jueves, 9 de marzo de 2023

RADICALIZACIÓN CULTURAL (1 de marzo de 2023)

 

El Diario Montañés, 1 de marzo de 2023

No, si yo no digo que no esté bien fallado el premio Castilla y León de las Letras. Méritos sobrados tiene la obra del premiado. Aunque quizá más la de antaño, porque la actual muestra cierta involución hacia conceptos rígidos de la nación, al menosprecio de la modernidad o a la alabanza torera, además de preferencias mayores hacia menores que prefiero no tratar aquí. Dice el galardonado que no es él quien se ha apropiado de las ideas de Vox, sino que han sido los de Vox quienes se han apropiado de las suyas, antes tan extremas, ahora convergentes. Igualmente han confluido las del consejero de la cosa cultural, pasando del extremismo de izquierdas más radical a la radicalidad de la orilla opuesta, tan vertebrada, tan masculina, tan diestra. Y no digo yo que esté mal cambiar las ideas, porque el inmovilismo puede idiotizar, pero las mudanzas abruptas, de chaqueta nueva a camisa vieja, suelen desprender el olor a alcanfor de lo cerrado y evocar épocas de sotanas resobadas.

Pero que nadie deduzca de esto que yo digo que el premio se le ha concedido a Sánchez Dragó por simpatías políticas antes que por calidad literaria. Al fin, tampoco son tantos los escritores que lo merecían (entiéndaseme la ironía). Además, hay que añadir que el laureado lleva tiempo viviendo en Castilfrío –y eso da puntos–, un pueblecito de Soria casi vacío, en una casona típica castellana, que ha reparado con paciencia y en cuyo jardín ha colocado dos cabezas enormes de Buda. Oriente y Occidente hermanados de tal guisa con la más profunda contradicción estética, igual que el escritor y el consejero han sabido conciliar sus contradicciones políticas.

No, yo no diré nunca que esté mal fallado el premio. Solo que la radicalización también ha anidado en la cultura. 

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