El Diario Montañés, 6 de octubre de 2021
Toda
comparación es odiosa, leemos en ‘La Celestina’ o en ‘El Quijote’, por traer el
ejemplo de dos grandes obras literarias que recogen esa frase proverbial. El
Instituto Cervantes aclara que la expresión significa que «no conviene comparar
personas o cosas entre sí, para evitar que alguna se sienta menospreciada». Pues
bien, un escritor santanderino –de esos de pajarita liberal al cuello– ha recurrido
a los villaescusanos para significar la caída de Santander en la clasificación
de la renta regional, hasta perder «la posición hegemónica de la que siempre
disfrutó» entre los demás municipios cántabros. Y ahí viene la comparación
odiosa, porque dice que «con 24.300 euros de renta disponible está en el mismo
nivel que Villaescusa». Antes de rematar: «Triste evolución». Y miren, uno que
tiene a bien ser de Villaescusa y presumir de ello, se ha sentido en cierta manera
ofendido, porque evolucionar hacia nosotros en realidad parece significar para
ese colaborador digital una involución.
Hay
otras comparaciones que simplemente son estúpidas, por absurdas. Pierden el
patrón de medida conocido por todos y recurren a semejanzas banales. Cuando ya
habíamos tomado el campo de fútbol como unidad de referencia para representar una
hectárea, llegan los sabidillos de última generación de RTVE, desdeñan tal
medida por usual y nos abruman diciendo que el volcán de Palma ha escupido una
cantidad de magma «que equivaldría a llenar las 118 hectáreas del parque del
Retiro, en Madrid, con 14 metros de lava». Con un par. No resulta extraño que algunos
hayan respondido, con el humor característico de Twitter, que lo del Retiro se
la suda (como a Leguina) y que mejor sería medirlo en Sagradas Familias, Plazas
Mayores de Salamanca o Alcazabas de Almería.
Tampoco
me hagan mucho caso. Soy de Villaescusa, y para el de la pajarita… ya se sabe.
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