martes, 30 de septiembre de 2014

DEMAGOGIA (1 de octubre de 2014)


El Diario Montañés, 1 de octubre de 2014

Siguiendo el pensamiento del profesor y crítico George Steiner –sin conocerlo, eso es seguro–, nuestros gobernantes mantienen la doctrina del silencio en ciertos asuntos, convencidos de que si algo no se nombra, no existe. Utilizaron ya la táctica con Bárcenas, que pasó de «defender los intereses de los cántabros más que Revilla» –¡ay, qué traidoras son las hemerotecas!– a ser un personaje innombrable. Ahora, con el respiro que le están dando a algunos las cifras macroeconómicas, el discurso que se impone, como retahíla aznariana, es que las cosas van razonablemente bien, pese a que unos cuantos demagogos –así nos llaman– sigamos empeñados en mantener que la pobreza sigue su avance irrefrenable. En nuestra defensa acaban de salir los datos del Instituto Cántabro de Estadística sobre las condiciones de vida en Cantabria en 2013, que reflejan una situación muy grave: el 71% de los ciudadanos tienen dificultades para llegar a fin de mes y el 25,3% viven en riesgo de pobreza y exclusión social. Y ambas cifras se han disparado durante esta legislatura redentora.
Pero aquí hacemos seguidismo de la doctrina mariana como si fuera el catecismo. Rajoy, su sumo sacerdote, ha estado en China proclamando que España «ha dado la vuelta a la situación y está creciendo, creando empleo, exportando, invirtiendo y haciéndolo de forma sostenida y sostenible». Menos mal que se contuvo y no dijo que lo había logrado haciendo las cosas como Dios manda.
Para que los demás nos creamos mejor su cuento chino, se acaba de inyectar al PIB (que alguien le diga a Mariló Montero que son las siglas de Producto Interior Bruto) más de 26.000 millones de euros al contabilizar como bienes y servicios el tráfico de drogas y la prostitución, que han aportado un crecimiento de más de 0,8 puntos.
Los avispados especialistas de la cosa económica han copiado sin rubor la filosofía de aquel fraile que llevaba al hombro un saco y una puta, porque decía que todo valía para el convento.

martes, 23 de septiembre de 2014

DESPEDIDAS (24 de septiembre de 2014)



El Diario Montañés, 24 de septiembre de 2014

El mundial de vela nos ha dejado casi al mismo tiempo que el verano. No tengo idea de cómo se ha desarrollado en lo concerniente a los aspectos deportivos y económicos. Desconozco si los campos de regatas eran adecuados o si los vientos fueron propicios. Ignoro si las condiciones logísticas que ofrecía Santander eran las idóneas para los deportistas. Tampoco tengo información fiable sobre si se recuperará o no la inversión realizada. Pero el éxito social ha sido indiscutible, no tanto por el aprecio de las gentes al desarrollo de una competición de la que la mayor parte desconocemos casi todo, cuanto porque hemos podido pasear una nueva ciudad que permanecía oculta tras los muros de la antigua industria naval.
Aprovechando el buen tiempo de septiembre los ciudadanos hemos peregrinado por la duna de Zaera, hemos visitado la zona marítima, hemos alternado en sus carpas y le hemos dado a las noches una apariencia que sólo he conocido en los veranos más bulliciosos de las ciudades turísticas. Y ahora que todo se va, porque nada dura para siempre, nos quedamos con cierta tristeza otoñal.
Es posible que también se despida Íñigo de la Serna en busca de nuevos derroteros. Ha estado muy desasistido en su apuesta por el mundial. Tan sólo le respetó, y de qué manera, la climatología. El CSD, la Federación Española de Vela, el Gobierno Regional, entre otros estamentos, le fallaron con estrépito escudándose en la crisis, aunque en algún momento –puro oportunismo– todos sus responsables salieron en la foto con la sonrisa satisfecha. Hasta Rajoy, que iba de paso hacia vaya usted a saber dónde, estuvo unas horas en Santander el penúltimo día de la competición.
Si se confirma la marcha de Íñigo, Diego al fin respirará tranquilo, aunque pierda una pieza que fue fundamental para conseguir la mayoría absoluta que le ha permitido gobernar en esta legislatura.
Ya se sabe que algunos prefieren perder un ojo con tal de que el adversario se quede ciego.

lunes, 22 de septiembre de 2014

PHOTOSHOP (17 de septiembre de 2014)


