martes, 26 de septiembre de 2023

EL DIÁLOGO DE LAS LENGUAS (27 de septiembre de 2023)


 El Diario Montañés, 27 de septiembre de 2023

Estos días en que los más catastrofistas anuncian que España se puede romper, he estado paseando por Toledo, ciudad en la que, según cuenta la historia, supieron coexistir tres civilizaciones: la musulmana, la judía y la cristiana. Refiere esa misma historia que entonces gobernaba un rey sabio, preocupado por la cultura, que supo convertir el lugar en centro de «mediación entre la ciencia oriental y la occidental». Allí mismo creó la Escuela de Traductores de Toledo como eje transmisor de los conocimientos clásicos.

Dios me libre del intento de comparar aquel templo de sabiduría con los acontecimientos que están sucediendo en el Parlamento español por el tema de las traducciones. Pero sí quisiera reflexionar sobre la campaña interesada de desprestigio de quienes pretenden convencernos de lo superfluo que resulta el gasto de las traducciones simultáneas de las lenguas oficiales dentro del hemiciclo. Como somos muy dados a ello, pronto hemos hecho rechifla y chistes fáciles, que no tendrían mayor importancia si no escondiesen debajo otras posturas más preocupantes, por demasiado arraigadas. Porque resulta contradictorio que los que más defienden la Constitución sean precisamente quienes no quieren usar el pinganillo o directamente abandonan el hemiciclo cuando otros suben al estrado para expresarse en su lengua. Esa misma Constitución, de la que hacen Biblia, proclama que «la riqueza de las distintas modalidades lingüísticas es un patrimonio cultural que será objeto de respeto y protección». Respeto, según parece, ninguno: no me interesa lo que dices; mucho menos la lengua que utilizas para decirlo. La sombra de la España una, grande y libre es alargada, y nos señala el camino del enfrentamiento.

Por más que algunos se empeñen en lo contrario, solo la cultura del diálogo podrá vencer nuestro distanciamiento. Sea en la lengua que sea. Y aunque para entendernos tengamos que utilizar traductores.

martes, 19 de septiembre de 2023

CONVERSACIONES CON MARIO (20 de septiembre de 2023)


El Diario Montañés, 20 de septiembre de 2023

Querido Mario, la situación apenas ha cambiado desde que nos dejaste hace dos años. Los gorriones siguen esperándote para el pan de cada día, porque tienen una memoria prodigiosa. Pero, aunque te echen en falta, sabrán sobrevivir (en tu nombre he desmigado un trozo de pan junto a tu panteón de Ciriego).

En Santander, el Centro Botín continúa con la malla provisional que le colocaron hace más de cinco años, ¿recuerdas?, y algunos mantienen que con una programación que da la espalda a la ciudad. Fuera de Santander están inaugurando salas de cine muy seductoras, con asientos amplios y reclinables. Pero no quiero engañarte: las palomitas continúan omnipresentes. Por eso algunos prefieren acudir a la filmoteca que bautizamos con tu nombre, aunque siguen en auge las series televisivas, de las que tanto recelabas porque podían romper el lenguaje y los ritmos de las películas.

En cuanto a la política, en España somos incapaces de erradicar el síndrome de Paco el Bajo. Parece que hemos asumido que «todos tenemos que acatar una jerarquía, unos debajo y otros arriba, es ley de vida, ¿no?». Por eso tu Azarías se está convirtiendo últimamente en carne de meme. Su rostro, inocente y risueño, sirve de fondo a frases que plasman nuestra simpleza: «Señorito, habemos ganao», decía refiriéndose a las últimas votaciones municipales.

La construcción continúa avanzando tras los parones de la crisis y la pandemia, y los prados de las estrellas peligran ante urbanizaciones sin sentido. Seguimos construyendo en nombre de un turismo que llena nuestra región de arquitecturas inexplicables en lugares imposibles.

