miércoles, 28 de junio de 2017

ENTRE EL CIELO Y EL SUELO (28 de junio de 2017)


El Diario Montañés, 28 de junio de 2017

Aprendí en el catecismo que una de las condiciones para perdonarle los pecados al pecador es que tenga propósito de la enmienda. Acabamos de conocer que el Racing no sólo no se ha enmendado sino que ha aumentado su deuda hasta convertirse en la empresa regional que más le debe a Hacienda. Como necesita saldar su débito para seguir paseando el nombre de Santander y Cantabria por los desolados campos de Segunda B, anda pidiendo dinero público, que es el de los que sí pagamos impuestos. La temporada se ha ido al traste en lo deportivo y en lo económico, porque si ya era difícil justificar en momentos de euforia la inyección económica que se le iba a dar a una sociedad privada que no cumple con sus obligaciones fiscales, más lo será ahora. La patata caliente que tiene el equipo de gobierno entre las manos puede convertirse en un infierno.
Menos mal que cielo se lo ha puesto en bandeja el Centro Botín, convertido publicitariamente en la imagen de modernidad de Santander (¡cuánto les costaba a algunos decir Cantabria en los discursos!). La expectación que ha generado supera todas las previsiones. Cuarenta mil personas lo han tomado como suyo y han paseado por sus pasillos exteriores, valorando sobremanera las espléndidas vistas de la bahía y su entorno, algo que ya estaba ahí antes de que la construcción emergiera. Sospecho que para la mayoría –más de cultura de fachada que de contenidos interiores–la tónica va a ser tomar el edificio como si de un mirador se tratase.
Me decía Santi –un gruista portuario que lleva años gozando de una de las vistas más bellas del mundo desde la altura de las grúas– que está pensando en decirle a su empresa que las abra a las visitas y que las alquile por las noches para tener ingresos extraordinarios. Con una pequeña inversión en medidas de seguridad sería posible. Además, girando la cabina, los visitantes tendrían inigualables panorámicas de 360 grados.
Seguro que habría largas listas de espera. Como las que hay en la Sanidad cuando no se pagan los impuestos.

miércoles, 21 de junio de 2017

UN VERANO MUY CALIENTE (21 de junio de 2017)


El Diario Montañés, 21 de junio de 2017

El Observatorio Astronómico Nacional dice que hoy comienza el verano, aunque podemos  asegurar sin necesidad de mirar a las estrellas que ya lleva varias fechas entre nosotros: las altas temperaturas y los pantanos resecos así lo atestiguan, y la amenaza de futuros recortes –también en el agua– está más presente que nunca, aunque prefiramos mirar hacia otro lado. La ola de calor primaveral vuelve a superar este año la temperatura del año anterior, que, a su vez, superó la del precedente. Y todo ello me lleva a pensar que esto, más que una casualidad, es ya un ciclo que presagia un cambio climático impepinable que sólo los necios no quieren ver, ahora que, para nuestra desgracia, al frente del mundo está uno de ellos.
En política, por eso de que el verano suele ser época de baja actividad, es tradición trasladar la calentura a los otoños. Pero también aquí parece que el cambio climático ha trastocado las estaciones. Y, pese a que los poetas identifican el buen tiempo con el amor, algunos militantes del partido socialista de Cantabria no parecen estar muy por la labor y han decidido presentar una candidatura alternativa a la oficial, para lograr «un cambio de caras y un cambio de actitud». Sus oponentes del PP regional también andan a la greña, por más que desde Génova intenten salvar los muebles pidiendo una conciliación que parece imposible dadas las posturas irreconciliables. En este verano caliente, anticipo de un otoño que puede ser abrasador, el único partido que parece vivir al margen de los sofocos es el PRC, que asiste al espectáculo instalado cómodamente en el tendido de sombra. Al menos mientras Revilla aguante.
Desconozco si nuestro presidente ha recibido ya alguna de esas señales que nos llegan cuando nos vamos haciendo mayores. Pensar en cambiar la bañera por el plato de ducha es una de ellas, aunque un amigo mío mantiene que la definitiva es que te da por hablar del tiempo cuando no tienes de qué hablar. No seré yo quien le lleve la contraria.

martes, 13 de junio de 2017

SENSACIÓN DE BUEN BALANCE (14 de junio de 2017)


