miércoles, 22 de febrero de 2017

EDUCACIÓN FEMENINA (22 de febrero de 2017)


El Diario Montañés, 22 de febrero de 2017

La educación en nuestro país ha hecho mucho daño a las mujeres. La ideología del nacionalcatolicismo intentó anularlas como personas. «No es bueno que el hombre esté solo», dice la Biblia en los primeros pasajes, y a esa idea de compañera pasiva se retornó muchos años después, en la renovación reaccionaria del franquismo, cuando la mujer pasó a ser Eva renacida, madre y apoyo, descanso del guerrero, cuidadora de la prole, señora de... Decía Pilar Primo de Rivera, muy poco femenina ella pero ideóloga de tal sección, que «las mujeres no descubren nada, porque les falta el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles: nosotras no podemos hacer más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho». No en vano el Creador las había sacado de una costilla de Adán, parte más bien vulgar y alejada del cerebro.
Ahora, Rosalía Iglesias (de Bárcenas), Ana Mato (de Sepúlveda), Ana María Tejeiro (de Torres) y Cristina de Borbón (de Urdangarín), entre otras, se han aplicado el cuento y han dicho que sus esposos se lo daban todo hecho y que ellas firmaban donde ellos decían. Y algunos jueces nos quieren hacer creer que se han creído tal cantinela –pobrecitas, tan sumisas, tan fieles– y han dictado sentencia eximiéndolas de toda responsabilidad, cosa que a nuestro presidente Revilla le ha parecido un disparate machista.
Ese tipo de compañera fiel creía Diego que era Sáez de Buruaga, pues en su matrimonio político nunca le había engañado. Era su mano derecha, su escudo. Pero ahora ha decidido dar un paso adelante porque intuye que, con él al frente, su partido sólo podrá gobernar en Cantabria con mayoría absoluta. Diego, sorprendido, ha intentado primeramente conseguir la unidad, el consenso, pero nada ha logrado. Por eso, fiel a su carácter, ha optado luego por el enfrentamiento. La ruptura parece inevitable, porque a Sáez de Buruaga, por juventud, casi no le afectó la educación sentimental del franquismo y no aceptará ser «sumisa al varón» ni va a renunciar a asumir responsabilidades «impropias de las hembras». Habrá divorcio y dejará muchas heridas. Al tiempo.

miércoles, 15 de febrero de 2017

ÉXODO (15 de febrero de 2017)


El Diario Montañés, 15 de febrero de 2017

Está el caudillo del mundo preocupado por la inmigración y pretende levantar un muro para que nadie entre sin su permiso en el que era el país de las oportunidades. Si algún día concluye la obra y los resultados son positivos, deberíamos pedirle los planos para levantar otro en Cantabria, en nuestro caso para impedir el éxodo de los más jóvenes y para frenar la entrada de las abejas asiáticas. De éstas no se sabe con certeza cuántas han llegado –contar abejas es tarea complicada, porque además de pequeñas son sumamente inquietas–, pero sí sabemos los cántabros que se han marchado: 22.700 de entre veinticinco y treinta y cinco años desde 2011. Una fuga en toda regla de nuestras esperanzas de renovación generacional.
Ante esa cifra sangrante, hay quien mantiene que Cantabria se está «japonizando» –que es otra forma de decir que está envejeciendo, pues sólo crece el número de pensionistas–, con lo que el peligro de la invasión de lo asiático no viene solamente de la parte de la apicultura y de los trabajos y los sueldos precarios, sino también de reproducir un modelo social que camina hacia su propia destrucción.
Y todo en un momento en el que los entendidos mantienen que es de recuperación económica, favorecida hasta hace poco por los vientos de popa del bajo precio del petróleo. No quiero imaginar cómo serán las cosas cuando llegue el frenazo económico que se vaticina para dentro de dos años, ahora que los precios del petróleo y de la energía en general comienzan a darnos de frente.
La salida de los más jóvenes, el aumento de los mayores y la caída de la natalidad son la tormenta perfecta que hace tambalearse a nuestra particular colmena social, pues los individuos no estamos tan bien distribuidos como lo están la reina, las obreras y los zánganos en sus respectivos panales.
Menos mal que el zinc puede ser el remedio futuro para todos nuestros trastornos, porque, según sabemos, es un mineral tan importante para la industria como, en su justa dosis, para la reproducción y la fertilidad. 

