martes, 21 de noviembre de 2023

ESPAÑA SE ROMPE (22 de noviembre de 2023)

 


El Diario Montañés, 22 de noviembre de 2023

Suele decir Peridis que hay zonas de Cantabria y Palencia en las que nacen más osos que niños. En Brañosera, donde los mozos andan en cantares por haberle robado las gallinas al gallinero de Rosa, se ha cerrado la taberna del pueblo, ‘La cueva del Coble’, una suerte de museo etnográfico donde cualquier objeto encontraba espacio en la anarquía de sus paredes. «Los dueños la han dejado porque han cogido un estanco en Santander», lamentaba una vecina.

Este pasado domingo, pese al buen tiempo, Brañosera era un lugar desolado sin la tasca. Es cierto que algunos nos deteníamos para visitar los restos de su iglesia románica y para contemplar el largo lienzo amarillo del bosque otoñal. Pero luego no había ningún local que nos retuviera. Por eso continuábamos la ruta, puerto arriba.

Quienes saben de esto mantienen que cuando un pueblo de pocos habitantes cierra una tasca, sus vecinos desaparecen antes que los del pueblo donde permanecen abiertas. En esas tabernas toman los viejos la parva cada mañana, y al mediodía el vino, con aceitunas de hueso, mientras evocan su dura mocedad. Y hasta ellas llegan los turistas, ávidos por reencontrarse con la comida casera y de empaparse con esas conversaciones de los paisanos, joyas auténticas de experiencia. Sin las cantinas de las poblaciones pequeñas, se apaga el soplo que mantenía con vida la incierta llama de la esperanza poblacional y de la economía.

Por eso el pleno del Congreso aprobó el 28 de marzo pasado una propuesta de ley para «garantizar la supervivencia de los bares en la España despoblada», aunque, por desgracia, no llegó a tiempo de impedir el cierre del más original de Brañosera.

Parece exagerado, pero puede ser así: la desaparición de los bares está rompiendo España antes que la amnistía. Al menos la España rural.

 

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