martes, 24 de noviembre de 2015

EL TAMAÑO NO IMPORTA (25 de noviembre de 2015)


El Diario Montañés, 25 de noviembre de 2015

Andrés Iniesta, el sábado, en el clásico, con su metro setenta de estatura, dio una lección de técnica, fuerza y dominio. Se hizo dueño del centro del campo y dirigió a su equipo con pie maestro hacia la victoria, aunque a su alrededor todos parecían más altos. Él es uno de los componentes de aquel grupo de locos bajitos que elevaron al cielo el fútbol nacional y lograron consecutivamente un Mundial y dos Eurocopas, demostrando que en ciertos órdenes de la vida, y también en el deporte de élite, vale tanto la maña como el tamaño.
Sin necesidad de recurrir a ejemplo tan palmario, un aspirante cántabro a policía local está reivindicando el derecho a opositar en su tierra aunque mida dos centímetros menos de los que se exigen en nuestra región para entrar en el cuerpo. Aquí rige el tope mínimo del metro setenta para poder formar parte del grupo de chicarrones del norte que dan seguridad y protección a los ciudadanos, frontera que en la policía nacional y en la guardia civil se fijó hace tiempo en cinco centímetros menos. Por eso alega «desigualdad normativa» y defiende que, como dicta el sentido común, ser un buen policía no sólo depende de la estatura, aunque a priori pueda parecer que son los altos quienes imponen más respeto.
Precisamente dos personajes más bien bajitos nos acaban de dar un buen ejemplo de talla política. Desoyendo ese refrán que dice que «quien tiene vecino, tiene enemigo», Revilla y Urkullu han dado un paso de colaboración del que seguro obtendremos más fuerza en las reivindicaciones comunes, que pasan por reforzar las comunicaciones por carretera y por tren, y por aumentar nuestra relación en materia sanitaria. Un nuevo acercamiento que se suma al que iniciaron hace tiempo los alcaldes de Santander y Bilbao en materia cultural.
Lo que desconozco, y quisiera conocer, es si en el nuevo modelo de incapacidad laboral, cuya duración se va a guiar por la estadística, la estatura está también contemplada en el baremo. Por simple prevención, no sea que por tratarse de bajas y altas el tamaño sí importe.

martes, 17 de noviembre de 2015

TODOS LOS MUERTOS (18 de noviembre de 2015)


El Diario Montañés, 18 de noviembre de 2015

Vidas segadas de cuajo en París. El asunto catalán ha desaparecido de la primera plana porque se juega una partida mucho más importante en el ajedrez global. Desde la noche de los tiempos, en el damasquinado campo de batalla se odian dos colores. Negros caballos con turbante y balas han respondido sin piedad a la limpia muerte de alfiles-drones y blancos aviones. Y en uno y otro lado del tablero caen las piezas más débiles para mayor gloria de la mano anónima que rige el lance. Siempre ha sido así.
Horas antes de la masacre, Enrique Álvarez –en mis antípodas ideológicas y sin embargo buen amigo– escribía en este periódico un artículo en el que expresaba su conocido pensamiento de que el terrorismo islámico ha surgido con fuerza frente a la preponderancia del capitalismo liberal, que se sentía sin enemigos tras la caída del muro comunista, y también por cierta lasitud religiosa de Occidente. Enrique –como Borges cuando poetizaba el juego del ajedrez– mantiene que en «el Oriente se ha encendido una guerra cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra», aunque a nosotros sólo nos importe puntualmente la que se disputa en el lado de acá del tablero.
Ante el horror de París, los medios de comunicación han doblado su actividad. Y en un afán desmedido por ponerle nombre a todos los muertos de esta parte, han incluido en la lista a algunos ciudadanos españoles que, por suerte, estaban vivos. Su sorpresa fue grande cuando se vieron en la relación de fallecidos. Pero, superado el susto, son conscientes de que han tenido el raro privilegio de conocer en vida las alabanzas que se han hecho en las redes sociales de sus andanzas y aventuras casi heroicas –redes que se tiñeron con rapidez, por un manejado impulso mimético, con los colores de la bandera francesa–. Uno de los falsos muertos, ante tantos halagos, ha dicho que si siguen escribiendo cosas tan bonitas sobre él tal vez tenga que morirse de verdad. Para reírse, si no fuera un asunto tan serio que está dejando en el otro lado del tablero cientos de muertos anónimos, sin nombre ni apellidos, y, por descontado, sin rostro.
Muertos invisibles que apenas se sufren. O que se sufren menos.