miércoles, 8 de febrero de 2017

DOGMAS (8 de febrero de 2017)


El Diario Montañés, 8 de febrero de 2017

Es peligroso que un dogma se tambalee. Sor Lucía Caram –que además de monja es atrevida– dijo hace días en una televisión que, según su parecer, San José y la Virgen María habían mantenido relaciones sexuales. Entonces conmocionó a muchos cristianos, que han llegado a amenazarla de muerte, porque la virginidad de María es intocable, algo con lo que no se debe jugar. «María fue Virgen y fue madre. Dios lo quiso así», sentenció nuestro obispo en un encuentro que mantuvo con catequistas, zanjando la cuestión por las buenas y dejando a San José en el mal lugar que siempre le deja la Iglesia. «Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible», es frase que se atribuye al torero Rafael Guerra, ‘Guerrita’, que en la tauromaquia se consideraba papa antes que obispo, aunque es evidente que no pronunció tal aserto para salir al paso de ninguna cuestión teológica. Bien sabía él, maestro del ingenio, que el estamento religioso tiene especial facilidad para hacer parecer posible lo imposible.
Casi un dogma era para el PP que Rita Barberá había muerto a causa de la presión de sus desalmados enemigos políticos, de la persecución de la justicia y del encono de la prensa. Su partido quería presentarla como una mártir a la que se le había roto el corazón de tanto acoso, pero resulta que la autopsia acaba de desvelar que la exalcaldesa valenciana falleció por una cirrosis hepática irreversible, de la que ya estaba diagnosticada. La ciencia no suele ser cómplice de las fábulas.
Otro alcalde, el de Reinosa, ha declarado que cuando dijo en una televisión local que se iba a quitar el sueldo y luego no se lo quitó, lo hizo sin meditarlo y que en ningún momento su palabra era dogma, ya que tal circunstancia no estaba contemplada en el programa electoral. Por eso considera que la moción para arrebatarle la dedicación exclusiva, ahora que ya no tiene otra, es una venganza de la oposición.
Los dogmas no son buenos para nada. Por eso en este humilde rincón me sigo aferrando a las incertidumbres.

miércoles, 1 de febrero de 2017

ETIQUETAS (1 de febrero de 2017)


El Diario Montañés, 1 de febrero de 2017


Los concejales capitalinos de Ciudadanos están preocupados por los destrozos del mobiliario urbano y proponen poner etiquetas con su precio en las papeleras, las farolas o los bancos para concienciar a los que realizan actos vandálicos. Pero a quienes carecen de valores cívicos esta medida les va a dar lo mismo, incluso puede suponerles un reto, porque sabemos que los juegos ‘on line’ de mayor aceptación son aquellos en los que el jugador suma puntos –en este caso euros– por destrozar algo. Y no es improbable que, como en su día algunos se lanzaron con pasión a la caza de pokémon 
–la foto de Íñigo de la Serna en El Puntal con Bulbasaur se hizo famosísima–, les dé ahora por inventar pasatiempos más dañinos.
Esto de etiquetar es un asunto muy delicado. Un buen amigo mío –una de las personas que con más rigor ha trabajado para intentar que se elimine los símbolos franquistas de la ciudad de Santander– me advierte del peligro que conlleva colocar una placa –que es otra forma de etiqueta– en el edificio de la Biblioteca Central en memoria de quienes estuvieron recluidos allí por el hecho de haber permanecido fieles a la República. Me dice que, «si queremos tener alguna posibilidad de éxito en la retirada de los recuerdos existentes a las víctimas del bando sublevado, no debemos incurrir justo en lo mismo que denunciamos, sólo que aplicándolo al otro bando».
Mis lectores me tienen ya etiquetado y saben de qué pie cojeo, por eso quizá puedan sorprenderse si manifiesto que soy de la misma opinión que mi amigo, porque sospecho que quienes han colocado tal placa –sin otra pretensión que realizar un acto de «defensa de la verdad y la justicia»– acaso le estén haciendo un favor a la recalcitrante derecha santanderina, deseosa de encontrar el más mínimo resquicio para sentirse víctima de nuestra sociedad democrática.
En el fondo de ambas aberraciones –la violencia urbana y el comportamiento antidemocrático– están los valores de cada persona, y esos, aunque nos pese, no se van a modificar con etiquetas. En ocasiones, incluso, se pueden radicalizar.