martes, 6 de octubre de 2020

AHORA ES EL MOMENTO (7 de octubre de 2020)

 


El Diario Montañés, 7 de octubre de 2020


No es el momento. Dicen que lo prioritario ahora es luchar contra el coronavirus; lo demás puede esperar hasta que lleguen tiempos mejores. Cruzaremos los dedos y pediremos que otro mal no se nos lleve por delante, como ha sucedido en Espinosa de los Monteros, donde una señora ha muerto por un cáncer diagnosticado tarde, a sus tempranos 48 años, «sin lograr una sola cita presencial con su médico». Hay quien cree que las palabras pueden curar, y por eso atiende desde la distancia, pero el verbo solo es bálsamo que alivia psicológicamente, con preferencia cuando se realiza cara a cara. Salvo milagro, únicamente las acciones médicas sanan.

El maldito virus ha puesto en evidencia las carencias sanitarias del país y ha demostrado que no se puede ejercer la medicina con rigor –salvo para certificar el ‘rigor mortis’– cuando no hay suficientes medios personales ni técnicos. Hemos vivido engañados por las soflamas de los responsables de la cosa sanitaria, que escamoteaban la verdad a los ciudadanos. Avestruces ontológicos, escondíamos la cabeza bajo las alas del engaño.

No se encuentran soluciones para los vivos. Tampoco para los muertos. Después de cuarenta y tres años de democracia algunos estiman que no es «prioritario ni urgente» gastar dinero para activar la memoria histórica en tiempos de tribulación. Por eso siguen enterrados en la incertidumbre de las cunetas y perdidos en la niebla del olvido compatriotas cuyos familiares esperan la redención de la luz. Gestionar todo esto es arduo, desde luego, pero nunca deberían surcarse los caminos del olvido, y menos los del odio, por más que las desavenencias políticas pretendan generar ese cáncer con cada enfrentamiento.

Y sí, digan lo que digan, ahora es el momento para preocuparse tanto de los vivos como de los muertos, sin que la pandemia sirva de excusa.


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