martes, 29 de julio de 2025

SETECIENTOS (30 de julio de 2025)

 

El Diario Montañés, 30 de julio de 2025

Siento indignación frente a estos políticos irresponsables con falsos currículos. Existían ya títulos dudosos, expedidos por universidades privadas de desconocido prestigio, junto con una proliferación de másteres de otras universidades con mayor renombre que podían obtenerse en pocos días en un barrio de Madrid, previo pago generoso. Pero ahora, además, el historial educativo de algunos de estos caraduras aparece reforzado por titulaciones que nunca alcanzaron, aunque les venían de perlas para realzar sus méritos y demostrar que habían conseguido su puesto tras haber hincado el codo durante muchas horas de estudio, no por el dedo de sus superiores. Es la cara falsa de quienes debían estar preparados para defender la verdad. Curiosamente, al ciudadano de a pie, que tiene que desenvolverse en el escenario de una realidad mucho más exigente, esa «titulitis» no le aporta gran cosa para su futuro laboral. De hecho, hay quienes piensan que «los jóvenes van a la Universidad para conseguir títulos que no sirven de nada, y que habría sido mejor que hubiesen aprendido un oficio como fontanero o electricista». El escenario cotidiano y el político, según parece, discurren por sendas diferentes.

Yo, jubilado, no necesito mostrarle a nadie mi currículo, exiguo por otra parte. Soy un maestro que nunca ejerció, autor de unos pocos libros –aunque como editor he impulsado bastantes– y columnista de opinión en este periódico, en cuyas páginas alcanzo, con este de hoy, setecientos artículos. Una buena tarjeta de presentación.

En la edición digital mantengo unos pocos asiduos discrepantes, aunque también un grupo de seguidores más afines. Este pasado sábado me encontré con uno de ellos, Joaquín Molleda, en su restaurante de la lejana Pejanda, casa de gastronomía, alojamiento, amistad y cultura. Me sorprendió llamándome «el gran Herrán».

Elogios como este no son el resultado de ningún currículo, por inflado que esté.

martes, 22 de julio de 2025

EL VERANO NOS CONFUNDE (23 de julio de 2025)

 

El Diario Montañés, 23 de julio de 2025, Fotografía @Diario Montañés

Si continuamos de este modo, en Cantabria podemos morir de éxito. Los turistas han descubierto la calidad de nuestro clima en estos tiempos de calentamiento global y no han dudado en considerarnos una región privilegiada para huir de tórridos agobios. Y nosotros, hospitalarios como somos, los recibimos con los brazos abiertos y las agendas repletas de eventos para entretenerlos. La Semana Grande de Santander, «con más de doscientas actividades y treinta casetas de la Feria de Día», es uno de los primeros. Desde que se disparó el chupinazo, las calles respiran fiesta. Pero, como siempre hay alguien dispuesto a echarle agua al tinto de verano, ya hubo quien aprovechó para denunciar que el paisaje después de la batalla terminó devastado tras la primera noche de celebraciones, con zonas que se llenaron de «basura, bolsas, vasos de plástico, botellas, restos de comida y cierto hedor a orines»; incluso sospechan que, como en la capital todo se tapa, los tres apuñalados que registró la crónica de sucesos «dejarán de ser noticia porque el hecho no acaeció en Torrelavega».

Para más inri, en vez de resaltar la calidad de las faenas del coso santanderino –la puerta grande se abre a diario para sacar a hombros al héroe de turno–, prefieren afear la pasión que siente nuestro mocerío por la fiesta nacional, como han demostrado los jóvenes que guardaron cola durante una noche para adquirir las localidades más económicas.

Y, por si esta mala leche no fuera excesiva de por sí, hay quienes pretenden culpar a la llegada del verano de la precariedad que padecen algunos servicios básicos. Por eso aprovechan para denunciar la falta de contratación de personal en Correos o el cierre de consultorios médicos rurales, porque, según acusan, solo sabemos colocar los huevos en la cesta del estío.

¡Cómo somos!

 


lunes, 14 de julio de 2025

DESPROPÓSITOS (16 de julio de 2025)

 

El Diario Montañés, 16 de julio de 2025. Fotografía DM

Tenemos una sociedad desconcertante, capaz de realizar acciones tan dispares como en ocasiones disparatadas. Algunos jóvenes se han conjurado por las redes sociales para defecar en las piscinas, quizás porque, como decía Francisco de Quevedo, «no hay contento en esta vida / que se pueda comparar / al contento de cagar» o «no hay gusto más descansado / que después de haber cagado». Aunque supongo que en sus poemas escatológicos se refería a que lo hicieran dentro del orinal, sin enturbiarle a nadie la fiesta del agua, que es lo que está sucediendo ahora, en esta época de retos virales en la que, como dijo Boileau, «un necio encuentra siempre otro necio aún mayor que le admira».

