martes, 30 de diciembre de 2014

EL SIMBOLISMO DEL SIETE (2 de enero de 2015)


El Diario Montañés, 2 de enero de 2015

El Génesis –que es el primer libro de la Biblia– refiere que cierto día el faraón soñó que estaba a orillas del río Nilo y vio como siete vacas flacas devoraban a otras siete vacas gordas. José –un visionario que se anticipó mucho a Freud– interpretó que el sueño anunciaba el final de siete años prósperos y la llegada de siete de escasez. Y como el faraón le hiciera caso, tomó las medidas oportunas y almacenó el grano en las épocas de abundancia para venderlo luego en las de penuria.
Nuestra crisis, que llegó en 2008 sin que nadie siquiera la soñara, cumplió siete años en el recién terminado 2014, tiempo más que suficiente para que los recortes que trajo consigo se llevaran por delante algunos derechos fundamentales y nos dejaran muchas cicatrices en el alma.
Los más ingenuos creen que Rajoy anuncia ahora el fin de las penurias porque hunde sus raíces intelectuales en ese libro de libros que considera al número siete como el final de un ciclo, no en vano juró su cargo posando la mano izquierda sobre la Biblia, y después la derecha sobre la Constitución, en ese orden de prioridades. Los peor pensados, sin embargo, le acusan de proclamar la cristalización de las mejoras en 2015 porque es año electoral, perfecto para prometer las vacas gordas.
Nuestro presidente regional también ha asegurado que 2015 «traerá un pan debajo del brazo para muchos hogares de Cantabria». Y todos los ciudadanos de bien deberíamos alegrarnos si el tiempo les da la razón a ambos, porque hay hogares en los que, desgraciadamente, no entran ni las vacas ni el pan de cada día.
Aunque es muy probable que los votantes prefieran elegir a otros para que intenten hacer un reparto más justo de las viandas, porque en este tiempo de penuria sospechan que las migajas y el pan duro les han correspondido a los de siempre.
Acaso para ablandarlo nos invitaron en Nochevieja a que brindásemos con leche.

martes, 23 de diciembre de 2014

ELOGIO DE LA MENTIRA (24 de diciembre de 2014)


El Diario Montañés, 24 de diciembre de 2014

En mi lucha diaria contra la errata, siempre resulto perdedor. Es inevitable. Haga lo que haga, con independencia de la extensión del texto, el gazapo se agazapa y aparece en el lugar más notable, donde más daño hace. Pero debo confesar que no soy en absoluto responsable de la errata que casi nadie vio en el atril de diseño que había en la fiesta del PP cántabro del hotel Santemar, sobre el que hablaron primero y brindaron después María José Sáenz de Buruaga, Íñigo de la Serna e Ignacio Diego. «Felices fiesta», decía el cartel, como muestran las fotografías de Javier Cotera en la edición digital de este periódico, pareciendo significar que más que desear unas buenas fiestas para todos se proclamaba que sólo eran felices los que estaban en esa fiesta. «Felices fiesta», felices en esta fiesta, en su fiesta y sólo en la suya. Felices por escuchar a su presidente, que es el de todos, decir aquello de «Estad tranquilos, como lo estoy yo. Vuestro presidente es una persona con principios de honestidad hondamente arraigados». Y en la fiesta respiraron aliviados. No va a ser más verdadero el informe de la policía nacional que la palabra de un hombre de bien que nos ha mostrado en el Parlamento –aunque desde lejos– su certificado de reserva del hotel balneario. Felices en su fiesta, porque degustaron «ensalada navideña, crema de marisco, solomillo de buey con ragout de verduritas servido con tres salsas, y tarta de manzana con helado de mantecado» y les sobraron unos eurillos para la Cocina Económica. Felices en su fiesta, que no es la de todos, porque allí escucharon que su partido nos ha sacado las castañas del fuego y por eso «Cantabria mira al futuro con ilusión y esperanza».
Debemos asumir como ciertas las palabras de Ignacio Mendiola, doctor en Sociología de la UPV: «Vivimos gracias a la mentira, que un mundo sin mentiras es un mundo que no sólo asusta, sino que es radicalmente inhabitable».

miércoles, 17 de diciembre de 2014

ADIÓS A LA CRISIS (17 de diciembre de 2014)


