miércoles, 28 de noviembre de 2018

LA DEL CARANCHOA (28 de noviembre de 2018)


El Diario Montañés, 28 de noviembre de 2018

A Emilio Lora-Tamayo, rector de la UIMP, no le han dado tiempo de calentar el sillón. Había sido elegido para permanecer en el cargo al menos cuatro años, pero, transcurrido apenas uno, el ministro que más cerca ha estado de las estrellas, aconsejado –dicen– por la ministra de Igualdad, ha decidido que su puesto lo tiene que ocupar una mujer. Cosas de la paridad mal entendida y peor aplicada. A Emilio le pidieron que dimitiera, pero no aceptó y se apoyó en el Patronato, que es el órgano encargado de decidir con sus votos si el rector debía seguir o no en su puesto. Y como desde el ministerio del hombre de altos vuelos conocían de buena tinta que la mayoría de los miembros de ese Patronato no estaban de acuerdo con el cese, decidieron fulminar a cuatro de ellos y nombrar a cuatro nuevos para garantizarse el éxito. Por eso el rector, presionado por todos lados, está ahora reflexionando la decisión que anunciará esta misma semana.
Hoy en día hay que andarse con mucho cuidado, y sé que proclamar el poco estilo de la maniobra del cese se me puede volver en contra –y eso que no he hablado del peligro que tiene para la verdadera igualdad anteponer otros criterios que no sean los de los méritos para cubrir puestos de responsabilidad–. No descarto que cuando salga a la calle me asalte ese actor vestido de marrón, que está revolucionando las redes. ¿No han visto la campaña tan moderna? La ha financiado la Dirección General de la Igualdad y la Mujer del Gobierno de Cantabria, y la protagoniza un personaje impresentable (en ese sentido, nada que reprochar porque es lo que debe trasmitir) que asalta a los hombres, para que reconozcan su machismo, con frases como éstas: «¿Has enviado a los colegas la foto de Lorena, ésa que sale en braguitas?». «¿Qué tal tu borrachera de ayer? Y tu parienta, ¿cómo estaba cuando llegaste a casa?, ¿le curtirías el lomo, no?».
Tengo que confesar que si me viene a mí con tales tonterías, se lleva la del caranchoa.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

INTOLERANCIA (21 de noviembre de 2018)


Diario Montañés, 21 de noviembre de 2018

Hubo en un tiempo sacerdotes que mandaban a los niños tirar piedras a los canecillos sensuales de las iglesias románicas para destruirlos. Afortunadamente, nunca llegaron a Cervatos y gracias a ello su colegiata de San Pedro está considerada la catedral del románico erótico hispano. Pero la huella de aquella mentalidad intolerante, que ya venía de muy atrás, sigue arraigada. Algo está pasando en nuestra sociedad, que ahora espía tras los visillos de las redes y acusa y persigue desde ellas con el apoyo de la ignorancia. Sirva el ejemplo de mi buen amigo, el burgalés afincado en Segovia, José Antonio Abella, que está sufriendo en sus carnes el mordisco de la incultura. Médico, escritor, escultor y amante de darle cuerpo a verdades y leyendas (su novela ‘El hombre pez’ es un monumento literario a ambas), ha esculpido la estatua de un demonio regordete y bonachón que, según tradición popular, construyó el acueducto. Y a sus pies va a ser colocado. Pero lo que debía ser simple representación en bronce de una fábula, ha soliviantado a las fuerzas inquisitoriales de la ciudad, encabezadas por la abogada María Esther Lázaro, que ha conseguido miles de firmas de apoyo a un manifiesto que pretende que «no se exalte el mal y la mentira». ¡Menuda abogada del diablo!
Rememoraba Fernando Calderón, cuando yo escribía sus memorias, el escándalo que supuso en los años setenta del pasado siglo veinte el desnudo de las estatuas de la plaza Porticada, que Agustín de la Herrán había esculpido a partir de unos bocetos suyos. Otra encolerizada señora de entonces, esposa del concejal Mozota, inició una campaña de firmas para evitar su exhibición pública, y consiguió que las figuras permaneciesen cubiertas con una tela de pudor durante tres meses. Cuando las descubrieron, el ingenio popular se burló con una coplilla que corrió como la pólvora: «Después de tanto trabajo / y después de tanta lucha, / ni a él se le ve el badajo / ni a ella se le ve la hucha».
Si no se tratase de un retroceso tan preocupante, lo del diablo segoviano merecería otra coplilla.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