En tu honor tomo en ocasiones un gintonic para acompañar las comidas (¿te acuerdas cómo se sorprendían en los restaurantes cuando lo pedíamos para almorzar?), pero ahora ya sin alcohol. Por los achaques de la edad, que no perdona a nadie.

martes, 12 de septiembre de 2023

RICOS Y MUY RICOS (13 de agosto de 2023)

 

El Diario Montañés, 13 de agosto de 2023

Se atribuye a Groucho Marx el dicho de que la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeñita mansión, una pequeña fortuna… Si verdaderamente consiste en eso, la del rey de Marruecos será inconmensurable, como sus bienes, aunque ahora, si todavía le quedan sentimientos de empatía hacia su pueblo, estará triste. Felipe VI se ha mostrado fraternalmente abatido. «Querido hermano: estoy desolado», ha escrito en un telegrama de dolor por el terremoto que ha devastado parte de la nación, mientras el otro sexto, Mohamed, descansaba en su palacio de París, valorado en 80 millones de euros: una de esas pequeñas cosas que poseen los muy ricos.

Los nuestros viven como reyes, pero son mucho menos ricos. Sí que tienen algunas posesiones, pero por un quítame allá algún apoyo parlamentario el gobierno ha paralizado la compra de un yate para que el Borbón compitiera dignamente en las regatas. Así, no tendrá yate ni trofeos. Consecuencias de pertenecer a una monarquía parlamentaria en la que todo, o casi todo, debe ser transparente. Como deben serlo los bienes de quienes hemos elegido diputados y senadores. Los diez representantes de Cantabria declaran poseer en conjunto 23 viviendas, 2,2 millones de euros, 134 vacas y 22 cabras. Y, aunque parezca mucho, bien mirado no es para tanto, porque hay que tener en cuenta que la deuda global que certifican suma 617.099 euros.

Quienes superan los 700.000 euros, y tienen que pagar el impuesto de patrimonio, han crecido en nuestra región hasta sobrepasar los 3.000. El nuevo gobierno autonómico, preocupado, trabaja en una medida fiscal para eliminarles tal carga, aunque se calcula que dejaremos de recaudar 20 millones de euros para otras cuestiones del bien común.

Visto así, en estos tiempos, aunque no pueda ser rico, me gustaría vivir como si lo fuera. 


miércoles, 6 de septiembre de 2023

VUELTA A LA RUTINA (6 de septiembre de 2023)

 

El Diario Montañés, 6 de septiembre de 2023

Septiembre, que seca las fuentes o lleva los puentes, ha comenzado con su versión acuática. Quienes regresaban al trabajo por las autovías de la depresión sufrieron las inclemencias del tiempo, que ahondaron aún más en la tristeza y el estrés de la vuelta. Retomar el trabajo –una actividad que si falta estigmatiza socialmente– supone el retorno a la monotonía del despertador, las prisas, los atascos, los malos jefes… No obstante, el consejero César Pascual mantiene que solo con «trabajo, trabajo y trabajo» (¿de quién?, pregunto) se obtiene la receta que puede paliar los males de nuestra sanidad pública. Tiene tan difícil cura que, según él, para salvarse debe repartir su actividad con la de la sanidad privada, aunque otros pensemos que eso puede llevar, si no se hace con transparencia, a su ‘exitus letalis’: muerte significa en lenguaje médico.

Nuestra presidenta regional debe de ser de las pocas personas que desean regresar al trabajo rutinario. Fiesta aquí, festival allá, cocido aquí, misa allá, ha tenido un verano de inusitada actividad, como en su día le sucediera a Pablo Zuloaga, quizá por emular ambos a Revilla, sabedores de que la sombra del expresidente regional es muy popular y activa. Intentar imitarle supone gran esfuerzo, sea con traje regional, albarcas o cánticos.

Septiembre es también el mes por excelencia de los divorcios. Dicen los peritos en esto que algunas parejas, tras pasar juntas el periodo vacacional, comprueban que cuando mejor se comunicaban era cuando apenas lo hacían. Cosa que también les sucede a los políticos, que volverán a las andadas en cuanto deban hablar (discutir) en los parlamentos.

Menos mal que en otoño, para distraernos, tendremos siete nuevos cines en Peñacastillo y varias novelas prometedoras en las librerías.