lunes, 5 de febrero de 2024

AL MODO DE CARMEN SEVILLA (7 de febrero de 2024)

 

El Diario Montañés, 7 de febrero de 2024

Los científicos llevan tiempo advirtiéndonos del cambio climático y explicándonos sus causas, pero aún mucha gente sigue aferrándose a razones supersticiosas. Desde que se tiene noticia, en nuestro país han existido las ‘rogativas propluvia’, rezos y procesiones para pedirle a los santos su intercesión para el regreso de la lluvia. En 1945, el fraile soriano Francisco Irañeta parecía conocer el origen de la pertinaz sequía, que atribuyó entonces «a la inobservancia de los días festivos, el horrendo pecado de la blasfemia y el pecado de la impureza».

Todavía en el siglo XXI los obispos continúan pidiéndonos que roguemos, aunque ahora sin culpabilizar a nadie de este estiaje perpetuo; el de Córdoba, muy pragmático, acaba de proclamar que «Dios sabrá cuándo y cómo nos la enviará [la lluvia], pero nosotros no dejemos de pedírsela». No sea que…

Entre la Ciencia y la Religión, Isabel Ayuso ha intercalado un tercer factor de juicio: la Filosofía. Pero no la orteguiana, a la que tanto gustaba recurrir el profesor Tierno Galván, sino la sevillana (de la escuela de Carmen Sevilla), que se basa en afirmaciones tan incongruentes como campechanas y tiene mucho calado popular, aunque en el caso de la madrileña, que no da puntada sin hilo, siempre realizadas con intereses políticos bien calculados. Ni pecados ni tonterías, dice, porque parece tener claro que las causas de la sequía son de otro origen: «Tras el cierre de las plazas de toros [en Cataluña] han llegado la sequía y el control político». Ole, ole y olé.

Como quiera que la Cantabria taurina y glamurosa ha congregado a 250 personas en el Palacio del Mar, me he tranquilizado. Con tal vocación torera regional, si es cierta la filosofía sevillana de Ayuso, la lluvia llegará para colmar el pantano del Ebro.

No puede ser de otra manera.

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