martes, 17 de agosto de 2021

EMBARCARSE PARA APRENDER (18 de agosto de 2021)

 

El Diario Montañés, 18 de julio de 2021

Ignacio Aldecoa se embarcó para escribir su novela ‘Gran Sol’ rumbo al caladero del mismo nombre, un lugar inconcreto que, parafraseando a Melville, «no está en ningún mapa, porque los lugares verdaderos nunca lo están». El novelista deseaba descubrir en su crudeza el trabajo de los hombres de la mar. Previamente, cual nuevo Ulises, hizo prometer a la tripulación que, aunque lo rogase encarecidamente, no le retornarían a puerto. Tras varias jornadas de mareos y vómitos, se aclimató y consiguió parecer un marinero más. Después de aquella aventura, que duró casi un mes, escribió una novela fascinante.
Nuestro consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente también ha querido compartir la experiencia –la costera del bocarte, mucho más modesta– con los trabajadores de la mar, y ha subido a bordo de un pesquero durante una noche, porque «se defiende más aquello que conoces y que aprecias». Una iniciativa que, si se contagia entre los demás consejeros, y la pandemia de empatía se expande, podría hacernos ver, pongamos por caso, a la consejera de Empleo visitando una cola del SEPE para conocer de primera mano los comentarios de los desempleados, o al de Sanidad armándose de un traje de protección para pasar una jornada en las UCI del Covid.
Si el titular de Cultura entrara en ese juego de empatía y me pidiese información sobre los caminos que transita el libro antes de llegar al punto de venta, se los mostraría, sí; pero le diría que la meta de todo buen lector no admite atajos, y tiene su punto de partida en la escuela, negociado que en Cantabria depende de la consejería de Educación. Esa consejería, apoyada por la de Cultura, debería ser la encargada de promover la pasión lectora. Solo necesitaría embarcarse en capitanear un plan lector coherente.

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