martes, 25 de julio de 2023

FOROFISMO POLÍTICO (26 de julio de 2023)

 


El Diario Montañés, 26 de julio de 2023

Cuanto mayores son las expectativas del triunfo, más amargo puede resultar el sabor de una victoria, porque según la psicología las expectativas son las madres de todas las frustraciones. Esa amargura la han vivido este domingo las gentes del PP, aun asomándose al balcón de los ganadores. Todos con ideario azul, aunque vestían camisa blanca; todos, menos una, de llamativo rojo. En ese momento los seguidores cantaron al rival «que te vote Txapote», despreciando las papeletas que optaron por tal elección –¿casi ocho millones de txapotes?–, un pareado que según algunos analistas puede devorar a Feijóo más que ciertas compañías. Aunque yo –no sé ustedes–, si fuera Feijóo me preocuparía por las aclamaciones a esa compañera de rojo. Fue un momento delicado y difícil para el político gallego, porque detrás de aquellos vítores se intuía que solo tendrá una segunda oportunidad en las urnas, y si la desaprovecha no habrá una tercera. Hay compañías muy perjudiciales.

Volviendo a las expectativas, me pregunto por las encuestas: ¿están al servicio de quienes las encargan?, ¿tienen valor, o con ellas se pretende hacer poliquitería? (según la RAE, intervenir o brujulear en política, tratar de política con superficialidad o ligereza, o hacer política de intrigas y bajezas). Basándose en sus resultados, se ha proclamado, incluso, la falta de legitimidad del gobierno, olvidando que la legitimidad se ampara en la ley y no en apreciaciones interesadas.

Qué se le va a hacer. Vivimos tiempos en los que algunos periodistas políticos han alcanzado tal nivel de forofismo deportivo que incluso se dedican a hacer porras futboleras con la política. Ana Rosa había vaticinado 155 escaños para el PP y 110 para el PSOE. Su predicción fue equivocada, «pero siempre desde la honradez», dijo (manda huevos).

Caminos dispares los de la realidad y el deseo.

martes, 18 de julio de 2023

JUBILACIÓN TARDÍA (19 de julio de 2023)

 



El Diario Montañés, 19 de julio de 2023

Muchos años antes de poder comprobarlo, conocía por una canción de Luis Eduardo Aute que a ciertas edades «el alma pide marcha y el palo no lo aguanta el corazón». Y, aunque nunca sospeché que los integrantes del Círculo de Empresarios llegasen a esa misma conclusión por la poesía –la lírica está reñida con lo prosaico–, pensaba al menos que el sentido común primaba en sus cabezas cuadradas, con lo que no propondrían alargar la edad de jubilación «a un tramo de entre los 68 y los 72 años». (Dice una buena amiga –muy radical ella– que quien tal cosa plantea lo hace porque, o es un sinvergüenza, o no ha trabajado nunca, o ambas cosas a la vez).

Lo cierto es que los componentes del círculo deberían saber –incluso por propia experiencia– que con el incremento de la edad solo aumenta el número de pastillas que hay que tomar para bajar ciertos niveles poco saludables o para elevar otros que están capitidisminuidos. Y que lo más común es que la productividad también decaiga, pese a esas píldoras, tanto como el desfase tecnológico que suele traer consigo la ancianidad. Aunque lo más chocante de la propuesta es que la edad media de jubilación en España ya es bastante superior a la europea (64,2 años frente a 62).

Nada han hablado de lo perjudicial que resultaría esa medida para los jóvenes, pues dificultaría, aún más, su acceso al mundo laboral. Porque lo de «veinte años no es nada» no quiere decir que a esa generación haya que despreciarla pagándole el salario mínimo –el 20% de los trabajadores de ese rango de edad están en riesgo de pobreza–, sino que tienen todos los retos de la vida por delante, precisamente cuando el ritmo sí lo aguanta el corazón.

