El Diario Montañés, 3 de octubre de 2018
«Con
octubre muere en Vetusta el buen tiempo», escribe Leopoldo Alas, ‘Clarín’, en
su memorable novela ‘La Regenta’. Vetusta, como sabemos, es trasunto literario
de la capital de Asturias, tan cercana a nosotros que también podemos
aplicarnos, sin margen de error, tal previsión de muerte estival, aunque a
estas alturas del mes todavía sintamos presente el verano. El mal tiempo va a
traer bajo el brazo la necesidad de aumentar el gasto energético, si es que los
hogares quieren seguir haciendo honor a su etimología, ‘focus’, el lugar donde
se prepara el fuego, el lugar del calor. Tal gasto ahondará en una crisis sobre
la que, aunque nunca nos ha dejado, no estaba bien visto escribir, so pena de
parecerle negativo al gobierno anterior, que, según ellos, nos habían sacado
del pozo. La realidad es que cuatro millones y medio de hogares de nuestro país
van a tener menos calor este invierno porque padecen pobreza energética, aunque
sólo 700.000 tienen aprobado el nuevo bono social.
Y
aquí quería llegar, para hablar de esta España nuestra de realidades tan
distintas. Esta semana hemos tenido acceso a una información que se nos estaba
ocultando hasta ahora, la del patrimonio de nuestros responsables políticos, y
hemos constatado, como sospechábamos, que la mayor parte de ellos tienen una
situación muy confortable. Circulan por la vida por autopistas, mientras otros
lo hacen por descuidadas vías de tercer orden, pero cuando corresponde pagar el
peaje hay quien intenta evitarlo con un recibo de sociedades fantasmas. Un
atajo que respeta la ley pero sacrifica lo estético y desprecia lo ético.
No
habrá problemas de ahorro a la hora de llenar de luces nuestras calles para
anunciar la Navidad, época de alegre consumo. Será el anticipo de una primavera
que se augura de derroches ante la proximidad de las elecciones. Asistiremos
entonces a la multiplicación de los panes y los peces, a la inyección de
actividad temporal y sentiremos que todo es alegre frenesí. Luego, volveremos a
rodar al ritmo de cada cual, unos por autopistas y otros por vías descuidadas,
a media luz. Y con frío.
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