El Diario Montañés, 30 de marzo de 2016
Cantabria
ha estado a punto de colgar el cartel de completo esta Semana Santa, pese a que
las previsiones meteorológicas no auguraban nada bueno. El presidente Revilla
se ha mostrado muy cabreado con tales previsiones. Además, como tiene hilo
directo con los ciudadanos y lleva Cantabria en el corazón, en la cabeza y en
la suelas de los zapatos, ha podido saber que por culpa de tal desatino en los
pronósticos se han anulado muchas reservas, y puso como ejemplo las cuarenta del
parador de Santillana del Mar. Al final hizo buen tiempo casi todos los días,
pero, como nunca llueve a gusto de todos –aunque en este caso sería mejor decir
que nunca sale el sol a gusto de todos–, los comerciantes de Santander se
quedaron a verlas venir porque los turistas vascos, que se esperaban como el
agua de mayo, optaron por ocupar las terrazas antes que los comercios. Pese a
todo, la semana ha supuesto, en palabras del presidente de la Asociación de
Hostelería de Cantabria, «una inyección económica, pero sobre todo moral».
La
moral debe de ser lo único que les ha aumentado a quienes han firmado un
contrato para trabajar en estas fechas, porque parece que en Cantabria en
cuestión de trabajo sólo es definitivo lo eventual, ya que el 93,6% de los
contratos que se realizaron en 2015 fueron temporales, gran parte de ellos con
una duración inferior a cinco días. Con tales datos, y pendientes siempre del
tiempo y de la temporalidad, está claro que la industria turística no va a garantizar
por sí misma nuestro futuro; pero lo que realmente desmoraliza es que la otra
industria, la de siempre, la que teóricamente puede ofrecer puestos más seguros
y mejor remunerados, tiene aún peores cifras: el 96,26% de sus contratos nuevos
fueron eventuales.
Por
tanto, en adelante, en cada puente, en cada periodo vacacional, seguiremos
mirando al cielo para ver si, despejado, anuncia una lluvia de turistas. Y
rogaremos que no fallen nuestros vecinos vascos, que, ellos sí, tienen la
suerte de contar con un tejido industrial que les proporciona la capacidad
económica que a nosotros nos falta.
Así,
seguiremos tirando malamente.
Así es. Los telediarios cacareando que iba a llover. Y que la hostelería siga siendo la salida laboral de los jóvenes de hoy.
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