Surge otra vertiente más espiritual, que no hace daño a nadie pero es igual de absurda. Consiste en ofrecer conciertos musicales a las plantas. Como hay disparates que se visten de arte, varias personas se acercaron esta semana a los Jardines de Pereda con tiestos para escuchar música. Incluso los más atrevidos bailaron con sus plantas, a las que, según Eugenio Ampudia, director del evento, «les gusta la música clásica y no les gusta nada el rock and roll». Hubo quien, atrapado por la fuerza de la performance, creyó ver que las plantas se meneaban de contento siguiendo el ritmo, aunque otros, más pragmáticos, achacaron tales bamboleos a las ráfagas de viento.

Suelen decir los críticos de estas posturas tan extravagantes que, al paso que vamos, la humanidad se extinguirá pronto. Los jóvenes cántabros parece que ya han tomado nota, pues desde 2008 hasta 2023 se mantienen líderes en cuanto a que la nuestra sea la región con mayor descenso de nacimientos de toda la Unión Europea. Menos mal que la población con nacionalidad extranjera sigue haciéndonos crecer. Aunque Vox no la quiera.

martes, 8 de julio de 2025

COMECABLES Y CHUPACABRAS (9 de julio de 2025)

 

El Diario Montañés, 9 de julio de 2025. Fotografía Diario Montañés


En abril publicaba este periódico que en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno habían amanecido cinco coches con los cables del ABS cortados. También un camión con las cuatro ruedas pinchadas, «todos ellos en lugares donde no existen cámaras de seguridad –según la empresa pública– o donde las que están colocadas no funcionan –según los representantes sindicales–». Pero hete aquí que, como por arte de birlibirloque, de una de esas cámaras inexistentes –o acaso fuera de una de las estropeadas, que sobre esto no hay nada escrito–, se logró recuperar una grabación en la que se podía advertir a un animalito que se desplazaba con sigilo para colocarse bajo un coche estacionado en la soledad de la noche. Lo que sucedió allí debajo nadie puede explicarlo con fundamento, porque nada se ve en la cinta. Mas, desde el campo de las suposiciones sí se podía solucionar el enigma: aquel animalito grabado por una cámara milagrosa tenía que ser, casi sin duda, el que había rumiado los cables. Además, con tan solo escribir en internet «animales que comen cables de coches», aparecen citadas las martas (en mi pueblo preferimos llamarlas garduñas). La ecuación, tratándose de un parque natural, parecía definitivamente resuelta.

Sin embargo, el comité de empresa de Cantur no se ha tragado esta versión, que es la que ofrecen los responsables de turismo del gobierno regional, y asegura que el animal que apenas se vislumbra en la cinta es un gato, por lo que, queriendo darnos gato por liebre, en realidad nos están dando «marta por gato». Aunque puedan tener razón, se equivocan reclamando un informe de la Guardia Civil. Un caso tan complejo puede superar sus capacidades. Honestamente, creo que este enigma solo puede resolverlo Iker Jiménez, perito en chupacabras y otros especímenes de la criptozoología.

martes, 1 de julio de 2025

CALOR Y LITERATURA (2 de julio de 2025)

 

El Diario Montañés, 2 de julio de 2025 (fotografía DM, Javier Cotera)

He visto al mirlo que anida en mi jardín dirigiéndose al agua de los estanques con el pico abierto por el calor, diría que agotado. Su visión trajo a mi mente imágenes de García Márquez, cuya obra repite escenas en las que los pájaros, por el bochorno del trópico, rompen «las alambreras de las ventanas para morir en los dormitorios».

Estaba celebrando un cumpleaños con un grupo familiar en el que se encontraban dos mejicanos. Habían llegado a España desde una zona de su país cercana al desierto. Amantes de la literatura, ante nuestras quejas por el calor citaron de memoria la frase con la que uno de los personajes de Juan Rulfo definió Comala: «Ustedes se quejan de vicio», dijeron con su tono dulce. «Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija». Quizás la exageración sea cierta, pero me defendí aduciendo que este año se nos había colado en Cantabria una canícula continuada que, como diría Rosalía de Castro, «enerva y rinde». Las noches son tropicales –en mi pueblo, la del domingo alcanzó 24º, con una sensación térmica de 27º– y los días se suceden superando los treinta.

