El Diario Montañés, 13 de julio de 2016
Los contratos del anterior
gobierno regional para la concesión de privatizaciones tenían una letra pequeña
que se nos va desvelando por entregas. Primero fue Valdecilla y ahora es
Cabárceno. O quizá fuese en el orden contrario, pero en ambos casos parece que
los contribuyentes –lo público– vamos a ser los paganos.
«Lo que yo caso no lo descasa ni
Dios», decía Agustín González en ‘La escopeta nacional’, representando el papel
de histriónico sacerdote preconciliar. Y es posible que el gobierno de Ignacio
Diego le dijera con la misma firmeza a los mejicanos que invirtieron en la obra
del teleférico de Cabárceno que lo que ellos dejaban atado no lo podía desatar
nadie. El concurso quedó desierto en su día, y el gobierno abrió «un
procedimiento negociado» con las empresas que
decidieron no presentarse para ver qué problemas tenían y analizar «cómo se podían
limar». Fue cuando se sacaron de la manga un contrato a la carta, y las limaduras del arreglo nos
han acabado salpicando a todos en forma de una subida generalizada de precios
para entrar en el parque. Lo curioso es que allá por 2014 el entonces consejero
Arasti aseguró en el parlamento regional que el teleférico de Cabárceno no iba a suponer «ningún coste» al visitante,
y que «reportaría ingresos a la Administración cántabra». Traiciones de la
hemeroteca, que todo lo guarda para denunciar a los que tienen la palabra
floja.
Como guarda que en 2012 los
partidos que estaban en la oposición censuraron con fuerza el cierre de la
Residencia La Pereda y dijeron que, además de desmantelar el estado de
bienestar, el gobierno de Diego pretendía especular con el terreno. Ahora que
están en el poder, y a falta de familias sirias que la ocupen, la han sacado a
subasta pública en una medida que, aunque quizá no pretenda la especulación,
resulta sospechosa porque el terreno sigue siendo, hoy como entonces, muy
apetecible para especular. Y más inquieta el hecho de que se haya puesto en
venta sin ninguna información pública.
¡Maldita hemeroteca!
Cuando leo que dicen que es para disfrute del pueblo o que no le va a costar nada al pueblo siempre me echo a temblar.
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