PRESIDENTE Y FUNDADOR (14 de noviembre de 2018)


El Diario Montañés, 14 de noviembre de 2018

Recién elegido candidato a la presidencia de Cantabria, Miguel Ángel Revilla se ha dado este fin de semana un baño de votos unánimes. Sólo dos abstenciones –supongo que una de ellas habrá sido la suya– le separaron de la gloria total, que, si bien se mira, por exagerada, no suele estar bien vista. Ahora, cuarenta años después de que naciera el PRC, en un tiempo tan lejano en que la provincia de Santander se mostraba todavía reticente a llamarse Cantabria, el partido, apoyado sobre todo en el carisma de un dirigente que ha luchado en las urnas contra líderes políticos de toda época y condición, aparece favorito en las apuestas para ganar las elecciones regionales por vez primera.
No piensan lo mismo Pablo Zuloaga, el candidato socialista, que dice que el PSOE va muy bien y es el partido del futuro, ni María José Saénz de Buruaga, que mantiene que el PP va por delante en la intención de voto, aunque todavía no se sepa quién será el candidato o la candidata. Pero no sé yo si ambos líderes tendrán tiempo de superar en estos meses preelectorales las guerras internas que han abierto tantas heridas entre sus militantes; en todo caso, no tan crudas como las que están sufriendo en sus carnes los de Podemos y Ciudadanos. La fortaleza del PRC se ha fraguado en la unión de los militantes bajo la férula de Revilla, especialmente necesaria durante los tiempos en los que el PP gobernó con mayoría absoluta y se dedicó a lanzar anzuelos envenenados para pescar en aguas revueltas a los alcaldes regionalistas. Cuando estos despreciaron el cebo, el partido alcanzó su madurez.
Ahora, si se cumplen las expectativas, Revilla deberá aprovechar la primera parte de la legislatura para elegir desde el poder –que siempre es más fácil– a su sucesor o sucesora. Y a intentar que se mantenga la unión de los suyos tras la elección. Porque luego, cuando sea proclamado presidente fundador, apenas podrá ya intervenir. Los que se quedan al mando suelen vaciar de contenido tal cargo honorífico. Y, en ocasiones, hasta pueden considerarlo incómodo.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

VIAJES DE OCIO O DE ODIO (7 de noviembre de 2018)


El Diario Montañés, 7 de noviembre de 2018

Este puente nos ha traído la felicidad turística. La alta ocupación hostelera ha puesto una nota de optimismo en el oscuro panorama económico, que en Cantabria nos sigue mordiendo con los temibles dientes de sierra del empleo: un mes somos los que más puestos de trabajo generamos y al mes siguiente pasamos a encabezar las cifras del paro. En todo caso, este descanso nos ha servido para desconectar. Al menos de nuestra actividad diaria, porque de los móviles, que nos han comido el terreno, es ya imposible conseguirlo. El vicio se está promoviendo desde la infancia. He visto en la mesa de un restaurante como una familia ponía un teléfono y los cascos en manos y oídos de un niño de pocos años para que estuviese distraído. Y durante toda la comida estuvo el tierno infante absorto en la pantalla, dentro de un mundo de furia y explosiones. Otro no lector, me dije con tristeza, presa futura de la violencia. Luego, por la tarde, encontré a esa misma familia en Aguilar de Campoo viendo la exposición de las ‘Edades del hombre’. Estaban molestos porque no podían hacer fotografías con los móviles para dejar constancia de su visita. Y ahí seguía el niño, dándole sin pausa a los pulgares para esquivar los bombardeos enemigos. Quizá no tuviera nada que ver una cosa con la otra, pero pocas veces he contemplado con tanta comprensión el magnífico capitel de la matanza de los inocentes de la iglesia de Santa Cecilia. Luego, recapacité. Y me dije que estaba siendo injusto, porque estos viajes de ocio generan conocimiento. Mal que bien, siempre dejan algo de poso.
Hay otros viajes que sirven para promover el odio en esta España nuestra, rota por unos y desgarrada por quienes quieren mantenerla unida por la fuerza. La loca carrera que se ha desatado por hacer patria puede poner de moda la violencia, con las banderas como excusa. Y la cosa tiene mucho peligro, porque no hay nada peor que colocar los símbolos por encima de las personas. Que es lo que se está haciendo en estos tiempos convulsos.