Dicen las estadísticas más rigurosas que «el calor extremo nos vuelve agresivos y violentos», lo que demuestra que, aunque racionales, nuestra animalidad está sujeta al dictado de la naturaleza. Tendremos que extremar las precauciones, porque las olas de calor van a ser cada vez más continuas. Deberemos beber mucha agua, buscar las sombras y evitar las horas de mayor agresividad del sol, permaneciendo en casa bien resguardados del peligro: ya advertía un titular de este periódico de lo que pasa en Valderredible cuando se ponen los huevos al sol.

miércoles, 25 de junio de 2025

OBISPOS Y ELECCIONES (25 de junio de 2025)

 

El Diario Montañés, 25 de junio de 2025

Los tiempos han cambiado una barbaridad, y a su rebufo los de la Iglesia. Hay centenares de templos que han instalado cepillos digitales para recaudar los donativos (limosnas), que se pueden realizar en efectivo, con tarjeta o Bizum (desconozco si con límites operativos, porque la institución es perita en bulas). De esa forma no existe ningún riesgo de hurtos indeseados.

Hace unos años solo nos hablaban de la X para que la marcásemos en su casilla al hacer la declaración de la renta. Ahora algunos de sus miembros más destacados utilizan X como red social (antiguo Twitter) para comunicarse con su rebaño y compartir con él la información necesaria. Es la versión moderna de una Iglesia que se ha puesto al día.

Esta semana, con valentía e innegable vocación democrática, los obispos españoles han pedido elecciones anticipadas, sabedores de que, aun formando parte del mundo divino, nada de lo humano les es ajeno. «Que hablen los ciudadanos es un principio básico de una democracia», ha manifestado categórico Luis Argüello, portavoz de la Conferencia Episcopal, en clara demostración de que no concibe separación alguna entre la vida religiosa y la política. Así pues, no debe permanecer tranquilo el César pensando solo en sus asuntos, porque al final también son de la Iglesia, que es de Dios.

Los obispos se sienten peor tratados cuando gobierna la izquierda, que en cuanto huele poder no pierde ocasión de echarle fuego a los casos de abusos sexuales. Situaciones por las que ellos han pedido públicamente perdón. En su caso, una petición verdadera, como los besos de la española. El perdón de Sánchez apenas tiene validez, porque dicen que, aunque «humanamente sea reconocible, políticamente es irrelevante». Y para más inri no lo ha pedido en confesión, que es cuando los casos más peliagudos obtienen absoluciones definitivas.

martes, 17 de junio de 2025

YA NO HAY LADRONES BUENOS (18 de junio de 2025)

 


El Diario Montañés, 18 de junio de 2025

Los expositores de la feria del libro de Madrid recibimos recientemente un aviso que me llenó de satisfacción: el servicio de seguridad había localizado a un hombre y una mujer robando libros. La satisfacción no me la producía su descubrimiento sino el hecho de que todavía quede alguien que, aunque sea hurtando, quiera acceder a la lectura. Pero ¡ay!, mi gozo en un pozo, porque la nota aclaraba que los ladrones culturales se dirigían después a otra caseta, distinta de la rapiñada, para devolver los libros, aduciendo que los tenían repetidos, y pedir así que les reintegrasen el importe.

Ábalos, Cerdán, Koldo, y vaya a saber usted cuántos más, no robaban libros porque no los necesitaban (quizás alguno para apuntar su contabilidad en B). Que se sepa hasta ahora, presuntamente realizaban mordidas económicas a cambio de concesiones de contratos, y algunos de ellos, además, con el estilo casposo del Torrente de Segura, hablaban de mujeres como quien intercambia cromos: me «gusta más Ariadna», pero «la Carlota se enrolla que te cagas», pues, «la que tú quieras». Ladrones y putañeros.

Hasta ahora ninguno ha salido a pedir perdón siguiendo el ejemplo de san Dimas, el buen ladrón, que estando crucificado junto a Jesús «se arrepintió de sus pecados y le reconoció como Hijo de Dios, por lo que recibió la promesa de estar con él en el paraíso». Como al parecer ya no quedan ladrones buenos, tuvo que ser Sánchez, maquillado en exceso para recalcar su pesadumbre, quien pidiera perdón varias veces a la ciudadanía.

No sabemos si ese acto de contrición le alcanzará para continuar en la presidencia de la nación o, como san Dimas, obtendrá el beneficio futuro de contemplar a Dios de cerca. Que, como diría Rajoy, «no es cosa menor; dicho de otra manera, es cosa mayor».