El Diario Montañés, 17 de septiembre de 2014


Carmen Martínez Bordiú –la «nietísima» del caudillo, cántabra consorte mientras duró su tercer matrimonio– e Isabel Presley –modelo filipina de méritos remotos– han mostrado esta semana en la prensa del corazón una imagen más próxima a la de jóvenes veinteañeras que a la de la tercera edad por la que transitan desde hace tiempo. Rostros, hombros, pechos y axilas, retocados hasta el exceso, transmiten una presencia lozana de juvenil perfección, muy alejada de su verdadero aspecto. Pero, aunque tal imagen no sea cierta, presumen de ella como si tal cosa, no en vano estamos en una época en la que –lo aprendí del sabio Antonio Alcoba en mis tiempos de estudiante de Magisterio– importa más la máscara –las apariencias– y el tambor –la repercusión– que la realidad. Tiempos ligeros donde imperan el Photoshop y los mensajes vacíos. Tiempos en los que no tienen cabida arrugas ni imperfecciones. Tiempos virtuales.
En los panegíricos –esos discursos que hacemos cuando alabamos a alguien– también utilizamos sin restricciones, aunque literariamente, el Photoshop. Cuando los dedicamos a un muerto, la sombra definitiva de su ausencia diluye otras sombras que pudo proyectar sobre la vida de los demás. Son coto vedado. Hay que suavizar las aristas hasta que desaparezcan y sólo deben quedar para la memoria las luces de una conducta intachable. Nadie es un villano cuando deja este mundo, aunque cuando vivía en él la idea de su honradez no tuviera consenso unánime. Ahora que han coincidido en la muerte dos personajes relevantes en ámbitos económicos y empresariales, las alabanzas se suceden sin desmayo. Oímos hablar de personas «emprendedoras, bondadosas, tenaces, sacrificadas…». En estos casos también funciona una suerte de Photoshop que ofrece la versión más edulcorada de sus vidas.
A mí, aun sabiéndolo, me gustaría, en un futuro que deseo lejano, presenciar mi propio funeral. Si en el sermón hacen alabanzas a mi persona, podría morir orgulloso, henchido de satisfacción. Tendría la certeza, sí, de que exageraban, pero a nadie le amarga un dulce.

martes, 9 de septiembre de 2014

PATRIOTAS DE TRAPO (10 de septiembre de 2014)


El Diario Montañés, 10 de septiembre de 2014




El Centro de Investigaciones Sociológicas acaba de publicar un estudio según el cual el 69% de los cántabros nos sentimos «muy orgullosos» de ser españoles. Y sacamos diez puntos a los segundos, los murcianos. Esta cifra global es el resultado de una clasificación en la que somos los primeros del país en sentir «una emoción muy fuerte» cuando suena el himno nacional –se nos pone la piel de gallina, vaya–; los segundos en mostrar redaños para tomar un fusil y defender la nación –puro ardor guerrero–; y los cuartos si se habla de conmoverse ante la presencia del pendón rojigualda –lo tenemos en un altar–. Según tal estudio, somos la salvaguardia de los valores patrios. Los vigilantes de las fronteras. La quintaesencia de la marca España, su plaza fuerte, su bastión –siguiendo con las metáforas militares–, aunque tal marca se devalúe por los escándalos del «pilla el dinero y corre».
Yo, que me siento cántabro y español al mismo tiempo y en ese orden, pero moderadamente, confieso que habría mandado a hacer puñetas a los sesudos muchachos del CIS. ¡Qué nivel en el siglo xxi!: ¿Qué siente cuando escucha el himno nacional? ¿Defendería la nación con las armas ante una invasión extranjera? ¿Qué le sugiere la bandera?… No quiero imaginar si el resultado de nuestras respuestas se hubiese extrapolado a vascos o catalanes. Aún estaríamos riéndonos de su ridícula actitud nacionalista –o censurándola en sesudos análisis políticos–, sin darnos cuenta de que, aunque de distinto signo, su visión es idéntica a la nuestra.
Estos días que el espectáculo está en la bahía, seré espectador del despliegue de los veleros sobre las aguas mansas, aunque, como casi todos, no entienda nada de este deporte que conjuga viento y física. Pero no me veréis con una gorra roja en la cabeza agitando banderitas rojigualdas cuando un español pase el primero por la línea de meta.
Me alegraré, sí. Mas no soy aficionado a los colores corporativos.

martes, 2 de septiembre de 2014

PERDIENDO CLIENTES (3 de septiembre de 2014)


El Diario Montañés, 3 de septiembre de 2014

La salud de la economía es desconcertante. En las grandes cifras parece que se recupera, aunque en el día a día no se tiene esa percepción y las ventas de los comercios siguen a la baja. Ahora que Santander ha sido declarada zona de gran afluencia turística, los comerciantes del centro pueden abrir en domingo, pero la gente, como muchos temíamos, no responde. Nada ayuda la cosecha escasa e insegura de los bolsillos. Acaso tampoco la apertura de las casetas del mundial de vela, que ofrecen casi el mismo género y desplazan la atención de los paseantes desde el centro hacia la zona marítima. Aunque en el fondo es el cliente –el que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional– el que falla, porque, obligado por las circunstancias, ha perdido ese hábito de la asiduidad.
El obispo de Santander, que tampoco anda muy sobrado de parroquianos, ha pedido a los poderes públicos que preserven el domingo para que sea un día de descanso y no se convierta en un día más por presiones comerciales que todos sabemos de donde vienen. Y ahí coincide con la opinión de los comercios pequeños, que estarían dispuestos a santificar las fiestas como pide el tercer mandamiento, si no para dar un sentido de unión con Dios y aumentar la clientela de don Vicente, sí para la necesaria convivencia familiar. La pérdida de clientes, incluidos los preferentes, también es un mal de Liberbank. A vueltas con el futuro de la Caja, que ahora es Banco y se convertirá en Fundación antes de hacerse humo, algunos consejeros se han votado a sí mismos para continuar en el patronato futuro que gestionará los restos de la derrota.
Hubo una época en que conjugábamos el verbo votar pero no lo ejercíamos. Ahora, con la democracia, lo practicamos cada cierto tiempo. Estos consejeros nos han enseñado, además, que votar puede ser verbo transitivo, de los que hacen recaer la acción sobre el sujeto que la realiza.
¡Qué cosas!