sábado, 25 de agosto de 2012

UNA CIUDAD TRANQUILA (25 de agosto de 2012)

El Diario Montañés, 25 de agosto de 2012

Que Santander era una ciudad tranquila, lo sospechábamos desde siempre. Y ahora ha venido a corroborarlo una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios realizada entre los propios vecinos para medir el nivel de seguridad que sienten en su población. De los resultados parece desprenderse que lo de la tranquilidad va por zonas, y que éstas son más pacíficas cuanto más al norte geográfico de la península estén situadas. De las diez ciudades donde la gente se siente más segura, nueve pueden ser consideradas norteñas: Pamplona, Oviedo, Santander, Gijón, Logroño, Vitoria, Valladolid, La Coruña y Bilbao. Sólo Albacete –«el Nueva York de La Mancha», según Azorín– se ha colocado entre Vitoria y Valladolid, poniendo cierto aire «sureño» en la lista.
«En la mitad del barranco, / las navajas de Albacete / bellas de sangre contraria / relucen como los peces...», dice García Lorca en el ‘Romancero gitano’. Pero parece que afortunadamente lo de las navajas albaceteñas ha quedado allí como un oficio enfocado al souvenir turístico, con poco o ningún uso agresivo, porque la encuesta aclaró que a los ciudadanos les preocupaba sobre todo el «vandalismo, la prostitución, el consumo de drogas, los actos criminales, los robos y la violencia».
Algo de violencia ha habido este mes de agosto en Santander, si nos atenemos a las crónicas de sucesos, acaso por las altas temperaturas, tan del Sur: una pelea en la cuesta de La Atalaya, entre rumanos, con un herido por arma blanca ¿de Albacete?; un ladrillazo propinado por una mujer en la testa de un hombre; un individuo que tras robar un vehículo se refugió en lo alto de un tejado; otro que ingresó en Valdecilla con un disparo en la cabeza, que resultó leve; dos caballos sueltos por la calle Resconorio... Acciones, en todo caso, aisladas, concretas, controladas, y sin ningún daño colateral para el vecindario. Sólo la inesperada presencia de los caballos puso un punto de azarosa incertidumbre.

domingo, 19 de agosto de 2012

CONCIENCIA Y LEY (19 de agosto de 2012)


El Diario Montañés, 19 de agosto de 2012

Nuestros gobernantes andan revueltos con la tijera. Y, aunque argumentan que están obligados a hacer recortes que no desean, parece que de tanto practicar le están cogiendo el tranquillo. Ahora acaban de dar un preocupante salto cualitativo: el decreto que deja sin asistencia sanitaria a los inmigrantes sin papeles, más que un tijeretazo, es un hachazo a la dignidad humana.
Ante tal hecho, y apelando a la objeción de conciencia, unos cuantos médicos de toda España anuncian su intención de seguir atendiéndolos, pero un informe del servicio jurídico de la consejería de Sanidad de Cantabria –qué desvelo el suyo por la causa– ha puesto las cosas en su sitio con un argumento que, aunque serio, parece un disparate: la objeción de conciencia tiene sentido cuando se trata de «una situación pasiva», cuando «se deja de hacer algo» (como practicar un aborto). Los médicos ahora plantean lo contrario, «hacer algo» (atender a los inmigrantes), y ahí, no ha lugar el amparo. (El matiz se las trae. Lo que la ley defiende es el derecho a «no hacer», justo lo que se pide a los sanitarios: que no hagan nada).
Quien parece que también va a permanecer pasivo ante el fallo del Tribunal Supremo, que ha ratificado la legalidad de la retirada del concierto económico al colegio Torrevelo, es Miguel Ángel Serna, el consejero de Educación. Él se lo ha vuelto a conceder –era un caso de conciencia activa– aprovechando una burda argucia de este centro masculino, que se ha unido administrativamente a otro femenino, aunque no en las aulas. Según Serna, la sentencia confirma que ha acertado en su decisión, porque negar la ayuda tras esta nueva circunstancia sería discriminatorio. La Ley, está claro, es poliédrica y admite muchas interpretaciones.
Cuando no sé muy bien cómo rematar este artículo, Raphael viene en mi ayuda. En la habitación contigua comienza a sonar el famoso ‘Cambalache’: «Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé...».


