miércoles, 30 de noviembre de 2016

SI LAS MUJERES MANDASEN (30 de noviembre de 2016)


El Diario Montañés, 30 de noviembre de 2016

Desde que Gema Igual es alcaldesa de Santander, nada parece lo mismo. Una cartera ministerial alejó de nuestro particular corral político a Iñigo de la Serna, y ahora, con ella en la alcaldía, el presidente Revilla se encuentra más dispuesto al diálogo. Puede que sea porque está acostumbrado a tratar con mujeres –primero con Lola y luego con Rosa Eva– las diferencias que surgen entre los socios del gobierno cada vez que toca repartir dinero a las consejerías. Lo cierto es que en su encuentro con Gema todo han sido facilidades, y le ha llegado a decir que lo de los espigones de la Magdalena es para hablarlo con tranquilidad y que el gobierno paralizará el recurso de la Audiencia Nacional. Bienvenida sea esta nueva etapa de entendimiento. Y que dure, porque con Íñigo comenzó un idilio que se rompió demasiado pronto, aunque es probable que, por el bien de algunos proyectos que son crónicos en nuestra región, lo reverdezcan en su próxima cita del 3 de diciembre.
«Si las mujeres mandasen, en vez de mandar los hombres, serían balsas de aceite los pueblos y las naciones», cantan en la zarzuela ‘Gigantes y cabezudos’, acaso porque cuando se escribió no habían nacido Margaret Thatcher ni Esperanza Aguirre. Chanzas aparte, lo cierto es que el presidente parece entenderse mejor en la oposición con las féminas que con sus adversarios varones. Algo que debería tener en cuenta para dejarles paso en su propio partido, que, si bien ha superado tiempos de candidaturas vergonzosas –como la que formó ‘El Macho’ en Selaya, encabezada por él y compuesta sólo por mujeres para hacer una bufonada de muy mal gusto–, todavía camina por territorios marcadamente masculinos.
El día en que haya una mujer en la terna de candidatos para sustituir a Revilla, el PRC alcanzará la mayoría de edad. Y, si como parece, ese futuro se aleja porque el PP presenta a Íñigo de cabeza de lista en las elecciones autonómicas y él se ve obligado a seguir, tienen tiempo suficiente para ir promocionando sin apremios alguna figura femenina. Que haberlas, haylas.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

FALSOS EDITORES (23 de noviembre de 2016)


El Diario Montañés, 23 de noviembre de 2016

El diseño gráfico es una de esas artes que necesita explicarse a sí misma. En cada proyecto los diseñadores toman decisiones artísticas que luego fundamentan con profusión de datos. No seré yo quien desprecie tales reflexiones ni dude de su pertinencia; es más, las considero necesarias porque descubren paso a paso las intenciones del creador. Gracias a tales aclaraciones he sabido que la línea azul del logotipo que ha ganado el concurso que puso en marcha el gobierno regional para actualizar su imagen corporativa representa al mar Cantábrico, porque, llevado por mi rémora cultural, pensé que podía tratarse del río Guadalquivir, por cuyas aguas navegó el almirante Bonifaz para liberar Sevilla.
Por cierto, el concurso ha dado mucho que hablar en nuestro ámbito provinciano. Tengo que conceder la razón a quienes decían que estaba mal pagado y que abriéndose a todos los públicos despreciaba la labor profesional de los diseñadores (quienes, dicho sea de paso, también suelen caminar por la senda del intrusismo cuando, yendo más allá de su oficio, se atreven a publicar libros porque identifican saber maquetar con saber editar, y no tienen pudor en menospreciar cuantas reglas ortográficas u ortotipográficas ponen obstáculos a su sacrosanto diseño). Pero debo protestar ante quienes durante el controvertido concurso descalificaron profesionalmente a José Ramón Sánchez como miembro del jurado «por no ser un diseñador». La ignorancia es madre del atrevimiento, y quienes lo hicieron desconocían que, antes de que algunos de ellos hubieran nacido, Sánchez había realizado ya centenares de carteles, contribuyendo, incluso, a un cambio de gobierno en España con una campaña publicitaria ejemplar, desde el dibujo manual, que es el germen natural de cualquier diseño.
De todos modos, y aunque nuestro artista se retiró del jurado «por razones personales», alguien no debió de perdonárselo y, oculto en el anonimato, el pasado viernes publicó en la Wikipedia que José Ramón había fallecido el 15 de noviembre de 2016. Y así estuvo veinticuatro horas, hasta que corregimos «la información vandálica». Muerto por la maldad de algún mediocre cobarde que durante unos minutos se erigió –cosa bastante común– en editor de falsedades.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

SABIOS CONSUELOS (16 de noviembre de 2016)


