miércoles, 26 de octubre de 2016

PRESIONES A LAS PENSIONES (26 de octubre de 2016)


El Diario Montañés, 26 de octubre de 2016

Niño-Becerra vaticinaba esta semana un futuro negro que nos traerá, más pronto que tarde, la imparable automatización, el crecimiento del paro, la desaparición de la clase media y la insostenibilidad de las pensiones. Algo que me refuerza en la opinión de que, además de tener más lejos el final de nuestra vida laboral, cuando lo alcancemos apenas nos van a quedar unas migajas para el reparto.
Nos hemos metido en un laberinto del que sólo saldremos si el trabajo alcanza cotas importantes y se dignifica lo suficiente como para que los trabajadores tengan seguridad en su puesto y puedan vivir de su sueldo. Pero con la situación actual resulta imposible: cerca del 40% de los contratos que se han firmado en Cantabria en lo que va de año no llegan a durar una semana. De su calidad y remuneración es mejor no hablar.
Lo preocupante es que el propio economista decía que la reparación del edificio de las pensiones es casi una quimera porque presenta daños estructurales. Tiene cimientos inestables, goteras en el tejado y grietas en las fachadas. Además, según él, los políticos tienen muy poca capacidad de maniobra ante los poderes que manejan la economía, y se limitarán a emplastecer las grietas y pintar las paredes interiores, unas veces de rojo y otras de azul, que el color poco importa.
El miedo está dando paso a la ley del sálvese quien pueda. Y al olor del peligro han empezado a sobrevolar como buitres los planes privados de pensiones. Una solución que –dejando a un lado la falta de garantías de los fondos de inversión– tampoco parece que vaya a ser la panacea, porque solamente resolverá el problema de los pocos que pueden permitirse el lujo de ahorrar. A lo mejor, ahora que la abstención de los unos va a permitir el gobierno de los otros, todos los actores políticos se deciden a tomar las riendas de la situación y alcanzan un papel protagonista en el sainete.

Si además se convierten en estrellas antes de que nos estrellemos, sería la leche.

miércoles, 19 de octubre de 2016

PREMIOS ¿LITERARIOS? (19 de octubre de 2016)



El Diario Montañés, 19 de octubre de 2016 

Uno de cada cinco cántabros está en riesgo de pobreza o exclusión social, un eufemismo que expresa de forma edulcorada que la sociedad ya no cuenta con ellos como individuos útiles. Con estas cifras es lógico que la cultura, en general, y el libro, en particular, agonicen: es complicado alimentar el espíritu cuando apenas se pueden satisfacer las necesidades básicas del cuerpo.
Acaso para facilitar el acercamiento de todos a las letras, pero dando definitivamente la espalda a la literatura, la academia sueca ha concedido el Nobel a Bob Dylan, sabedora de que el acceso gratuito a la música es casi universal. Sólo así puede entenderse una decisión tan descabellada, a la que, por cierto, se han sumado múltiples voces que han elevado al cantautor estadounidense a la categoría de gran poeta, comparándolo, incluso, con Homero (no es mala la comparación si se tiene en cuenta que hay serias dudas sobre la existencia del griego, con lo que Dylan puede estar siendo equiparado a un espejismo). En cualquier caso, la decisión de los suecos da un golpe al libro que puede ser definitivo.
Por su parte la editorial Planeta, que vive en un mundo distinto al que yo conozco –como si estuviera en otro planeta–, derrochaba optimismo esta semana «ante la evidente recuperación del mercado del libro». Pero, por si las moscas, ha concedido su famoso premio a una autora de la casa que ya ha vendido un millón de «copias» con otras novelas –es sintomático, la noticia dice «copias», como si de música o cine se tratase– y cuya obra ganadora tendrá su película y su serie de televisión correspondientes, patrocinadas por el mismo grupo empresarial. Una buena fórmula para que las librerías sobrevivan unos meses más con las compras por impulso.
Estamos de enhorabuena. En breve todas las economías podrán acercarse al premio Nobel de Literatura y al premio Planeta sin necesidad de leer, valiéndose de la música, el cine o las series. Pero, ¿qué pasará mientras tanto con el libro y la lectura? La respuesta está en el viento. 

miércoles, 12 de octubre de 2016

EL YATE (12 de octubre de 2016)


