martes, 27 de junio de 2023

DÍA MULTICOLOR (28 de junio de 2023)


 El Diario Montañés, 28 de junio de 2023

Tras muchos años tormentosos, asomó el sol y surgió el arcoíris. Un sol que brilla para todos, no solo para aquellos que casi estaban ciegos de tanto mirarlo de cara, vestidos con la camisa nueva bordada en rojo ayer. Y el arcoíris nació para abrazar sin distinción. Bandera que pretendía unir bajo la diversidad de sus colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta. Una enseña que simbolizaba un tiempo nuevo de pluralidad, orgullo y libertad, muy alejado del oscurantismo ramplón.

Pero debemos estar atentos porque no todo es multicolor. Desde la lona del odio que han colgado estos días en Madrid, pretenden tirar a la basura los avances de la igualdad, que tanto nos han costado alcanzar. Lo han hecho personajes estrechos de mente y anchos de rencor. Igual que los que aquí, en Cantabria, han escrito en las redes sociales, desde una hostería, que en este país no hay más que vicio, atacando así la diversidad, acostumbrados a ver la paja en el ojo ajeno y no advertir la viga en el propio.

«Ya están aquí», decía la pequeña protagonista de la película de terror ‘Poltergeist’ refiriéndose a unos espíritus fantasmagóricos. Lo mismo podemos decir nosotros de estos iluminados, ansiosos de encarrilar todo lo que consideran extraviado con sus cortos criterios. Son gentes que utilizan la filosofía de tasca y la lógica absurda de los argumentos incomprensibles: «si se suman dos manzanas, dan dos manzanas, y si se suman una manzana y una pera nunca pueden dar dos manzanas porque son componentes distintos». Hay que ser obtusos.

En este Día Internacional del Orgullo LGBTI, bebamos, bailemos, divirtámonos, amemos…, pero siempre vigilantes para que no nos silencien los negros nubarrones de la intolerancia.

No podemos permitir que España, para ocultar el arcoíris, retroceda al blanco y negro del odio.



martes, 20 de junio de 2023

PREMONICIONES (21 de junio de 2023)

 

El Diario Montañés, 21 de junio de 2023 (Óleo de Solana, Corrida de toros en Sepúlveda)


Entré en el bar del pueblo por un impulso inexplicable. Pero una vez dentro, ya no me atreví a salir (mi padre me había dicho que para ser «un hombre de verdad» tenía que aprender a alternar). La música ambiental cantaba el beso que un caballero español le había dado en el puerto a una dama que no conocía. Los pinchos estaban en la barra, sin protección. Un grupo de paisanos jugaban al mus, el cigarro colgando de los labios, con una copa de sol y sombra que le daba calor a la garganta y al propio juego. Me miraron como se mira en las película del Oeste al extraño que entra en una cantina. Había serrín en el suelo, lo recuerdo, quizá para ocultar los huesos de aceitunas o las cabezas de las gambas que se daban de tapa con los chiquitos de vino. De las paredes colgaban como trofeo cabezas de venado de amplia cuerna, y un cartel en el que un niño le pedía a su padre que no blasfemara. La televisión, a la que unos cuantos prestaban atención, daba imágenes de una corrida de toros. «Quita al Escobar y dale voz a la tele», dijo uno de los espectadores. Desde la barra, el dueño apagó la radio, y comenzó a sonar con fuerza «Marcial, eres el más grande, se ve que eres madrileño…», ahogando los mugidos del toro. Intenté salir de aquel lugar irrespirable, pero mis piernas se trabaron, como si estuvieran entre sábanas. Y efectivamente, lo estaban. Lo comprobé al despertar entre sudores de un mal sueño confeccionado con imágenes del pasado.