El Diario Montañés, 16 de noviembre de 2016

Acabamos de añadirle una muesca negativa a nuestra estadística económica: el salario bruto de los cántabros se ha situado por primera vez debajo de la media nacional. Y no vale decir que ganamos poco por nuestra escasa cualificación profesional; la dura realidad es que con el modelo productivo que padecemos, la única salida laboral que podemos ofrecerle a los jóvenes más preparados es la puerta al extranjero.
Hemos conocido por este periódico dos noticias que demuestran que estar preparados les sirve de poco: la primera recogía que nuestros arqueólogos están realizando excavaciones en yacimientos de otros países y cuando regresan a Cantabria –tierra, por cierto, de gran riqueza arqueológica– en el mejor de los casos los colocamos una temporada de guías turísticos. La segunda, que los médicos que trabajan en nuestra región ocupan casi el 50% de las plazas hospitalarias interinamente. Y eso que son gentes muy profesionales, pues pese a su precaria situación laboral han contribuido a que tres departamentos del hospital de Valdecilla –Digestivo, Cardiología e Infecciosas– ganen un prestigioso premio a la excelencia. (La semana pasada les hablaba en este mismo rincón de lo importante que era leer entre líneas. Ésta les pido que lo apliquen a las declaraciones de la doctora Carmen Fariñas, responsable del departamento de Infecciosas, cuando agradece la distinción que le han concedido a su equipo: cinco facultativos, tres enfermeras, una auxiliar y una administrativa, «sin olvidar –añade– a los cuarenta residentes que pasan cada año por la Unidad». Buena proporción entre eventuales y fijos: el 80%).
Todo está cogido con hilvanes, a punto de reventar por las costuras. Estamos cerrando el paso a los jóvenes porque la política de recortes aconseja amortizar los puestos de trabajo de los que se jubilan. Y así es posible que podamos aguantar unos años más por inercia, como resisten los enfermos terminales, pero las probabilidades de salvación son nulas. Quizá por ello nos hemos puesto en manos de los sabios consejos de José Mujica, quien como los buenos médicos, cuando saben que la cosa no tiene cura, al menos consuelan.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

LEER ENTRE LÍNEAS (9 de noviembre de 2016)


El Diario Montañés, 9 de noviembre de 2016

No tengo el libro a mano y soy demasiado perezoso como para levantarme a buscarlo en el desorden de la doble fila de los estantes de mi biblioteca, pero puedo asegurar que se trataba de ‘Archipiélago Gulag’, una obra muy célebre y perseguida en los años setenta del pasado siglo xx. Recuerdo la escena: un periódico ruso recogía la noticia de que un grupo de presos políticos habían encontrado en las llanuras siberianas un mamut tan bien conservado que, tras desenterrarlo, «comieron su carne con fruición». En ese momento de la lectura, cuando mi mente estaba centrada en el excepcional hallazgo de un animal que había desaparecido diez mil años antes, Aleksandr Solzhenitsyn, su autor, me pedía, como lector, que recapacitara sobre el hecho de que lo hubieran comido «con fruición». Ahí, según él, estaba la clave. Era tal el hambre que padecían los presos del régimen estalinista en los campos de concentración que no pudieron resistir el impulso de zamparse a aquel prodigio prehistórico. El Nobel ruso me estaba enseñando a leer entre líneas.
Esto lo traigo a cuento porque con la formación del nuevo gobierno de Rajoy se han producido dos circunstancias que necesitan un análisis pausado para sacar conclusiones. La primera, que seguimos sin un ministerio específico de Cultura. La segunda, que en la toma de posesión de Íñigo de la Serna como ministro de Fomento –felicidades, Íñigo, y mucha suerte, aunque con tu marcha Ansola, Olga Agüero y yo nos quedamos un poco huérfanos– estuvieron presentes, y cito textualmente, «representantes de las mayores constructoras nacionales, como el presidente de ACS, Florentino Pérez, el de Sacyr, Manuel Manrique, la presidenta de FCC, Esther Alcocer Koplowitz, y el vicepresidente de Acciona, Juan Ignacio Entrecanales».
¿Significa lo primero que el gobierno de Rajoy le sigue dando la espalda a la cultura porque le interesa más bien poco? ¿Quiere decir lo segundo que las grandes constructoras acechan, como las moscas a la miel, al nuevo responsable de la obra pública?
Resulta tan obvio que no parece necesario tener que leer entre líneas.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

CENIZAS (2 de noviembre de 2016)


El Diario Montañés, 2 de noviembre de 2016

La Iglesia católica cree que la cremación del cadáver «no toca el alma y no impide a la omnipotencia divina resucitar el cuerpo», pero al tratarse de un proceso antinatural lo considera forzado y violento. Además, acaba de prohibir esparcir las cenizas de los difuntos y mantenerlas custodiadas en el domicilio.
Mientras tanto, litros de sangre, metros cuadrados de pellejos de santos prepucios, kilómetros de huesos y miles de piezas corporales desmembradas rezuman santidad en el particular parque temático de algunos templos católicos del mundo. Son fragmentos humanos que permanecen incorruptos en la esperanza de unirse entre sí al final de los tiempos para resucitar con Cristo (‘Ad resurgendum cum Christo’).
Es posible, aunque no se hayan atrevido a decirlo, que los cerebros grises de Roma sospechen que quienes han padecido la incineración lo van a tener más difícil ese día de gloria, porque las cenizas, según ellos, no deben ser el capítulo final de la existencia humana: el destino último es entregarnos a la tierra de la que provenimos. Nuestros cuerpos de barro –creados según la mitología bíblica con polvo y saliva divina– deben volver al polvo originario en lenta pudrición, sin acelerar el ritmo con procedimientos antinaturales que los «destruyen brutalmente», los convierten en cenizas y harán muy difícil su reencarnación cuando suenen las trompetas del juicio final.
Son ocurrencias de una institución rancia e inmovilista que permanece anclada en dogmas medievales. Nada les importa llenar de desasosiego a los católicos que han optado por la cremación de sus familiares muertos y que estos días honran sus memorias con el mismo respeto y recogimiento con que lo están haciendo los que llenan de flores los cementerios.
Me declaro enemigo de los dogmas. Pero sospecho que por más vueltas que le demos a la cuestión –enterrados o incinerados, en polvo o en ceniza– todos acabaremos igual. Como Luis de Góngora, en ese estremecedor endecasílabo que da remate a un genial soneto, presiento que al final de los tiempos nos convertiremos «en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada».