jueves, 2 de enero de 2020

FUTURO INCIERTO (2 de enero de 2019)


El Diario Montañés, 2 de enero de 2019

Doce campanadas como doce espadas despidieron 2019 en los hogares de los trabajadores cántabros amenazados por los ERTE. Las luces de las calles no pudieron borrar la tristeza de sus rostros. Esta vez no era una uva la que dificultaba el brindis, sino el futuro incierto de sus empresas, ligado a su futuro. Los caminos de la economía tienen trampas que entierran proyectos, balances que quiebran ilusiones.
Parte fundamental de la industria cántabra depende del sector automovilístico, que este año ha caído en un bache profundo y está dando palos de ciego porque no se atreve a apostar por las energías alternativas sin antes deshacerse del stock de vehículos que siguen utilizando las tradicionales, y los compradores no saben a qué atenerse (conviene analizar también el poder de los Países Árabes para salvaguardar sus intereses y frenar el desarrollo de tecnologías que sustituyan a las que se basan en el uso del petróleo). En el caso particular de Ferroatlántica es el coste de la energía eléctrica convencional lo que mantiene pendiente de un hilo la suerte de cientos de personas. Parte de la crisis, pues, proviene de la necesidad de implantar nuevas energías, una solución de futuro que amenaza el presente porque nadie ha visto llegar el problema con tiempo suficiente de reacción.
También son tristes las campanadas en las residencias de ancianos. Allí suenan anticipadas porque sus huéspedes no resisten despiertos hasta las doce. Tampoco les importa mucho saludar al año nuevo en tiempo y forma: la mayoría no conciben otro futuro que el del día siguiente. Me comentaba mi amigo Guillermo Lanseros un contraste que existe en alguna de esas residencias, donde el derroche de las luces navideñas que adornan sus fachadas no se corresponde con la cantidad y la calidad de los menús, que pocas veces se ajustan a las limitaciones y a las necesidades particulares de cada anciano. Prevalece, caiga quien caiga, cerrar el año con balance positivo. Igual que en la industria.
Como veis, las luces navideñas no han conseguido hacerme olvidar la sombría realidad. Pese a todo, os deseo de corazón un luminoso «veinteveinte».

No hay comentarios:

Publicar un comentario