martes, 14 de febrero de 2023

VACILANDO A PEDRO (15 de febrero de 2023)

 


El Diario Montañés, 15 de febrero de 2023

Me invade la alegría cuando suena el teléfono fijo de mi domicilio. Es un aparato que hemos arrinconado con el uso del móvil, y su llamada sorprende porque casi nadie lo utiliza para comunicarse, ya que está a punto de pasar al museo de lo inútil (como han pasado las escasas cabinas que aún se conservan). Sin embargo, algunos centros de llamadas –‘call center’– siguen recurriendo a él para promocionar sus productos. De ahí mi contento, porque últimamente, cuando el teléfono fijo reclama mi atención, suelo encontrar al otro lado una voz amable, educada, indesmayable. Comienza con un saludo, diciéndome su nombre –Pedro, fue el de la última vez, y un apellido que no recuerdo, pero que prometo apuntar en el futuro–, y, sin dar espacio a mi respuesta, me ofrece ayuda para obtener subvención y poder instalar paneles solares en el tejado de mi casa. Pedro me pregunta las cosas con perfecta voz humana. Y, cuando transcurre por los cauces que te va llevando, sigue la conversación sin problema. Porque Pedro es una máquina. Me lo descubrió mi hijo Darío. «Dile que te conteste a algo que le descoloque, por ejemplo, cuál es el resultado de 3x2+5-8» (yo prefiero preguntarle si ha tenido sexo satisfactorio la noche anterior). Entonces Pedro, ¿desconcertado?, intenta seguir su camino: «No le he entendido bien, pero si me da la ubicación de su vivienda le valoro una oferta».

Por eso, cuando suena el teléfono fijo acudo con la esperanza de que tras la llamada esté esa máquina casi perfecta. Me divierto confundiéndola, hasta que, sin salida posible, decide despedirse educadamente: «Con los datos que me ofrece, no estimo conveniente instalar paneles solares en su domicilio».

Qué grande es Pedro, piensan en su empresa, aunque destruya tantos puestos de trabajo.

O precisamente por eso.

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