domingo, 28 de abril de 2013

BORRASCA CULTURAL (28 de abril de 2013)


El Diario Montañés, 28 de abril de 2013

El mundo de la cultura, en general, y el del libro, en particular, están sumidos en unos nubarrones que no dejan ver luces de esperanza en el horizonte. La crisis se está llevando por delante negocios que creíamos seguros, y aunque en nuestra ciudad un número sorprendente de emprendedores entusiastas –cargados de romanticismo– están impulsando nuevos espacios de acogida para el libro –ámbitos culturales con pretensiones más amplias que las de las librerías al uso–, lo cierto es que el negocio editorial languidece a pasos agigantados.
No sólo está seriamente amenazado por el apoyo casi nulo que ofrecen las administraciones –en el currículo educativo desaparecen las materias humanísticas, la inversión en libros es testimonial y las bibliotecas se marchitan por falta de títulos nuevos–, sino porque los hábitos lectores están cayendo en picado, por más que las estadísticas oficiales sigan presentando cifras optimistas. Tengo dicho en diversos foros culturales que estamos asistiendo a una época nueva –que no tiene por qué ser peor– en la que la lectura, por razones muy largas de explicar aquí, se considera actividad prescindible, sea cual sea el continente en que se ofrezca.
Este mes los libreros y los editores cántabros atisbábamos una luz de esperanza con la participación conjunta en la Feria del Libro de Santander, pero otra borrasca, ésta meteorológica, amenaza con una bajada de las temperaturas y con buenas dosis de lluvia. Para remate, cuando le hemos preguntado a Íñigo de la Serna si la administración inteligente del agua en la ciudad podía ponerle freno a la lluvia, nos ha dicho que esa gestión sólo puede llevarse a cabo con la que circula encauzada por la red, que sobre la otra no tiene aún competencias. En fin, que estamos cruzando los dedos para que las previsiones se equivoquen y la feria represente una buena ocasión para hacer algo de caja. Que nos vendrá muy bien a todos para asomar el cuello por encima del agua.

miércoles, 24 de abril de 2013

UN MUSEO REVUELTO (24 de abril de 2013)


El Diario Montañés, 24 de abril de 2013

La muerte inesperada de Eduardo Sanz me ha llevado esta semana a visitar de nuevo su Museo del Faro de Cabo Mayor. Paseando por sus salas he rememorado la figura de un artista que supo llegar a la figuración más realista –que ahora se puede contemplar en ese magnífico espacio– tras experimentar en su primera etapa, hasta casi el agotamiento, con materiales diversos, entre los que no faltaron cristales rotos, aspas sobre lienzo trazadas con minio o cartas de amor pintadas pacientemente con banderas de señales marítimas. A lo mejor, reflexioné, es éste el camino habitual de los maestros: llegar a lo clásico, que suele tener el aroma de lo sencillo, tras transitar por los derroteros más arriesgados de la experimentación. El ideal del verso famoso «no la toques ya más, que así es la rosa».
Un camino inverso es el que parece haber recorrido el Museo de Bellas Artes de Santander –ahora rebautizado MAS–, en cuyas salas impera la más rabiosa modernidad –tendente al ‘totum revolutum’–, formada por singulares travesías en las que dialogan escultura, pintura, fotografía, grabado, dibujo, vídeo, arte sonoro o instalaciones, en mezcla arriesgada de épocas y estilos que tienen como nexo de unión forzadas relaciones temáticas (¿está ahí la polla por Goya?). Algo así como si en un museo de prehistoria se colocase un fusil junto a una flecha paleolítica porque ambos son útiles para la guerra.
Una pena que ahora que tendemos lazos de colaboración con nuestros vecinos de Bilbao no copiemos de ellos la estructura clásica de su estupendo Museo de Bellas Artes y dejemos para el Centro de Arte Botín la emulación futura de las modernidades del Guggenheim. Aunque tampoco deberían ustedes darle mucho valor a mi opinión, pues surge después de tomar una ducha de agua caliente, olvidando los sabios consejos del ministro Cañete, el hombre que por ahorrar se ducha con agua fría. Y ya se sabe que tanto confort suele adormecer el entendimiento.

lunes, 15 de abril de 2013

RETENER AL VIAJERO (15 de abril de 2013)


