El Diario Montañés, 20 de enero de 2016
Una abogada del estado acaba de confirmar que
Hacienda no somos todos, cosa que ya sospechábamos. También hemos sabido que, como los libros no ayudan a
triunfar –era otro eslogan–, la Seguridad Social ha decidido que los derechos
de autor sean incompatibles con las pensiones de jubilación cuando su cuantía
supere los 9.000 euros brutos anuales, porque Hacienda considera que tales
ingresos no son rentas de naturaleza laboral. La lista de perjudicados por esta
ley –que puso en marcha el gobierno de Rajoy con una mano mientras que con la
otra amparaba la amnistía fiscal– puede ser muy larga. Ahora están saliendo a la luz los primeros
afectados, algunos de los cuales, como Antonio Gamoneda, han amenazado con
dejar de publicar (no de escribir, que tal oficio es una enfermedad incurable). Esta decisión, si no se
corrige, supondrá un ataque directo a la línea de flotación de la cultura
nacional, porque en el mismo caso que los escritores se encuentran los
pintores, los músicos, los cineastas..., el mundo de la creatividad, en
definitiva.
Jubilado, pero ajeno a todo ello y a la falsa idea
de que su tiempo ya es un tiempo de reposo, anda por ahí un paisano nuestro que,
además de dirigir una Fundación cultural, se las apaña para publicar diariamente
sus viñetas en un periódico nacional, para
escribir (como novelista ha recibido un premio de narrativa histórica)
y para poner sus ideas al servicio de la sociedad. Hace años, en plena crisis
ocupacional de los ochenta, inventó las Escuelas-Taller para que los maestros
artesanos enseñaran un oficio a los jóvenes
parados. Ahora, con tasas de desocupación similares a
las de entonces, ha puesto en marcha las llamadas Lanzaderas de Empleo, lugares
a los que «un equipo de personas desempleadas acceden de forma voluntaria y,
coordinadas por un preparador, refuerzan sus competencias y colaboran en la
consecución del fin común de conseguir trabajo». Con tal iniciativa pretende colocar
en el mercado laboral a 17.000 parados en el próximo cuatrienio. Conociendo su
empuje, y las ayudas económicas que está recabando, es casi seguro que lo
logrará.
Nos toca muy de cerca. Se llama José María Pérez, «Peridis», y es un gran activista sociocultural.
Espero que la Seguridad Social, al considerarle un jubilado, no frene lo que su
corazón no logró parar este pasado otoño.
Tienes razón pero me gustaría que pusieras los libros en vertical.
ResponderEliminarEstán así para la foto...
ResponderEliminarCOMO CADA MIERCOLES MUY ACERTADO.GRACIAS
ResponderEliminarGracias a ti, Humberto
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