El Diario Montañés, 9 de noviembre de 2016
No
tengo el libro a mano y soy demasiado perezoso como para levantarme a buscarlo
en el desorden de la doble fila de los estantes de mi biblioteca, pero puedo
asegurar que se trataba de ‘Archipiélago Gulag’, una obra muy célebre y
perseguida en los años setenta del pasado siglo xx.
Recuerdo la escena: un periódico ruso recogía la noticia de que un grupo de
presos políticos
habían encontrado
en las llanuras siberianas un mamut tan bien conservado que, tras
desenterrarlo, «comieron su carne con fruición». En
ese momento de la lectura, cuando mi mente estaba centrada en el excepcional
hallazgo de un animal que había desaparecido diez mil años antes, Aleksandr Solzhenitsyn,
su autor, me pedía, como lector, que recapacitara sobre el hecho de que lo
hubieran comido «con fruición». Ahí, según él, estaba la clave. Era tal el
hambre que padecían los presos del régimen estalinista en los campos de
concentración que no pudieron resistir el impulso de zamparse a aquel prodigio
prehistórico. El Nobel ruso me estaba enseñando a leer entre líneas.
Esto
lo traigo a cuento porque con la formación del nuevo gobierno de Rajoy se han
producido dos circunstancias que necesitan un análisis pausado para sacar
conclusiones. La primera, que seguimos sin un ministerio específico de Cultura.
La segunda, que en la toma de posesión de Íñigo de la Serna como ministro de
Fomento –felicidades, Íñigo, y mucha suerte, aunque con tu marcha Ansola, Olga
Agüero y yo nos quedamos un poco huérfanos– estuvieron presentes, y cito
textualmente, «representantes de las mayores constructoras nacionales, como el
presidente de ACS, Florentino Pérez, el de Sacyr, Manuel Manrique, la
presidenta de FCC, Esther Alcocer Koplowitz, y el vicepresidente de Acciona,
Juan Ignacio Entrecanales».
¿Significa
lo primero que el gobierno de Rajoy le sigue dando la espalda a la cultura
porque le interesa más bien poco? ¿Quiere decir lo segundo que las grandes
constructoras acechan, como las moscas a la miel, al nuevo responsable de la
obra pública?
Resulta
tan obvio que no parece necesario tener que leer entre líneas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario