sabiéndolo, apostamos por una «libertad sin ira». La recuperamos, pero algunos, ahora, ajenos a nuestros afanes de entonces, pretenden recobrar la ira y el odio. Y los canalizan en las informaciones de parte de unos medios de comunicación vendidos a intereses ajenos a la verdad, y en la inmediatez traicionera de las redes, donde todo cabe sin filtros.

Hay una verdad de la que apenas se tiene noticia: tras ganar las elecciones, el gobierno valenciano de Mazón dejó la gestión de las Emergencias a Vox –puso al zorro negacionista al cuidado del gallinero de los desastres climáticos–, y tomó la medida extrema de desmantelar lo que consideró el «chiringuito» de la Unidad Valenciana de Emergencias. Lo vendieron como un éxito, aunque ahora se demuestre el error.

Milián Mestre, uno de los fundadores del PP, acaba de decir que «por cuestiones partidistas no se pueden hacer barbaridades como las que ha hecho el señor Mazón en Valencia, eliminando una unidad de protección colectiva en casos de emergencia. Es una barbaridad. Y lo digo yo, que fundé el partido del señor Mazón. Es execrable».

Por eso, cuando analicemos una visita que pudo ser más oportunista que oportuna, conviene tener en cuenta que quienes pretenden encauzar el descontento y el comprensible enfado de los perjudicados son parte importante del problema. Aunque ahora quieran embarrar a otros anulando la memoria.

martes, 29 de octubre de 2024

HABILIDAD PARA CONVENCER (30 de octubre de 2024)

 

El Diario Montañés, 30 de octubre de 2024

Quienes debían dictar sentencia frente a los diferentes criterios que mantenían Pablo Zuloaga y Susana Herrán, con respecto a los resultados de las votaciones de su partido, lo han hecho tarde y, según algunos, mal. Los seguidores de cada uno reclamaban justicia desde su particular perspectiva, pero tanto en Madrid como en Cantabria pretendían dejar la casa sin barrer. Parecían repetir el dicho bíblico: «Aparta de mí este cáliz de amargura. No se haga mi voluntad, sino la tuya». La Comisión Regional de Ética se vio forzada a intervenir y falló a favor de Zuloaga, aunque quedó la sensación de que la derrota fortalecía a los derrotados, algo que acaba de proclamar el Comité Federal de Ética al convertirlos en ganadores.

Al que sí va a cargarse un análisis retrospectivo, esta vez con el beneplácito de todos, es a Íñigo Errejón. Ahora será examinado de sus rejonazos pretéritos, porque olvidó el abecé de la habilidad seductora que, según los manuales de uso, se debe emplear con «destreza para controlar y doblegar la voluntad de los demás sin recurrir a la violencia física ni a la presión psicológica». Una cuestión de tacto. Pero, dale a Manolillo un carguillo y comprobarás cómo se las gasta en cuanto toca algún resorte de poder, si no tiene la cabeza amueblada con una ética sólida. En su caso parece que no existía otro tacto que el manual, el del manoseo y el abuso, muy alejados de la prédica de su partido, que reprobaba la fuerza de cualquier clase y no permitía dar más pasos que los refrendados por el «solo sí es sí».

Robert Green sostiene que «todas las áreas de la vida social exigen la habilidad para convencer a la gente sin ofenderla ni presionarla». Unamuno lo había certificado: «Vencer no es convencer». Errejón lo sabía. Desde otro enfoque, también deberían tomar buena nota Susana y Pablo.

 


martes, 22 de octubre de 2024

OTRA VEZ LA SANIDAD (23 de octubre de 2024)

 

El Diario Montañés, 23 de octubre de 2024

Me temo que, aunque desde la tozudez partidista algunos no quieran reconocerlo, la salud de nuestra sanidad pública es precaria. Y con esa ofuscación acérrima mal se pueden resolver sus serios problemas. Cuando se conoció la noticia de que en Cantabria habían empeorado las listas de espera hasta alcanzar las peores cifras nacionales, un diputado regional del PP manifestó que la situación de partida de la sanidad cántabra era «mala tras el Gobierno PRC-PSOE y no mejoraría en meses», pero el plan de reducción de las listas de espera del PP «ya estaba dando sus frutos» (increíble, pero verdad). También el consejero culpó al Estado, el pasado lunes, de los problemas de nuestra sanidad regional, al tiempo que negaba el caos que denunciaban la oposición y los profesionales.

Está claro que si siguen echándose las culpas unos a otros tendremos la batalla perdida, de ahí que los partidarios de la privatización de la salud se estén frotando las manos y machacándonos con anuncios de medicina y seguros privados, al ver nuestro miedo de quedar desatendidos o mal atendidos (siguen el ejemplo de las empresas de vigilancia, que han encontrado en el mantra de los okupas un maná de pánico para su expansión). El miedo es libre.