El Diario Montañés, 12 de octubre de 2016

Casi al mismo tiempo que el presidente Revilla vendía por los platós televisivos que ser feliz no es caro, atracaba en Santander el yate de un magnate ruso que tiene valorados los pomos de las puertas de sus baños en 40.000 dólares. Melinchenko –así se llama el ciudadano en cuestión– es un marxista convencido, de los que, como Groucho Marx, cree que en la vida hay cosas más importantes que el dinero pero son muy caras y, como no quiere ser un pobre de los que sólo tienen dinero, atesora su fortuna para poder comprarlas.
Su atraque, por contraste, pone de manifiesto el casi atraco que se comete con uno de cada tres trabajadores cántabros, que cobran menos de 655 euros al mes. Es el triste sino de la desigualdad de estos tiempos en los que nosotros nos hemos llevado la peor parte en el reparto. Por eso es lógico que el presidente regional predique por doquier que la felicidad también está en las cosas pequeñas: si bien se mira, son las únicas a las que podemos aspirar.
Estamos tan necesitados, que a los numerosos bancos de alimentos que teníamos se van a sumar ahora los bancos de libros. La consejería de Educación aportará 1,6 millones de euros a los centros educativos como primer paso hacia la gratuidad total, que se prevé en un plazo de dos años. Lástima que una medida tan popular se pueda llevar por delante a las librerías, que van a ver como el eje de su negocio –hoy en día es casi imposible sobrevivir sin vender libros de texto y material escolar– se traslada a los colegios para, quizá, nunca más volver. Por desgracia, nuestra economía es tan precaria como esas mantas de los pobres que, de tan cortas, cuando tapan la cabeza dejan al aire los pies.
En eso también nos lleva ventaja el ruso. Según cuentan, la suite matrimonial tiene una cama que puede girar 360 grados y, con tales características, las mantas tienen que estar preparadas por fuerza a prueba de tirones.

miércoles, 5 de octubre de 2016

LOS SANTOS INOCENTES (5 de octubre de 2016)


El Diario Montañés. 5 de octubre de 2016

Hace treinta y cinco años veía la luz ‘Los santos inocentes’, la novela de Miguel Delibes. Tres años después Mario Camus la convirtió en una gran película. Más de dos millones de espectadores se emocionaron –toda obra de arte debe emocionar– con las desventuras de Paco ‘el Bajo’ y su familia. «Desconozco las razones del triunfo de una historia tan triste y de unos personajes tan desvalidos; supongo que entonces las circunstancias sociales eran favorables», suele reflexionar Camus, dando a entender que actualmente el éxito resultaría más complicado.
El intento golpista del 23 de febrero nos acababa de enfrentar con los demonios del pasado. Su fracaso propició el cambio político que necesitaba nuestra balbuceante democracia. Cuando la película se estrenó, los socialistas acababan de llegar al gobierno: eran jóvenes utópicos que deseaban enterrar tiempos pretéritos de injusticia social y persecución ideológica. Luchaban contra las desigualdades que se denunciaban en el filme y querían cambiar España hasta que no la reconociera «ni la madre que la parió». Aquella sociedad ilusionada los apoyó con su voto durante cuatro legislaturas.
Ahora todo ha cambiado. Sospecho que los lodos del actual frenazo ideológico vienen de aquellos polvos del «poder omnímodo». Felipe González, ensoberbecido con los años, le ha tomado el gusto a los yates y a los consejos de administración y ha apoyado el derribo de Pedro Sánchez, acaso para mantener sus prebendas, no fuera que se las llevasen por delante un pacto con Podemos. El mismo frenazo que le han dado los gobernantes a nuestra sociedad con el discurso malayo de la crisis y el posibilismo, hasta hacerla tan dócil como los personajes de la novela. Entre todos han conseguido que la historia de la película –«a mandar, para eso estamos»– nos parezca arqueología que nada tiene que ver con la situación actual. Ha triunfado la venda: aun siéndolo, ya no nos creemos inocentes.
(Aprovechando que el Pisuerga pasa por la ciudad de Delibes, me sumo a la petición de Luis Alberto Salcines para que la Filmoteca de Cantabria lleve el nombre de Mario Camus. Sería como ponerle una perla al anillo cultural).