El Diario Montañés, 23 de noviembre de 2016
El
diseño gráfico es una de esas artes que necesita explicarse a sí misma. En cada
proyecto los diseñadores toman decisiones artísticas que luego fundamentan con profusión
de datos. No seré yo quien desprecie tales reflexiones ni dude de su
pertinencia; es más, las considero necesarias porque descubren paso a paso las
intenciones del creador. Gracias a tales aclaraciones he sabido que la línea
azul del logotipo que ha ganado el concurso que puso en marcha el gobierno
regional para actualizar su imagen corporativa representa al mar Cantábrico,
porque, llevado por mi rémora cultural, pensé que podía tratarse del río
Guadalquivir, por cuyas aguas navegó el almirante Bonifaz para liberar Sevilla.
Por
cierto, el concurso ha dado mucho que hablar en nuestro ámbito provinciano.
Tengo que conceder la razón a quienes decían que estaba mal pagado y que
abriéndose a todos los públicos despreciaba la labor profesional de los
diseñadores (quienes, dicho sea de paso, también suelen caminar por la senda
del intrusismo cuando, yendo más allá de su oficio, se atreven a publicar
libros porque identifican saber maquetar con saber editar, y no tienen pudor en
menospreciar cuantas reglas ortográficas u ortotipográficas ponen obstáculos a su
sacrosanto diseño). Pero debo protestar ante quienes durante el controvertido
concurso descalificaron profesionalmente a José Ramón Sánchez como miembro del
jurado «por no ser un diseñador». La ignorancia es madre del atrevimiento, y
quienes lo hicieron desconocían que, antes de que algunos de ellos hubieran
nacido, Sánchez había realizado ya centenares de carteles, contribuyendo,
incluso, a un cambio de gobierno en España con una campaña publicitaria
ejemplar, desde el dibujo manual, que es el germen natural de cualquier diseño.
De
todos modos, y aunque nuestro artista se retiró del jurado «por razones
personales», alguien no debió de perdonárselo y, oculto en el anonimato, el
pasado viernes publicó en la Wikipedia que José Ramón había fallecido el 15 de
noviembre de 2016. Y así estuvo veinticuatro horas, hasta que corregimos «la
información vandálica». Muerto por la maldad de algún mediocre cobarde que
durante unos minutos se erigió –cosa bastante común– en editor de falsedades.
Los libros que escriben los diseñadores hablan de diseño, y no buscan ser una obra única ni un libro de aventuras, sino simplemente informar. No se en qué publicaciones de diseño (entendiendo que las publicaciones están hechas por un diseñador y hablan de diseño) has encontrado con faltas ortográficas, pero te puedo asegurar que una persona que es capaz de estar media hora tratando de poner un cuadrado en el píxel exacto se va a tomar la libertad de revisar el texto que ha escrito, tanto con el revisor ortográfico que incorporan los programas que se usan como por cuenta propia (los diseñadores también reciben la enseñanza obligatoria).
ResponderEliminarY sobre la naturaleza de los concursos de diseño abiertos que tu defiendes se nota que no conoces la labor de los diseñadores, la formación que se precisa (al igual que cualquier otra profesión) y la cantidad de diseños fraudulentos (también llamados "copias descaradas") que se presentan en estos concursos. Cuando en un concurso de diseño se presenta gente sin conocimientos de diseño y el jurado carece de los mismos conocimientos lo más probable (y por desgracia habitual) es que la propuesta seleccionada sea la más vistosa/graciosa, sin tener en cuenta que en diseño TODO comunica y que los diseños tienen que adaptarse a una serie de parámetros de reproducción para su correcta aplicación en los diferentes soportes y formatos en los que debe aparecer, además de que no es tan fácil crear una imagen. Detrás de una imagen gráfica hay una serie de cosas a tener en cuenta, como la tipografía, las gráficas publicitarias, la forma en que se aplica la imagen a cualquier soporte como he dicho (impreso o digital, de pequeño tamaño o a una escala de varios metros)y otros aspectos que no son tan fáciles de aplicar como parece desde fuera. Un ejemplo de el "éxito" de estos concursos está en el realizado para la televisión de Castilla La Mancha. Te invito a que visites la página Brandemia, dedicada a la actualidad mundial del diseño corporativo, y leas los artículos sobre los concursos de diseño. Y termino con un refrán que creo que se puede aplicar tanto a este artículo como a los concursos de ésta índole: zapatero a tus zapatos. Un saludo.