miércoles, 29 de marzo de 2023

BROMAS PESADAS (29 de marzo de 2023)

 

El Diario Montañés, 22 de marzo de 2023

Los japoneses están preocupados por los actos vandálicos que sufren últimamente los restaurantes que sirven sushi en cintas. Según parece, algunos indeseables andan realizando acciones repugnantes en los recipientes antes de que lleguen a los demás comensales: chupan los cubiertos, lamen la boca de las botellas, retornan a las bandejas alimentos previamente masticados... Por eso quienes esperan turno para recoger su pedido andan moscas, y los establecimientos temen perder ganancias. Los llaman «terroristas del sushi».

Hace 41 años, cuando llegó Pryca a Peñacastillo, jóvenes de muy mala leche pululaban por allí, además de tomando tentempiés por el morro, taladrando con un alfiler, de un lado a otro, orificios imperceptibles en las cajas de preservativos. Los índices de natalidad ya eran preocupantes, pero al hacerlo no pensaban en fomentar la reproducción, sino en practicar otra forma aleatoria de jodienda. Ambos son ejemplos de bromas bárbaras, como las de Gila: «si no sabes aguantar una broma, márchate del pueblo».

Hay otras actitudes sofisticadas que, más que bromas, semejan burlas. Porque, aunque sea lo legal, resulta grotesco que la familia del funcionario de Obras Públicas siga disponiendo de 3.500 euros mensuales para gastos y manutención; algo que todavía sería más sangrante si el imputado continuase cobrando durante más tiempo de la Administración.

Acaso sin pretenderlo, el ministro Escrivá no se quedó atrás en la burla cuando declaró esta semana que en España no será necesario retrasar la edad de jubilación, porque nuestra situación es distinta a la de Francia. Y se quedó tan pichi, obviando que ya nos jubilamos varios años más tarde que los gabachos. Aunque la edad media del retiro la elevarán algunos salvapatrias que, ganando lo que ganan y trabajando lo que trabajan, no querrán jubilarse porque no podrían afrontar su alto tren de vida.

 Y con eso, pocas bromas.

martes, 21 de marzo de 2023

ELOGIO DEL PUEBLO (22 de marzo de 2023)


 El Diario Montañés, 22 de marzo de 2023

«Ser de pueblo no estaba bien visto. Lo comprobé cuando empecé al colegio en Santander. Aunque pude desquitarme pronto de la petulancia capitalina de mis compañeros, porque yo conocía el nombre de los pájaros y de los árboles, y ellos no». Esto me lo contaba Mario Camus. También, que echaba de menos las canciones que se improvisaban en los bares, algo común en la ciudad de su infancia. «Regresaba del colegio al atardecer, y en cada taberna había grupos cantando a coro. Es una lástima que esa costumbre se haya perdido». Fue cuando me confesó que se dedicaba a recordar las letras de aquellas tonadas para ejercitar la memoria, y que después las recopilaba en un cuaderno.

Rememoré aquella conversación el pasado domingo en Fresno del Río (Campoo de Enmedio), donde me habían invitado a presidir, junto a Pedro Manuel Martínez, alcalde de aquel municipio campurriano, la entrega de premios del Concurso de Narrativa Costumbrista de los Valles de Cantabria. La ronda El Liguerucu y la Escuela de Folclore Luis García ambientaron el acto cultural con sus sones y tonadas. Resultó emocionante. Sobre todo, al ver a las más pequeñas tocar la pandereta, o al propio alcalde, integrante del coro, emitir el ‘ijujú’ o ‘relinchido’ –herencia guerrera celta– al final de una canción.

Entre aquellas gentes de pueblo, que siguen enriqueciendo con su impulso nuestra identidad en tiempos de uniformidad cultural, me sentí orgulloso de ser de pueblo. Seguro que Mario también se habría sentido satisfecho. Recuerdo una edición de la Gala de las Letras de Santander de la que salió echando pestes porque todas las canciones se habían interpretado en inglés. «El próximo guion te lo preparo yo, incluyendo canciones montañesas; no podemos menospreciar lo nuestro», le comentó con cercana complicidad a Gema Igual.

Lo manifestaba un creador universal.

 

lunes, 13 de marzo de 2023

IRIBAR, OCAÑA, ABASCAL (15 de marzo de 2023)

 

El Diario Montañés, 15 de marzo de 2023

¿Qué hace una persona del mundo de la cultura dirigiendo un club deportivo?, me preguntaron en un medio de comunicación al saber que era presidente del Club Natación Camargo. Daban por hecho que viviría en una burbuja intelectual. Por eso quiero aclarar que el deporte, cuando se practica con integridad, puede generar influencias tan beneficiosas como las de cualquier escritor, músico o pintor, por citar profesiones consideradas «más ejemplares».  

En mi caso, tres deportistas me han alumbrado durante la adolescencia y la juventud con la misma luz con la que pudieron iluminarme algunos intelectuales: dos, mayores que yo, José Ángel Iribar y Luis Ocaña; el otro, cuatro meses más joven, José Manuel Abascal.