El Diario Montañés, 15 de abril de 2013

Este artículo debería titularse “Retener al crucerista”, pero la RAE no tiene reconocido todavía el sustantivo «crucerista», por lo que tal palabra no aparece en el encabezamiento. Tampoco han aparecido mucho por Santander los incluidos en la definición, pasajeros del ‘Aida Cara’, el primero de los catorce cruceros que atracarán este año en nuestro puerto. Los comerciantes de la ciudad dicen que apenas han notado su presencia, porque, aunque fueran 1.500 los que recalaron, la mitad salió en excursiones, una de ellas hacia Bilbao, para ver el Guggenheim, el casco viejo e ir de tapas.
El esfuerzo del Ayuntamiento por atraer este tipo de turismo es loable, pero ante la diáspora de los viajeros cabe pensar en desarrollar alguna iniciativa que ayude a retenerlos en la ciudad o, al menos, dentro de los límites provinciales. En ese sentido, el Ayuntamiento de Cádiz desarrolla desde el año 2009 lo que llaman el ‘Hospitality Desk’, especie de oficina ambulante de hospitalidad formada por personal cualificado que sube a bordo de los barcos y ofrece información a sus pasajeros, en varios idiomas, sobre los atractivos turísticos de la “Tacita de Plata”. Además, entregan a cuantos lo deseen un plano actualizado, también en varios idiomas, que recoge la oferta turística de la ciudad y la posibilidad de desarrollar rutas por ella. Y no les va nada mal, pues los datos que han recogido hasta 2012 muestran que el 80% de los viajeros compraron o consumieron algo en la ciudad.
No vendría mal que Santander, pionera en todo lo referente a cuestiones de inteligencia informática, pusiera en marcha desde la concejalía de turismo alguna iniciativa similar, porque, tal y como están las cosas en nuestro maltrecho comercio, retener al viajero puede ser una nueva obra de misericordia.
Lástima que nuestra capital, pródiga en bellezas naturales, no tenga un museo como el Guggenheim, ni un casco viejo pujante, ni una zona bien definida de tapas. Porque no sólo de belleza vive el hombre.

domingo, 7 de abril de 2013

EMPLEOS VOLÁTILES (7 de abril de 2013)


El Diario Montañés, 7 de abril de 2013

Hace ya muchos años, ¡ay!, que un librero de Los Corrales de Buelna me presentó a su grupo de amigos de la barra de un bar como «embajador plenipotenciario de cultura», y lo hizo con un tono tan solemne que logró crear un silencio de admiración en torno a mi persona. Debo confesar que durante un tiempo tuve la tentación de hacerme tarjetas de visita con ese cargo: «embajador plenipotenciario de cultura». Ahí es nada. ¿Qué consejero, ministro o presidente, incluso, osaría no recibir al portador de tal título?
Ahora descubro en la prensa que existe la posibilidad de obtener otro de no menor prestancia: «probador oficial de preservativos y juguetes sexuales». ¿Pueden imaginar siquiera cuánto vestirá tal ocupación, aunque casi siempre se ejerza desde la más absoluta desnudez? Pues resulta que Durex busca cincuenta candidatos. Y no pide grandes requisitos: sólo es imprescindible tener cumplidos 18 años, pero no es necesaria formación académica superior, los horarios laborales son flexibles y tampoco se precisa conocimiento especial de idiomas –si acaso algo de francés, y no el griego, para no parecer muy exigentes–. Es una pena que a mí esto me encuentre ya algo mayor para garantizar un mínimo semanal de probaturas, aunque también me enfría el hecho de que los elegidos no van a tener remuneración por su trabajo.
Un empleo más serio, y remunerado, es el que necesitan encontrar de nuevo los 16.000 menores de 25 años que lo perdieron en nuestra región en 2012, aunque sea menos grato y satisfactorio. Porque esto de los preservativos no es más que la inteligente campaña de una empresa que busca promocionar sus productos sin gastarse un euro en publicidad. Un globo mediático –nunca mejor dicho– tan vacío como ese otro que promete crear en Cantabria cientos de puestos de trabajo –muy volátiles, añado yo– a cambio de liberalizar los horarios comerciales. Una propuesta que, preservando los intereses de los grandes, puede ahogar a los más pequeños.

martes, 2 de abril de 2013

TESTIGO DE ENCARGO (2 de abril de 2013)


El Diario Montañés, 2 de abril de 2013

Hay que tener muy mala leche para presentar un testigo de encargo, y muy mal café para aceptar el papelón de serlo. Como salido de las páginas del semanario satírico “El jueves”, el industrial cafetero Eduardo Marcelino Díaz Zorita –traje impecable, pelo engominado, peinado a la raya, pulsera con representaciones del ying y el yang, y aparatoso reloj–, aprovechando que declaraba en la comisión de investigación que tiene lugar en el Parlamento sobre la gestión de Cantur, se declaró a sí mismo, sin que viniera a cuento, «a la derecha de la derecha del PP» y añadió que «los grupos izquierdosos nos han llevado a una situación límite». Mal comienzo si pretendía que su testimonio contra el expresidente Revilla pareciese objetivo. Luego se ha sabido que el individuo en cuestión tiene a sus espaldas un historial de citas en el BOC nada envidiable, pues su nombre aparece ligado a embargos de bienes inmuebles por deudas contraídas con la Seguridad Social, y en estos momentos está pendiente de juicio por falsedad documental.
La busca de la verdad siempre es encomiable, y más si sirve para aclarar conductas pretendidamente oscuras, pero recurrir al testimonio de ciertos personajes deja a los interesados en mal lugar y empaña su empeño. Porque, además, un antiguo socio del testigo de encargo –Enrique Movellán, padre del alcalde de Camargo– ha manifestado que la confesión del cafetero es falsa.
Soy «católico, apostólico y romano», alardeó Díaz Zurita sin que nadie se lo preguntase, y con ello dejó patente que la religión es para algunos mera facha, porque, pese a su catolicismo ortodoxo, parece ignorar dos de las seis cosas que, según recoge la “Biblia” en el libro de los ‘Proverbios’, más aborrece Jehová: «la lengua mentirosa y el testigo que habla mentiras», y advierte que «el testigo falso no quedará sin castigo, y el que habla mentiras no escapará».
Lo dicho, que hay que tener muy mal café para prestarse a protagonizar este sainete.