miércoles, 27 de mayo de 2020

EL VERDADERO PELIGRO (29 de abril de 2020)


El Diario Montañés, 29 de abril de 2020 ©Daniel Pedriza. DM

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, advirtió en su día sobre los peligros de jugar con el vocabulario: «El uso descuidado de la palabra pandemia no tiene ningún beneficio tangible, pero tiene un riesgo significativo en términos de amplificar el miedo y el estigma innecesarios e injustificados». Desde que lo dijo, en febrero, llovieron demasiados muertos, y ante el peligro de la realidad posterior hubo que confinar a la población para protegerla de un enemigo temible. Hete aquí que ahora, con la justificación de que con dicho encierro prolongado se perdía libertad de movimientos, algunos se han echado a la calle en nombre de la democracia, como otros se echaron al monte cuando la democracia faltaba. Y han aprovechado la pandemia para reivindicar un libre albedrío en el que no suelen creer.
Los sanitarios, que han sido los grandes paganos de la enfermedad, están con la mosca de las precauciones detrás de la oreja, porque hay quien parece haberle perdido el respeto al bicho a la hora de manifestarse. Ellos, que han vivido en primera línea las angustias de este asesino silencioso sin las armas suficientes para combatirlo con garantías, temen que tanta «protesta democrática» y desordenada produzca efectos negativos.
Unamuno se lamentaba por la «pobre España», cuando en 1936 sucumbía a manos de los «hunos» y los «hotros». Esta España nuestra de ahora comienza a parecerse en algunos aspectos a la de entonces. Ante el enemigo común no hemos sido capaces de formar un frente político fuerte y sin fisuras, y cada paso que hemos dado ha venido acompañado de negociaciones incoherentes, de críticas abusivas y de noes incomprensibles.
«Viva la muerte», le dijo Millán Astray a Unamuno. Ajenos al peligro del vocabulario, lo mismo parece que se defiende ahora con estas agitaciones.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, esto, cada vez de la asemejando a una partida, partida que tiene como fin el derrocamiento del Gobierno y un fin oculto que desprende hedor de alzamiento
    Miedo me da,uchos ya me llaman rojo de mierda,de ahí al monte la distancia es una valla o alambrada.
    Fuerza!

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