martes, 23 de septiembre de 2025

HOY NO ME QUIERO LEVANTAR (24 de septiembre de 2025)

 

El Diario Montañés, 24 de septiembre de 2025

Resulta que la murria que nos ataca los domingos por la tarde es un síndrome que, como exige el rigor científico, tenía su nombre correspondiente en inglés: 'sunday scaries' ('terrores del domingo'). Cuando lo supe, experimenté el mismo asombro que Jourdain, el protagonista de ‘El burgués gentilhombre’; él llevaba más de cuarenta años expresándose en prosa sin saberlo, y yo sufro los rigores dominicales hace más de sesenta años –desde que tengo uso de razón– sin nombrarlos correctamente.

Y mira que los domingos suelen comenzar bien, con un desayuno tranquilo, rememorando la prometedora tarde de los viernes, cuando teníamos por delante todos los proyectos de holganza, o la fiebre pasional del sábado noche –si todavía la edad admite ciertas licencias amatorias–. Pero a eso del atardecer, no sé qué es lo que nos pasa, que el alma comienza a capitidisminuir y surgen terrores infundados, porque no parece racional tener más miedo a un jefe que, pongamos por caso, a un oso, por mucho que el primero nos considere bolcheviques si pretendemos trabajar unas horas menos a la semana.

Yo tengo que confesar que, aun jubilado, sigo amurriándome, perdón, padeciendo ‘sunday scaries’, en los sopores vespertinos de los días festivos, previos al curro –como cuando dicen que los miembros, incluso amputados, continúan doliendo–, y los lunes me arrebujo con fuerza en las sábanas porque no me quiero levantar.

Quizás haya dado en pensar en este asunto motivado por la particularidad que tenía el pasado domingo, víspera de la entrada del otoño, con un tiempo lluvioso y gris, radicalmente distinto al veraniego, que anunciaba el regreso de nuestros responsables políticos al debate en el Parlamento de Cantabria, que ha puesto en marcha «un nuevo curso marcado por una “intensa” agenda legislativa».

¡Menuda mala tarde habrán pasado los pobres! ¡Qué faena!

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