Hemos
sabido que Alberto Ginés consiguió el oro olímpico en escalada sin tener un
lugar adecuado para entrenar. Cuando el COI consideró ese deporte como olímpico,
en el CAR de San Cugat denunciaron que no tenían muro de velocidad para prepararse,
por lo que debían desplazarse hasta Pamplona –diez horas de viaje– para
encontrar algo parecido a lo que necesitaban. Propio de nuestro carácter, dado
a protestar a posteriori, al saberlo hemos puesto el grito en el cielo.
Por
mi parte, y no a posteriori, he reclamado en varios artículos de este rincón la
necesidad de que Cantabria tenga una piscina de 50 metros, esa que los no
iniciados en lides acuáticas llaman olímpica (mantengo que olímpica es la
piscina que ha acogido una olimpiada, como la mamá de Forrest Gump mantenía que
tonto es el que dice tonterías).
Traigo
esto a colación porque tres jóvenes nadadores de nuestra región, sin haber
entrenado apenas en vasos de tal medida, han conseguido proclamarse campeones
de España de verano en esas piscinas: los infantiles Teo del Riego, campeón de
100 y subcampeón de 200 metros espalda, y César Diego, campeón de 50 libre y
bronce de 100 mariposa; el junior Joaquín Pardo, campeón de España de 100 y 200
braza y subcampeón de 100 libre. Arropados por la también junior Elia Díaz,
bronce en 100 espalda. A todos ellos, a sus compañeros y a sus entrenadores,
les doy las gracias, porque suelen trabajar en instalaciones que apenas les ofrecen
facilidades. Y a los políticos les pido reflexión: unos, han hormigonado la que
había en la Albericia; otros, incitados por lo fácil, las inauguran con infraestructuras
propias del pasado siglo (las hay, incluso, cerradas). Y ahora las anuncian en poblaciones
a todas luces inapropiadas, pero de buena rentabilidad política.
Lo
denuncio a priori.
No hay comentarios:
Publicar un comentario