martes, 28 de noviembre de 2023

EL AUTORITARISMO DEL MEDIOCRE (29 de noviembre de 2023)


 El Diario Montañés, 29 de noviembre de 2023

Recientemente intenté dialogar por teléfono con una dama para solucionar un problemilla de andar por casa. Acaso porque no supe precisar mis argumentos –o porque para ella el asunto era mucho más que un problemilla–, sin apenas haber comenzado a desarrollarlos, me espetó, elevando el tono: «¡Usted no sabe quién soy yo!». Me azoré. Quedé desvalido ante el alarde de superioridad de aquella desconocida que estaba al otro lado del aparato. Como siempre tiendo a temer lo peor, aunque no haya infringido ninguna ley, permanecí expectante, en silencio. Me sucede a menudo, quizás por haber heredado un sentimiento de culpa de los tiempos lejanos del nacionalcatolicismo (a mí me echa el alto la guardia civil de tráfico para un control rutinario de alcoholemia, pongamos por caso, y tengo la sensación de que voy a dar positivo, aunque no haya tomado ni gota de alcohol).

¿Ante quién me encontraba?, ¿frente a una jueza prevaricadora que podía apabullarme con todo el peso de la ley, pese a que yo no había transgredido ninguna? «¡Usted no sabe con quién está hablando!», continuaba. Claro que no lo sabía. Conocía su nombre, pero no su condición, que por el énfasis debía de ser importantísima. Respiré más tranquilo cuando entre exabruptos cortó la conversación, «y fuese, y no hubo nada».

Presumir de jerarquía y autoridad es una práctica muy española, porque si bien el franquismo político nunca se fue del todo, el sociológico siempre ha permanecido. En nuestro país, cuando alcanzan el olimpo de la nada, los mediocres se sienten con poder omnímodo. Un sargento chusquero de la marina, en mis tiempos de mili, recién ascendido a ese grado por el único mérito de la edad, imponía sus galones vociferando: «¡Cuidadín, ¿eh?, que cuando me miro al espejo hasta yo mismo me cuadro!».

Tela marinera.

martes, 21 de noviembre de 2023

ESPAÑA SE ROMPE (22 de noviembre de 2023)

 


El Diario Montañés, 22 de noviembre de 2023

Suele decir Peridis que hay zonas de Cantabria y Palencia en las que nacen más osos que niños. En Brañosera, donde los mozos andan en cantares por haberle robado las gallinas al gallinero de Rosa, se ha cerrado la taberna del pueblo, ‘La cueva del Coble’, una suerte de museo etnográfico donde cualquier objeto encontraba espacio en la anarquía de sus paredes. «Los dueños la han dejado porque han cogido un estanco en Santander», lamentaba una vecina.

Este pasado domingo, pese al buen tiempo, Brañosera era un lugar desolado sin la tasca. Es cierto que algunos nos deteníamos para visitar los restos de su iglesia románica y para contemplar el largo lienzo amarillo del bosque otoñal. Pero luego no había ningún local que nos retuviera. Por eso continuábamos la ruta, puerto arriba.

Quienes saben de esto mantienen que cuando un pueblo de pocos habitantes cierra una tasca, sus vecinos desaparecen antes que los del pueblo donde permanecen abiertas. En esas tabernas toman los viejos la parva cada mañana, y al mediodía el vino, con aceitunas de hueso, mientras evocan su dura mocedad. Y hasta ellas llegan los turistas, ávidos por reencontrarse con la comida casera y de empaparse con esas conversaciones de los paisanos, joyas auténticas de experiencia. Sin las cantinas de las poblaciones pequeñas, se apaga el soplo que mantenía con vida la incierta llama de la esperanza poblacional y de la economía.

Por eso el pleno del Congreso aprobó el 28 de marzo pasado una propuesta de ley para «garantizar la supervivencia de los bares en la España despoblada», aunque, por desgracia, no llegó a tiempo de impedir el cierre del más original de Brañosera.

Parece exagerado, pero puede ser así: la desaparición de los bares está rompiendo España antes que la amnistía. Al menos la España rural.