El Diario Montañés, 14 de junio de 2017

Somos un país con tendencia al engaño. En ‘El Buscón’, la genial novela de Quevedo, hay un personaje que sufre hambre crónica, pero todos los días sale a la calle con una cajita en la que lleva migajas de pan para colocárselas «por barba y vestido, de suerte que parece haber comido». Muchos años después, Rodrigo Rato, con sonrisa sibilina, hizo lo propio con la famosa campana de Bankia, cuyos tañidos no pudieron evitar el posterior campanazo de la entidad. Tengo un amigo que excusa tales posturas, porque mantiene que en esta sociedad de apariencias «siempre hay que dar sensación de buen balance». Y a eso es a lo que se han dedicado los responsables del sector bancario desde que llegó la crisis financiera: a transmitirnos un estado muy saludable de sus cuentas. Lástima que ahora que todo parecía ir tan bien haya caído el Banco Popular, al que no tumbaron en su día ni los trapicheos del famoso Pepe.
Nuestra Caja Cantabria, despersonalizada en Liberbank, es la que más está pagando el precio de la actual inseguridad, y es una pena. El amigo al que antes me refería guardaba allí sus ahorros, agradecido porque la Obra Social hacía parques en los pueblos para que jugasen los niños y ponía bancos para que se sentasen los viejos. Ahora ya no; aquello es historia. Ni siquiera hay suficiente personal en las oficinas, y eso que según sus cuentas aún sobran unos cuantos.
Espero que Liberbank resista y que sus accionistas no lo pierdan todo, como lo han perdido los del Popular, cuyas lágrimas han tenido menos minutos televisivos que las de Manolo el del bombo cuando le robaron su tambor de batalla. Algo lógico en una sociedad que valora más el ruido que las nueces. Por eso se le dio tanto bombo –y aun platillo– a la inauguración del nuevo hospital de Valdecilla. Entonces era un tiempo de ruido electoral; ahora, en el silencio, las nueces de los veintidós millones de euros deben esperar tiempos mejores.
Pero ya llega el verano, y eso, en Santander, nunca se puede olvidar.

miércoles, 7 de junio de 2017

CRÓNICA DE UNA VISITA (7 de junio de 2017)


El Diario Montañés, 7 de junio de 2017

Como todos los años he vuelto a la feria del libro de Madrid. En ella, durante diecisiete días, casi cuatrocientos expositores muestran sus novedades, muy abundantes por eso de que el mercado del libro ha entrado de lleno en la cultura de la caducidad temprana.
Otro asiduo a la feria es nuestro presidente. Los fines de semana suele acudir a firmar libros con su «ahijado», Jesús Cintora, y la expectación que produce crea largas filas en torno a su caseta. En esta edición he estado junto a él –a sus espaldas, sin que se percatara– observando las reacciones de la gente mientras esperaba su dedicatoria. «Miguel Ángel, eres un tío estupendo». «Muchas gracias». «Revilla, ¿por qué no te presentas a presidente de España». «Si tuviera menos años...». «Presidente, ¿no vas a estar en la inauguración del mundial de vela?». Esta pregunta le sorprende, pero reacciona con soltura: «A mí nadie me ha dicho nada..., además, yo soy más de ‘prao’ que de mar. Pero el lunes estaré, sin falta, en la Virgen del Mar». Como, efectivamente, estuvo.
Había quedado con él el día anterior, porque quería visitar la caseta del Gremio de Editores de Cantabria. Cuando se percató de mi presencia, me dijo que en cuanto terminara nos pondríamos en camino, pero que no podía dejar a nadie sin firmar el libro. Con todos hablaba. Con todos se fotografiaba. Permaneció en su lugar hasta que la fila de admiradores llegó a su fin. Fue cuando nos pusimos en marcha. Pero resultaba dificilísimo dar un paso sin que la gente lo reconociera y lo parase para hacerse una foto con él. Al final, lo conseguimos.
Sé que con Revilla las críticas o los halagos no tienen término medio. Yo, aquí, sólo hago una constatación: él ha sido el primer, y único, presidente regional que ha visitado nuestra caseta, aunque en el juego entre también la feria de Santander. Y es un gesto que, como presidente de los editores cántabros, debo agradecer. Porque los libros editados en Cantabria alimentan el alma tanto como las anchoas y los sobaos alimentan el cuerpo.