lunes, 6 de septiembre de 2021

LA FAMILIA Y LA ESCUELA (8 de septiembre de 2021)


 El Diario Montañés, 8 de septiembre de 2021

Comienza el curso escolar. Más que nunca deberíamos seguir enfocándolo hacia la formación integral de las personas, en esta época tan difícil. No creo que estemos superando la prueba, porque la crispación y la picaresca habitan entre nosotros. La escuela, que tan solo debería ser una extensión de las familias e ir con ellas al unísono, se acaba convirtiendo en la única moduladora de conductas. En ella cargamos la responsabilidad de la formación y la culpa de los fracasos.

Tengo el hábito de leer noticias insólitas para satisfacer mi capacidad de asombro, aunque también, todo hay que decirlo, para ver si alguna tiene cabida en este rincón. Esta semana he vislumbrado la posibilidad: «La secretaria del Juzgado de Paz de Santurtzi ha sido suspendida cinco años de empleo y sueldo por la celebración la pasada Nochevieja de un cotillón ilegal en la sala de vistas de la institución, y después del toque de queda. Entre los participantes identificados se encontraba una hija suya». No me dirán que no tiene gracia. Una fiesta ilegal, en un lugar oficial, con el acceso abierto por la llave que proporcionó esa madre irresponsable. Según leía la noticia –no sé por qué– vivieron a mi mente los chicos de Santa María de Cayón, esos que, reunidos en un local del que poco sabemos, vieron, tras escapar por los pelos, cómo se venía abajo todo el edificio, afortunadamente sin víctimas. Del siniestro avisaron a las cinco de la mañana. Entonces pensé en los padres. Y en la alcaldesa que, según se supo, les había dado la llave para que entrasen cuando quisieran.

Todo ello vino a reafirmar mi idea inicial: son las familias las que deben educar a las personas. La escuela, reforzar esa formación. Y san Pedro, cuidar de las llaves. Para repartir las culpas.

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