 

martes, 14 de noviembre de 2023

EL PELIGRO DE LAS HEMEROTECAS (15 de noviembre de 2023)

 


El Diario Montañés, 15 de noviembre de 2023

La irritación de estos días está arrastrando a más de uno a perder la perspectiva y transmutar los valores. Ciertos obispos han calificado de «inmoral» la ley de amnistía, y el nuestro, saliente, no se ha quedado atrás al manifestar a este periódico que «no se puede amnistiar a personas que han estado vinculadas con el terrorismo y que han defraudado y se han enriquecido a base de robar». Supongo que lo dijo sin conocer todavía el texto íntegro de la ley, pero es curioso que sea el mismo que proclamó en Valladolid, en un Viernes Santo de 2018, que Jesús vino al mundo «para perdonar a todos sin excepción», incluso a los «políticos corruptos y a quienes trafican con seres humanos». Tampoco don Manuel dudó en afirmar en sus declaraciones de este domingo que si en Cantabria «se deroga la ley de memoria histórica, mejor».

Perder la perspectiva y jugar a conveniencia con los valores tiene mucho peligro. No lo tiene menos pervertir el lenguaje. Cuando se deforma el sentido de las palabras, asignándolas un significado que no les corresponde, resulta fácil utilizarlas como armas arrojadizas. A Pedro Sánchez se le está acusando –amparándose en la ley de amnistía, pero en el fondo queriendo negar su legitimidad como presidente– de ser un dictador, un terrorista, un traidor de manual que está dando un golpe de estado… Y se le amenaza con devolverle golpe por golpe (quiero suponer que solo sea a golpe de urnas).

Debemos ser muy cuidadosos con los términos. Mal utilizados pueden llevar a algunos descerebrados a cometer acciones no deseadas. Además, cuando en un futuro lejano analicemos los sucesos actuales desde la frialdad, encontraremos en las hemerotecas –parafraseando a Ángel González– «un crepitar de polvo y de papeles [que] proclamará la frágil realidad de las mentiras».

martes, 7 de noviembre de 2023

GOBERNAR DESGASTA (8 de noviembre de 2023)

 


El Diario Montañés, 8 de noviembre de 2023

Dicen quienes saben, que la población se consolida cuando en los pueblos se mantienen los servicios básicos: escuelas, centros de salud, comercios, entidades bancarias…, pero nadie había pensado hasta ahora en la necesidad de la tauromaquia. Desde la consejería de Presidencia del Gobierno de Cantabria se ha destinado una partida económica con la estrambótica idea de que las localidades en riesgo de despoblación se den a conocer celebrando espectáculos taurinos. Ole, ole y ole.

Este gobierno, que aunque lo parezca ya no es un recién llegado, sigue dando palos de ciego, como si la tarea de gobernar le hubiese pillado a contrapié. Mucho se ha hablado del consejero de Sanidad y su declaración del copago, de las becas de bachillerato para centros concertados, de la subida de sueldo del 20% para la presidenta y sus consejeros… En todos los casos los responsables de cada medida adelantaron la intención, pero luego se retractaron. Es otra versión de lo que significa «cuchara y paso atrás» –servirnos una cucharada y dejar el lugar al siguiente, dando un paso atrás para poder compartir–, porque en tales situaciones el gobierno parecía querer meter la cuchara para un reparto alejado de lo equitativo. Gobernar desgasta, pero el desgaste está siendo demasiado rápido.

Me comentan que la plaza de médico titular de Liaño de Villaescusa le ha sido asignada al exconsejero de Sanidad del anterior gobierno socialista, pero no ha tomado posesión de ella porque se encuentra en lo que sanitariamente llaman «reciclaje» (nada que ver con deshacerse de los residuos sanitarios). Parece lógico, porque cambiar de actividad conlleva transformación mental, y el desgaste que produce cualquier consejería es tan extraordinario que aísla de otras cuestiones más ordinarias, como por ejemplo ejercer de médico rural.

Con semejantes medidas, es posible que en Liaño haya pronto corridas.