miércoles, 28 de septiembre de 2016

MUCHA CHULERÍA ES ESA (28 de septiembre de 2016)


El Diario Montañés, 28 de septiembre de 2016

Sólo por un impulso caprichoso una ciudad no puede alcanzar la capitalidad mundial del libro. Santander se había postulado para ello, pero nuestra «pequeña Atenas» ha visto como a las primeras de cambio el viento del otoño le ha arrancado las hojas al frágil librillo de su candidatura, soplándolas hacia la otra Atenas, la grande, la de verdad, y nos ha puesto en el lugar que nos corresponde. La decisión ha sido de justicia poética. Ser capital mundial del libro supone, entre otras cosas –está recogido en las bases que se deben cumplir para optar a ello–, tener unos programas de calidad que promuevan la difusión del libro, que fomenten la lectura y la industria editorial, y que impulsen la colaboración entre los principales actores del sector: autores, editores, libreros y bibliotecarios. Una simple reflexión sobre el estado de tales cuestiones en Santander –y en Cantabria– debería habernos hecho poner los pies en el suelo y retirar nuestra aspiración, aunque todas las aspiraciones sean legítimas. ¿Nos hemos preguntado cómo están las bibliotecas santanderinas, cuánto tiempo hace que no renuevan sus fondos, qué planes lectores tenemos establecidos con los colegios de la ciudad, qué relación institucional existe con las librerías y con los editores? ¿Nos hemos preguntado, en fin, cómo tratamos al libro y su entorno?
Algunos nos enteramos de la candidatura por la prensa, pero, pese a ello, decidimos prestar nuestro apoyo total cuando nos lo reclamaran. Pero nadie nos lo reclamó, y eso que personalmente, entre otros cargos de los que no tienen ningún provecho económico, presido el gremio de editores de Cantabria. Y digo yo que algo podíamos haber pintado los editores en todo este tinglado.
Empeñados en construir anillos culturales que nunca acaban de tomar forma definitiva y se estiran hasta la elíptica, en ocasiones descuidamos lo obvio. Por eso, cuando me enteré de la noticia, vino a mi cabeza una frase que rematé –cosa de tantas lecturas– con unas palabras del ‘Pascual Duarte’: ¿Con tales méritos queréis convertiros en la capital mundial del libro? «Mucha chulería es esa».

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