Por mi parte, siempre me he preguntado cuál será la respuesta de esos hospitales privados cuando tengan que enfrentarse a una pandemia, o cuando sus asociados sean tantos que no den abasto para atenderlos, y cuál la reacción de las empresas de seguridad si, por ejemplo, suenan mil alarmas en el mismo instante.

No soy político (el apellido Herrán que copa los titulares no es el mío) ni tengo la solución, pero sí la certeza de que estamos obligados a cuidar de lo público. Porque, le pese a quien le pese, es de todos.

martes, 15 de octubre de 2024

EL PODER MEDIÁTICO (16 de octubre de 2024)

 

El Diario Montañés, 16 de octubre de 2024

Como lo que ahora predomina es el espectáculo, quedé enganchado a la televisión durante la hora y media que tardaron en dar el resultado en el documental sobre Cristóbal Colón. Y como soy hijo de esa estirpe de gentes que crecieron alabando lo nuestro (lector de libros como aquel que se titulaba ‘Cantabria, cuna de la Humanidad’), nunca perdí la esperanza de que el guion tuviese un giro final para demostrar que el navegante tenía origen cántabro. Al fin, si habíamos sido cuna del mundo terrenal –incluso «del Paraíso bíblico», localizado por el entorno de Peña Sagra–, era probable que Colón hubiese visto la luz primera en nuestro terruño. Es más, imaginé que entre las sillas que había colocadas para eliminar a los eruditos que mantenían teorías fallidas sobre su procedencia, faltaba una, reservada como sorpresa final, que colocarían con nuestra bandera regional, mientras irrumpía Revilla en el plató entre aplausos, sonaba de fondo ‘Viento del norte’ y se anunciaba que Colón era cántabro. Pero no: como demostración del enorme poder televisivo, cinco millones de espectadores se enteraron de que era judío.

Aprovechando esa capacidad mediática, nuestro consejero de sanidad intenta camuflar los problemas regionales, en general, y del hospital de Laredo, en particular, con despliegues informativos que hacen parecer que su negociado tiene actividad frenética: lo mismo adaptan jardines interiores para uso público, que logran el «hecho histórico» de que se incorporen de forma «masiva» catorce nuevos médicos. Sin embargo, muchos profesionales de ese hospital han emitido un escrito, también para los medios, manifestando su malestar sobre la situación real que soportan y el «vapuleo mediático» al que los está sometiendo con sus declaraciones, alejadas de la realidad. Quieren que se deje de florituras y aborde lo importante.

Su silla, no obstante, no parece ser de las nominadas.

martes, 8 de octubre de 2024

SOÑÉ QUE SOÑABA (9 de octubre de 2024)

 

El Diario Montañés, 9 de octubre de 2024

La semana pasada nos ha sorprendido la noticia de que cuadrillas de chavales cántabros se habían lanzado a la caza de varios palets de libros, tras volcar un camión en la rotonda de Solares y haber perdido parte de su mercancía. Al momento, sin saberse cómo, se había corrido la voz entre los jóvenes, y un buen número de ellos, ávidos de lectura, se acercaron hasta la localidad trasmerana para enriquecer el fondo de sus bibliotecas con todo lo que se pudiera aprovechar de tan valiosa carga. «No importa que algunas cubiertas estén estropeadas, o el hecho de tener ya ciertos títulos, porque hemos creado un grupo de wasap para intercambiar entre nosotros los deteriorados y los repetidos», manifestó uno de ellos, que prefirió mantener el anonimato, mientras mostraba un ejemplar de las ‘Poesías Completas’ de José Hierro, que dijo ya poseer. Cuando escuchó tal título, una chica de las que escudriñaba en un montón cercano se acercó con un volumen magníficamente ilustrado de ‘Alicia en el país de las maravillas’. «Ya disfruto de esta obra de Carroll en una edición ‘princeps’ de mi abuelo, y la he leído en numerosas ocasiones. Si no la tienes, te la puedo trocar por ese volumen de Pepe».

Quien escribía todo esto en la prensa, tras trasmitir algunos ejemplos más de solidaridad cultural entre los buscadores, a los que no dudó en denominar bibliómanos, hacía suyas las palabras de Marguerite Duras: «Robar un libro no es robar», y menos en estas circunstancias, añadía. De las estanterías de las librerías «distrajeron» ejemplares Arthur Rimbaud, Jean Genet, Francisco Umbral o Roberto Bolaños, por poner solo algunos ejemplos. Pero lo de estos chicos es una muestra palmaria de que la educación está alcanzando cotas insospechadas en nuestro país.

Tras cerrar el periódico, seguí soñando que soñaba.