martes, 10 de noviembre de 2015

OTOÑO CALIENTE (11 de noviembre de 2015)


El Diario Montañés, 11 de noviembre de 2015

En estos días de buen tiempo y de playa, las calles se llenan de vida. El veranillo de San Martín ha venido con vocación de quedarse más de lo que suele ser habitual –dice el refrán que «El veranillo de San Martín, tres días y fin»–, acaso por eso del cambio climático, tan cuestionado por Rajoy porque su primo no tenía apenas certezas meteorológicas. Y los ciudadanos hemos salido a pasear para aprovechar al máximo esta prórroga veraniega, ya en la mitad del otoño.
Las mañanas son propicias para degustar rabas en las terrazas, y de olor a rabas se han impregnado las esquinas de Santander. Por las tardes el olor cambia al de las castañas asadas, aunque los paseantes, animados por la buena temperatura, siguen optando por los helados. Tiempo vendrá para las castañas. De sobra sabemos que al invierno –es otro refrán– no se lo come el lobo.
Y todas las conversaciones giran, como no podía ser de otra manera, alrededor de este buen tiempo, con una ingenuidad que nos lleva a asombrarnos, siempre como si fuera la primera vez, de lo bueno que hace, de que hemos alcanzado la máxima temperatura de España, de lo a gusto que se está en la calle, de lo que ahorramos en calefacción...
También hablamos de motociclismo y de fútbol, ya se sabe. Es el pan nuestro de cada día, el que nos ayuda a sobrellevar la pesada carga de la realidad, porque nos evadimos de ella poniendo nuestras ilusiones en las victorias de los demás. Y casi sin pretenderlo, resulta inevitable que nos acordemos de estos políticos que nos ha tocado sufrir, bien ajenos a los intereses de la ciudadanía. Incapaces de dialogar, que ésa es la esencia de su trabajo, se acaban de despachar con una declaración secesionista que nos está abocando a discusiones muy alejadas de nuestros verdaderos problemas. Parecen especialistas en distraernos con lo accesorio y en desviarnos de lo fundamental. Se han propuesto, a su manera, ellos también, darnos un otoño caliente.

martes, 3 de noviembre de 2015

LA FOTO DE LA ESCALERA (4 de noviembre de 2015)


El Diario Montañés, 4 de noviembre de 2015


En este puente no hemos ganado para sustos. Al terremoto de Villacarriedo, que de tan suave sólo quebró una botella de Martini, le sucedieron otras noticias que han hecho tambalearse los cimientos de nuestra paciencia.
Nos desayunábamos recientemente con la información de que el Archivo Lafuente y el Reina Sofía están planificados en el aire, porque el Estado no ha autorizado la utilización del edificio del Banco de España como sede de ambos proyectos (susto mayúsculo para nuestra milla turística-cultural, y alivio para quienes pensamos que en ese edificio debe tener su espacio definitivo el Museo de Prehistoria y Arqueología). Luego, sin un respiro, conocíamos que nuestra región ha perdido desde 2008 más de quince mil empleos industriales, el 30% de los que había antes de comenzar la crisis, y que nuestros ganaderos no pueden sobrevivir con lo que reciben por la leche (estado de suma gravedad para la industria y la ganadería regionales). El lunes, el Alvia, ese tren de tal virulencia que se planta en cuatro horas y media de Santander a Madrid, volvió a sufrir una avería en la catenaria y llegó en un tiempo cercano a las ocho horas (nuevo resquebrajamiento de las comunicaciones). Entre medias, se va a revisar al milímetro las obras de Valdecilla –el hospital que sigue cerrado tras haber sido inaugurado en diferido hace siete meses– porque según dicen se han hecho sin ningún control (enésimo retraso sanitario).
Para exigir la solución de alguno de estos temas crónicos, Revilla se ha entrevistado con Rajoy en La Moncloa el Día de los Difuntos. Antes, le ha entregado las consabidas anchoas y han posado en la escalera para la prensa gráfica. Desconocemos si Mariano seguirá siendo su interlocutor en el futuro, porque las próximas elecciones pueden convertirle en un difunto político. De ser así, Revilla tendría que volver a empezar. Tampoco sabemos cómo habrá preparado el encuentro, pero sí que la cita tuvo un preámbulo significativo: el domingo, en la feria de Arredondo, también se retrató en una escalera. Entonces lo hizo junto a un rebaño de cabras, cabritos y cabrones.