El Diario Montañés, 17 de diciembre de 2014


Ante la proximidad de las elecciones, en España se ha decretado el final de la crisis. Sólo ha faltado plasmarlo en un comunicado oficial, al modo de aquel célebre parte de guerra: «En el día de hoy, tras arduas reformas estructurales, el gobierno ha alcanzado su objetivo. La crisis ha terminado». Y como la repetición es la base de toda propaganda, Mariano Rajoy ha actuado de corifeo con una frase que bien podía encabezar la historia universal de la infamia: «En muchos aspectos, la crisis es historia del pasado y estas Navidades van a ser las primeras de la recuperación». Luego le han seguido a coro responsables nacionales y regionales del partido, entre los que no podía faltar nuestro ínclito presidente, su fiel paladín.
A fuerza repetirlo es posible que consigan cabrearnos, porque hay cifras económicas que, tras su irrefutable realidad, esconden muchos dramas personales –algo que, según se desprendía de sus palabras, no parece que a Rajoy le perturbara–: el paro sigue anclado en el 23,67%, con cinco millones y medio de desempleados, gran parte de ellos sin cobrar ninguna ayuda; los salarios continúan bajando –el 12% de los trabajadores no ganan lo suficiente para salir de la pobreza– y la mayor parte de los contratos nuevos son temporales; la pobreza infantil alcanza el 30%; los desahucios aumentan y han afectado ya a 400.000 personas; la deuda pública superará el 100% del PIB; nuestros jóvenes emigran cada vez más en busca de oportunidades, y si se quedan tienen muchas posibilidades de engrosar las filas de esta generación perdida...
Obligado por un aluvión de críticas, el presidente matizó días más tarde sus palabras diciendo que la recuperación «no será completa hasta que no se sienta en el bolsillo de cada uno de los españoles».
Mi buena amiga Mercedes Mendoza me felicitaba recientemente por mis artículos, aunque me recriminaba que en ocasiones utilizara un lenguaje procaz. Reconocerás, Mercedes, que es que hay cosas que le tocan a uno los cojones.

martes, 9 de diciembre de 2014

PISCINAS PARA EL DEPORTE (9 de diciembre de 2014)


El Diario Montañés, 10 de diciembre de 2014

Me he metido en tantos charcos en esta sección, que creo llegado el tiempo de abordar, siquiera someramente, la problemática de las piscinas en Cantabria. Me animan a ello los triunfos de Mireia Belmonte en el campeonato del mundo de Doha, y el ejemplo de Cristiano Ronaldo tirándose a la piscina en el área del Bernabéu.
En nuestra región no respetamos la natación: construimos piscinas, pero no las inauguramos; cubrimos con hormigón la única pública de 50 metros, en el Complejo Deportivo Municipal de La Albericia, y la convertimos en otra de 25 metros; privatizamos la de Orlando, también de 50 metros; prohibimos la natación deportiva en la de Sarón, llevándonos por delante a un club recién nacido; ponemos en peligro el futuro del Club Natación Astillero, porque la empresa privada que la va a gestionar puede poner palos en la rueda del deporte; aplazamos ‘sine die’ la construcción de la mal llamada olímpica en Torrelavega; y, en general, ponemos problemas a los clubes para que puedan disponer a diario de las calles que necesitan para entrenar.
¿Saben cuál es la razón? Que los deportistas importunan a los usuarios. Las piscinas se levantan con dinero procedente del deporte, pero luego se dedican a otros usos. Eso explica que en Santander no exista ninguna Escuela Municipal de Natación; que en la piscina del Complejo Deportivo Municipal se haya instalado sombrillas para solaz de bañistas veraniegos; que la pileta cubierta de La Albericia esté dedicada a socios; o que en la de Orlando hayan quitado poyetes, corcheras y banderas de referencia para que los deportistas no puedan entrenar y no perturben la relajada placidez de sus clientes. Menos mal que existe la piscina camarguesa de la Cros. Un referente para la natación cántabra y un ejemplo del apoyo municipal al deporte, combinándolo, sí, con otros usos de ocio, pero poniéndolo siempre por delante. Algo que deberían exigir los consejeros de deporte en cuantas instalaciones haya entrado el dinero público de su consejería. 

