martes, 21 de octubre de 2025

DOCE CÁNTABROS ILUSOS (22 de octubre de 2025)

 


El Diario Montañés, 22 de octubre de 2025

En ocasiones, la esperanza del ser humano puede ser tan grande como su ingenuidad. Aunque compruebe que el escenario se repite año tras año, suele persistir en su ofuscación. «Quizás esta vez pueda librar la piedra y no tropezar de nuevo», se dice, antes de picar en el anzuelo. ¿O no es pecar de cándida inocencia presentar una novela al Premio Planeta, sabiendo que está concedido de antemano, tras existir un contrato con la ganadora o el ganador que lo deja todo bien atado? Pues pese a esto, que a casi todos nos parece evidente, han querido ver una luz, ciegas de ilusión, las mil trescientas veinte personas que han presentado sus novelas a la septuagésimo cuarta edición del premio, «un récord de participación». La literatura, como la lotería, sigue siendo un acto de fe.

Los que nos venimos dedicando desde hace bastantes años a este mundillo del libro sabemos que en nuestro país estamos muy cerca ya de que los escritores superen en número a los lectores, porque, a diferencia de Borges –«que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído»–, preferimos presumir de nuestras creaciones literarias, aunque para ello hayamos debido autopublicarlas. Escribir viste mucho, da prestigio en las conversaciones con los amigos –«tengo una novela entre manos», «estoy madurando un poemario»–, y no digamos lo que adorna el currículo.

He sabido que doce, de los mil trescientos veinte manuscritos enviados al Planeta, provenían de Cantabria. Un número que es casi seguro que proporcionará en el futuro a los editores regionales la posibilidad de tener entre las manos, para analizar su posible publicación, unos cuantos originales que llevarán el marchamo de «presentado al Premio Planeta».

Advierto de antemano que esa no es la mejor tarjeta de visita.


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