Iribar fue mi ídolo de adolescencia. Muchos años después, poco conocido fuera de Bilbao por las nuevas generaciones, coincidí con él en Barajas: «Chopo, si no te lo digo hoy, no podré decírtelo nunca. ¡Cuánto te admiro!». Apretó mis manos entre las suyas y, dándome las gracias, me clavó la emoción de su mirada. 

Con Ocaña padecí de cerca sus habituales bronquitis en el Tour –por entonces yo solía pasar los veranos en Burdeos–. Su caída en 1971 me destrozó. Por eso gocé como nadie el Tour que ganó en 1973. De aquel entonces, cincuenta años ya, atesoro su autógrafo.

De Abascal permanecen imborrables en mi memoria sus test emocionantes de La Albericia, la madrugada olímpica y su extraordinaria medalla de bronce, que nos puso el corazón a mil. (Con él me encontraré pronto –más allá del Facebook– para hablar de algún proyecto).

Iribar, Ocaña, Abascal. Espejos en los que siempre me he mirado. Su ejemplo deportivo y su calidad personal han dejado tanto poso en mí como el que hayan podido dejar García Márquez o Torrente Ballester.

Porque los buenos deportistas también edifican nuestro espíritu.

jueves, 9 de marzo de 2023

CON LAS MANOS VACÍAS (8 de marzo de 2023)

 

El Diario Montañés, 8 de marzo de 2023

Desconozco si el funcionario jefe del servicio de carreteras de Cantabria ha viajado al extranjero para algo más que abrir «una cuenta en Luxemburgo», o si solo se dedicaba a recorrer la geografía regional para pasar revista a las carreteras. Lo cierto es que con su presunta actitud acaparadora ha levantado en nuestra región un revuelo (poco conocido fuera de ella) que ha conseguido amargarle a Revilla los últimos momentos de su vida política, quizá merecedores de mayor reposo.

Parece ser que dicho funcionario estaba tan asentado en su poder que llegó a creerse el ombligo de lo concerniente al chapopote, y, aunque dicen que trabajaba a sus espaldas, con tal actitud se ha llevado por delante a dos superiores… de momento. La confianza le llevó a acumular desmesuradamente, sin tomar la perspectiva necesaria. Dicen que para ello es necesario viajar, ya que «las luengas peregrinaciones hacen a los hombres discretos» y además enriquecen –de otra forma, es cierto–, porque el viajero tiene la oportunidad de comprobar que hay más oro del que reluce en el negro alquitrán. También viajar ayuda a saber un poco de todo, cosa que, según Pascal, «vale más que saberlo todo de alguna cosa», aunque sea de carreteras.

San Francisco de Asís tenía una norma que al parecer tampoco practicaba el funcionario, quizá porque nunca pensó en el último viaje, el que nos debe encontrar ligeros de equipaje, «casi desnudos, como los hijos de la mar»: «Necesito pocas cosas –proclamaba el de Asís– y las pocas que necesito, las necesito poco».

(He meditado este artículo en un viaje a Viena, visitando la Cripta Imperial de los Capuchinos, donde se encuentran, entre otras muchas de la aristocracia, las sepulturas de doce emperadores y dieciocho emperatrices. Sus manos terminaron vacías. Su riqueza quedó en este lado).

 

RADICALIZACIÓN CULTURAL (1 de marzo de 2023)

 

El Diario Montañés, 1 de marzo de 2023

No, si yo no digo que no esté bien fallado el premio Castilla y León de las Letras. Méritos sobrados tiene la obra del premiado. Aunque quizá más la de antaño, porque la actual muestra cierta involución hacia conceptos rígidos de la nación, al menosprecio de la modernidad o a la alabanza torera, además de preferencias mayores hacia menores que prefiero no tratar aquí. Dice el galardonado que no es él quien se ha apropiado de las ideas de Vox, sino que han sido los de Vox quienes se han apropiado de las suyas, antes tan extremas, ahora convergentes. Igualmente han confluido las del consejero de la cosa cultural, pasando del extremismo de izquierdas más radical a la radicalidad de la orilla opuesta, tan vertebrada, tan masculina, tan diestra. Y no digo yo que esté mal cambiar las ideas, porque el inmovilismo puede idiotizar, pero las mudanzas abruptas, de chaqueta nueva a camisa vieja, suelen desprender el olor a alcanfor de lo cerrado y evocar épocas de sotanas resobadas.

Pero que nadie deduzca de esto que yo digo que el premio se le ha concedido a Sánchez Dragó por simpatías políticas antes que por calidad literaria. Al fin, tampoco son tantos los escritores que lo merecían (entiéndaseme la ironía). Además, hay que añadir que el laureado lleva tiempo viviendo en Castilfrío –y eso da puntos–, un pueblecito de Soria casi vacío, en una casona típica castellana, que ha reparado con paciencia y en cuyo jardín ha colocado dos cabezas enormes de Buda. Oriente y Occidente hermanados de tal guisa con la más profunda contradicción estética, igual que el escritor y el consejero han sabido conciliar sus contradicciones políticas.

No, yo no diré nunca que esté mal fallado el premio. Solo que la radicalización también ha anidado en la cultura.