¿Verdad, Alcaraz?


martes, 11 de julio de 2023

...Y UNO QUE ESCRIBE (12 de julio de 2023)

 

El Diario Montañés, 12 de julio de 2023

Finalizó la Feria del Libro de Santander (Felisa), un espacio de libertad que ha traído a la capital un aire cultural nuevo, fresco, atractivo, demostración evidente de que la cultura no tiene por qué resultar aburrida. Aunque, según se ve, sí es peligrosa, porque algunos consideran que está teñida de un color muy determinado.

Peridis, en esta misma feria, durante la presentación de su última novela hizo una imitación de Franco, hablando con su particular tono atiplado de la reconstrucción de la ciudad tras el incendio. Terminó diciendo, con indudable intención sintética: «… y construí esta Plaza Porticada para que luego los rojos presentarais vuestros libros». Carcajada general.

Mario Camus, en su adaptación de ‘La colmena’, finalizó la película con un diálogo de dos policías en que uno le preguntaba al otro, refiriéndose a tres personajes que acababan de estar en su comisaría franquista, oscura, severa, denigrante: «¿Quiénes son esos?». «Nadie. Dos maricones y uno que escribe».

Todo esto lo menciono porque el partido de la intransigencia acaba de declarar, desde su autoritarismo, que «donde tengamos competencias de cultura haremos lo que nos parezca». Sin duda para amputarla y regresar a la anchurosa idea –Santiago y cierra España– del Imperio hacia Dios. Ya han comenzado a hacerlo con el poder incompetente que han pillado. Sin ir más lejos, en Briviesca han matado de nuevo con el silencio censor al maestro Antonio Benaiges, en Bezana han suprimido una película por un beso entre dos chicas, en Valdemorillo han vetado ‘Orlando’, de Virginia Woolf…

Entre toros, fandanguillos y alegrías se avecinan tiempos difíciles para la cultura. Según ellos, aunque no lo digan abiertamente, la de ahora es cosa de subsidiados, maricones, escritores, artistas…, rojos en general. Indeseables con los que deben terminar desde la represión. Nadie, en fin.

Una amenaza demasiado seria.

martes, 4 de julio de 2023

EL VALOR DE LA PALABRA (5 de julio de 2023)


 El Diario Montañés, 5 de julio de 2023

La Biblia dice que en el principio fue la palabra, necesaria para crear las cosas, que toman vida –ánima– cuando las nombramos. En ‘Cien años de soledad’, la biblia moderna, García Márquez escribe que «el mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para nombrarlas había que señalarlas con el dedo». Es el valor de la palabra, nuestro medio de comunicación con los demás. Por eso mantener lo prometido es la mejor prueba de nuestra personalidad, ya que pocas acciones nos descubren más que la distancia entre lo que decimos y lo que hacemos.

Por la boca muere el pez, como por la boca ha muerto la credibilidad de María Guardiola, que se ha tragado sus promesas de no pactar con la extrema derecha porque su «palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños». Todo vale, incluso quedar en entredicho, vocablo al que asigna la RAE el significado de la «duda que pesa sobre el honor, la virtud, calidad, veracidad… de alguien o algo».

José Antonio Abella, bruñidor literario de palabras, es ante todo un hombre íntegro. Acaba de iniciar una batalla mediática para que un medicamento, que puede alargar la vida de quienes padecen como él un tipo de cáncer de colon muy agresivo, sea financiado en España por la Seguridad Social, como ya se financia en catorce países de Europa, porque el coste mensual del tratamiento es de 6.000 euros, inaccesible para el común de los españoles.

«¿Por qué no te replanteas la decisión que tomaste de donar los 20.000 euros que te concedieron en el premio literario Ateneo-Ciudad de Valladolid? Con ellos podrías pagar varias sesiones», le he preguntado. «Porque he dado mi palabra», zanjó.

A diferencia de Guardiola, mantener su palabra tan solo puede acortarle la vida.

¡Vamos, no compares!