martes, 7 de agosto de 2012

EL BUCLE DEL VERANO (7 de agosto de 2012)


El Diario Montañés, 7 de agosto de 2012

Un verano en Santander nunca se puede olvidar, cantan ‘Los Carabelas’, con la inconfundible voz de fondo de Víctor Blanco, prematuramente apagada cuando le quedaba tanto por cantar. Y no sólo por las chavalas que pasean junto al mar. Hay otras cosas que hacen que los veranos de nuestra ciudad sean inolvidables. Algunas buenas; otras, no tanto. Pero todas conforman nuestro particular bucle melancólico, especie de retahíla que nos reafirma en el estío como se reafirman los niños escuchando el mismo cuento cada noche.
No seríamos los mismos sin nuestras rutinas veraniegas, que se han convertido en auténticas señas de identidad. Un verano en Santander, como tal, necesita algunos días de lluvia para comentar lo bella que es la región al margen de las playas y lo bien que se duerme con una mantita encima, y también los cursos de la UIMP, las actuaciones del FIS, el concurso de piano de Paloma O'Shea, la feria del libro viejo, los baños de ola, el desembarco de cántabros y romanos en las calles del centro, los mercados medievales, las tardes de toros, el «estoque del proel» en las ciabogas, el «estampido hueco de los bolos», el nado en la bahía emulando a los legendarios tragamillas, las sardinas a la brasa del Barrio Pesquero, las casetas de los pinchos, los conciertos en La Magdalena, la Feria de las Naciones, la cola interminable en los puestos de helados, las exposiciones de Marnay, la habitual y no por ello menos inquietante serie de catastróficas previsiones económicas de Guillermo de la Dehesa, la carpa omnipresente de la Plaza Porticada, los trenes que no llegan por avería de la catenaria, la paralización de las obras de Valdecilla, el informe siempre anunciado de las cuevas de Altamira y su posible apertura, los fuegos artificiales... Y ahora, como siempre y más que nunca, que no están los tiempos para muchas alegrías, los paseos por el Sardinero, que «no hay igual en el mundo entero».

jueves, 2 de agosto de 2012

LO PÚBLICO Y LO PRIVADO (2 de agosto de 2012)

El Diario Montañés, 2 de agosto de 2012

Dicen quienes nos gobiernan que, tras el pecado original, la peor herencia que ha recibido la ciudadanía de la piel de toro es la que proviene del anterior gobierno. Nos llega adherida de origen y no hay agua que la desprenda, ni siquiera la bendita. Por eso se ha iniciado una tenaz tarea para liberarse de ella. Y uno de los primeros pasos está consistiendo en desprenderse paulatinamente de la «pesada estructura de lo público».
Al parecer, la infección de lo público se extiende sin remedio por todo el cuerpo social y no ofrece más que dos salidas a los doctos doctores que nos administran: dejarlo morir lentamente por inanición u ofrecerlo a bajo precio a la iniciativa privada. En el primer caso, han comenzado la batalla despidiendo trabajadores, congelando salarios y anulando pagas extraordinarias a los funcionarios, medidas que, si bien dan un respiro a las arcas, anuncian una triste Navidad sin consumo; en el segundo, fincas y edificios públicos –de momento– se ofrecen a los mejores postores para percibir a cambio un dinero que, esa es la cruda realidad, no existe.
Aquí, en Cantabria, nuestro presidente propone vender alguno de los terrenos que rodean el seminario de Comillas –hectáreas muy jugosas, convertibles fácilmente en otro montón de hormigón adosado–, para con lo recaudado arreglar un inmueble que se derrumba sin remedio. Y el alcalde de Santander anuncia que parte del edificio de Pronillo va a ser ocupado por Telefónica, una empresa que hará más tecnológica la ciudad, sembrándola de sensores.
Se ve que sus apetencias son dispares: uno se inclina por la construcción y otro por la tecnología, aunque los dos a costa de ceder, en mayor o menor grado, una parcela de la cosa pública.
Esperemos que no sean recordados en el futuro como el famoso Abundio, que vendió el coche para comprar gasolina. Aunque él al menos era su propietario legal, y no un simple gestor del vehículo.