Sin embargo, al día siguiente una noticia anunciaba que un torero había sido nombrado consejero de cultura de Valencia. Sospeché entonces que mi sueño, más que una analepsis, podía haber sido una prolepsis.


martes, 13 de junio de 2023

VERDADES A MEDIAS (14 de junio de 2023)


 El Diario Montañés, 14 de junio de 2023

Hay noticias que nacen ancladas a la indiferencia y otras que se expanden con facilidad. Y curiosamente las que circulan con más éxito son las infundadas o las de mayor simpleza, porque está demostrado que las noticias falsas se propagan más deprisa que las verdaderas. Esta pasada semana ha corrido como la pólvora que Suecia había sido el primer país del mundo en registrar el sexo como deporte y en crear su propia federación. La información estaba en boca de todos, con desenfado o fingida vergüenza, según la espontaneidad de cada cual. Yo me frotaba las manos, porque en un país como el nuestro, en el que nos sentimos peritos en cualquier actividad que se trate, iban a surgir por doquier los expertos en las dieciséis disciplinas que se deberían desarrollar en esa competición europea (catorce las puntuaría un juez y en otras dos compartiría su decisión con la de la audiencia). Esos expertos opinarían, sin duda, sobre cómo iniciar un masaje y por dónde apuntar los tiros, sobre cuál sería la postura más eficaz para alcanzar un punto de placer determinado, cuál la mejor técnica para satisfacer a la pareja oralmente…

Pero lo de la federación resultó ser una falsedad. La noticia surgió en un periódico indio, y rápidamente se divulgó por el resto del mundo sin más verificaciones. De ese embuste mediático salió ganadora la web porno que retransmitirá el ‘reality’, especializada en este tipo de espectáculos. Y Selva Lapiedra, una actriz porno brasileña, ahora nacionalizada española, la «nena de ébano», experta en recibir empellones posteriores, que representará a nuestro país en ese ilusorio campeonato.

Al enterarme del engaño, sentí la esperanza interrupta y un desinflamiento general. Aunque superé pronto el revés, porque a estas alturas de mi vida lo que más aprecio del sexo es la conversación.

 

martes, 6 de junio de 2023

SEGURIDAD CIUDADANA (7 de junio de 2023)

 

El Diario Montañés, 7 de junio de 2023

Hace no mucho tiempo, un concejal capitalino, de cuyo nombre no quiero acordarme, manifestó que Santander se estaba convirtiendo en un paraíso para la delincuencia: robo con fuerza en domicilios, inseguridad en las calles, ocupaciones (con k)…, lo más parecido a una ciudad sin ley. Menos mal que por aquel entonces aún no tenía noticia de los robos de propinas en las terrazas de los restaurantes, un hábito pernicioso que ha puesto en pie de guerra a los hosteleros, que ahora reclaman más policía ‘apatrullando’ la ciudad. En eso coinciden con la opinión del concejal. Añaden que las propinas, «para agradecer el buen servicio recibido» –aunque algunos pensamos que en ciertos casos sirven para completar sueldos escasos–, son sagradas en este ámbito tan esencial del comercio, muy diferente, según parece, a otros (olvídense de ellas libreros, carniceros, pescaderos, dependientes de comercio…).

En 2012, César Torrellas, otro concejal pero de tinte liberal, permitió colocar un cartel, en una rotonda de la ciudad, a modo de señal direccional de tráfico, con la leyenda ‘Mucha policía, poca diversión’, como homenaje al grupo musical ‘punk’ Eskorbuto. Entonces tuvo que soportar, entre otras muchas, las quejas de la Asociación de la Policía Local, que llegó a reclamar su dimisión. Es algo lógico en un país como el nuestro, tan preocupado con la seguridad que ha sido capaz de poner en el primer plano de una campaña municipal a un grupo terrorista desaparecido un año antes del cartel de marras.

A mí, por la parte que me toca, me preocupan bastante más –son palpables y objetivos– los ataques a los médicos, que el año pasado han crecido a escala nacional un 38%, siendo Cantabria «la segunda comunidad española con mayor proporción de agresiones».

Se constata que esto de la inseguridad lo medimos por intereses personales.