martes, 30 de abril de 2024

ELOGIO DEL LLORO (1 de mayo de 2024)


 El Diario Montañés, 1 de mayo de 2024 

Con independencia de cuál sea mi opinión, quiero aclarar que no pretendo dar o quitar la razón a nadie por lo que piense sobre los cinco días de reflexión que se tomó Sánchez la semana pasada. Tengo claro que las posturas de quienes estén a favor o en contra son tan irreconciliables como las de los forofos del Barcelona o el Real Madrid, que mucho tiempo después no se han puesto de acuerdo, ni se pondrán, en si el balón traspasó o no la línea de gol. Son las consecuencias de un fanatismo, que, según el cristal con que miremos, nos hace ver la misma realidad de distintas maneras.

Pero de todos los ataques que ha recibido el presidente por parte de la oposición, tengo que decir que me han molestado sobremanera los desprecios que han realizado al noble sentimiento del llanto. Ignorando, incluso, que el Nuevo Testamento muestra a Jesucristo llorando, al menos en tres ocasiones, se han lanzado a degüello contra tan exclusivo hábito humano: «A la política se viene llorado de casa», «A llorar a la lloriquería», «Dale un chupete y dejará de llorar», «El vodevil del llorón» … Demasiados ataques con similar sonsonete.

¿Pretendían reivindicar con ellos la figura política de un macho hispano, ajeno a sensiblerías? ¿Presagiaban nuevos tiempos en los que solo los fuertes tendrían su espacio, cayera quien cayera y costara lo que costara? ¿Ansiaban el regreso del hombre sin emociones, duro e imperturbable ante las adversidades? Lo desconozco, pero de ser así me asusta, porque el alma y las emociones no deberían resultarles ajenas a los responsables políticos.

Aunque me reconforta muchísimo saber que quienes antes rechazaban las lágrimas son quienes ahora gimotean compungidos tras la decisión de Sánchez. Bienaventurados ellos, porque recibirán consolación.

Pero tendrán que esperar. Su hora no llegó todavía.

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