martes, 2 de diciembre de 2014

MALAS HIERBAS (3 de diciembre de 2014)


El Diario Montañés, 3 de diciembre de 2014

Que estamos saliendo de la crisis es un eslogan tan reiterado como vacío. Zapatero inició la cosa imaginando brotes verdes. Y Rajoy, con esa mirada inquietante que le lleva a voltear los ojos hacia su interior tras abrirlos como platos, es capaz de ver raíces. Raíces profundas que han nacido de sus cambios estructurales y que soportarán sin riesgo la planta del crecimiento. Mientras tanto los ciudadanos, cada vez más alejados de esas metáforas, se echan a la calle. Unos para pedir «pan, trabajo y dignidad», un lema que parece de tiempos pretéritos; otros para recoger alimentos solidarios que luego los Bancos de Alimentos donan a los más necesitados, que cada vez son más. Un ejemplo palmario de que aún quedan algunos bancos buenos.
Desgraciadamente la economía doméstica anda mal, y la mayor parte de nosotros, aunque algunos prefieran mirar para otro lado, tenemos los bolsillos vacíos, y no porque gastemos más, sino porque cada vez entra menos en ellos. Hasta el propio presidente regional sólo ha podido aportar 120 euros para la ampliación de capital del Racing. Como todo lo suyo, su gasto y su gesto han sido un ejercicio de solidaridad responsable, sumado a una necesidad imperiosa de salir en los papeles. Aunque con tal cantidad y con sus manifestaciones sobre la pobre implicación de los demás haya quedado doblemente retratado.
Su fiel vicepresidenta, María José Sáenz de Buruaga, ha manifestado a este periódico que su partido es el que ha plantado cara a la crisis y el que debe plantarle cara a la corrupción cortando las malas hierbas. En la parábola del sembrador, Jesús recomendaba dejar crecer la hierba mala para distinguirla bien y poder separarla del trigo sin peligro. Acaso por seguir al pie de la letra su consejo, en el PP no han cortado a tiempo sus malas hierbas y ahora les cuesta mucho arrancarlas, de tan arraigadas.
Que tengan cuidado, hay jueces que no se toman descansos en balnearios y andan de poda.

CLASES, DINERO Y AMOR (27 de noviembre de 2014)


El Diario Montañés, 27 de noviembre de 2014

Semana triste. La del alba sería cuando tuvimos noticia de la muerte de la duquesa, cuyas aventuras de juventud me refería antaño Fernando Calderón haciendo memoria de su vida para recuperarla en las memorias de Valnera. Eran tiempos en los que el pintor trabajaba en el mural del altar mayor de la capilla de Loeches, y Cayetana, que tenía el dinero suficiente para permitirse cualquier desenfreno, bailaba flamenco ante él, desnuda sobre la cama, doblando las muñecas y arqueando cuello y cintura con gracia gitana. Era tan noble como campechana y desinhibida. Ahora la edad, que no entiende de clases, se la ha llevado por delante hacia la mar, que es el morir, adonde «van los señoríos derechos a se acabar y consumir». Aunque antes los sevillanos, con sentimiento de súbditos, la despidieron guardando colas de admiración. Alguno, incluso, lanzó al aire gritos desgarrados llamándola guapa. Cosas de clases, que otros llaman castas.
Semana triste también para la canción española. A la Pantoja se la ha llevado por delante la ambición de su Cachuli, que prometió tratarla como a una reina a cambio de que fuera la lavandera del dinero negro que él obtenía a sacos. Y la reina de la copla acaba de entrar en prisión dejando atrás kilos de salud y un amor interesado que se acabó de tanto interés.
Otro amor que parece haber muerto esta semana es el de nuestro gobierno con la universidad pública, en este caso por falta de dinero. Anda canina la institución, y el presidente, además de no pasarle la paga mínima que ella considera necesaria, ha acudido a visitar a su amante, la privada universidad del atlántico. En su casa la ha llenado de piropos mientras los estudiantes hacían fotos inmortalizando el momento. Una puesta de cuernos con testigos. Y toda una declaración de intenciones: al ejecutivo le resulta más rentable que estudie el que pueda pagárselo. Lo de la igualdad de oportunidades, es otra historia. Siempre ha habido clases.