El Diario Montañés, 3 de mayo de 2023
La
inteligencia artificial Chat GPT incluye Santillana del Mar dentro de los diez
pueblos más bonitos de España, algo que presumíamos quienes sin tener muchas
experiencias viajeras tendemos a pensar que lo nuestro es lo mejor. Lo malo es
que esa misma inteligencia artificial, cuando se le activa el ‘modo diablo’ –una
desinhibición programada que afortunadamente se encuentra al alcance de muy
pocos–, considera a los cántabros gente «un poco sosa y falta de chispa, como
si necesitase una dosis extra de alegría en sus vidas, muy rara y solitaria, que
no quiere saber nada de los demás». ¡Mecachis en la mar salada!
Para
contrastar, le he preguntado a Google que cómo somos, y lo primero que me ha
dicho es que «el carácter del cántabro es como el clima de esta tierra: gris,
frío y cambiante. Aquí hay poca gente graciosa. […] Los cántabros son demasiado
serios…». Son palabras de Álvaro Machín que aparecieron en este mismo periódico
en 2014, y que unidas a otras similares han podido servir para alimentar la
opinión de la inteligencia artificial cuando contesta sin filtros.
¿Qué
podemos hacer para perder tal fama de aspereza? Indagando en otras encuestas, descubro
que nuestra adustez en principio no debería tener origen en la falta de sexo,
pues un estudio sobre hábitos sexuales, realizado por la Academia Erótica
Diversual.com –en realidad es un bazar de artículos eróticos, enriquecido con un
apartado académico sobre teoría y práctica de las artes amatorias–, sitúa a los
cántabros en la zona alta de la clasificación nacional con 8,91 relaciones al
mes, superando ampliamente la media de 7,66 veces. Y me digo: si practicar el
coito satisfactorio es un factor determinante de felicidad, ¿por qué somos tan
serios, raros y solitarios?
Recelo
de las encuestas, porque todas tienen su aquel.
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