martes, 18 de marzo de 2025

LAS BUENAS MANERAS (19 de marzo de 2025)

 

El Diario Montañés, 19 de marzo de 2025

El funcionamiento de las redes sociales puede transmitir una idea distorsionada de lo que debe ser la democracia. Pese a que en ellas se discute de todo, la participación tiende a convertirse insoportable. Bien se trate de opiniones políticas o de discusiones deportivas –menuda semanita hemos tenido (y lo que te rondaré) intentando discernir si hubo un toque o dos en el lanzamiento del penalti atlético–, las redes tienen la propensión de convertirse en patios de gritos y descalificaciones. Falta, sin duda, una buena dosis de educación, que no se debe confundir con sumisión.

Sumisión es la que manifiestan los coros de incautos que se colocan estratégicamente detrás del líder o la lideresa en sus mítines o en sus declaraciones, mostrando apoyo incondicional a base de asentimientos que realizan al unísono para reafirmar su autoridad. Personalmente, me perturban. Son aduladores que pretenden demostrar la infalibilidad de las palabras de su predicador jefe. Góspeles de la aquiescencia, que se colocan hoy detrás de ti, y mañana vete a saber detrás de quién. Solo necesitan que el que hable sea de su cuerda y esté montado en el machito. Es un fondo que ambienta mucho. Aunque no sirva para la radio o el periódico –por la falta de imágenes en la primera; por las imágenes fijas, en el segundo–, el grupo de corifeos, a la espalda del líder o la lideresa, adorna tanto en televisión como los pantalones vaqueros con la camisa remangada que utilizan los protagonistas de los mítines de fin de semana con forzado estilismo.

Si quieren que les diga la verdad, me disgustan ambas posturas. Protestar por protestar, sin sentido ni civismo, o aplaudirlo todo con ofuscado adiestramiento suelen ser muestras evidentes de que el fanatismo prevalece sobre el criterio riguroso y comedido. Sobre el sentido común.

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