El Diario Montañés, 19 de noviembre de 2012
La
educación, la cultura y el deporte, tres facetas esenciales para el desarrollo
integral de la juventud, han quedado maltrechas en nuestra región con los
recortes presupuestarios previstos para 2013. Las matemáticas son diáfanas: los
presupuestos en educación han bajado un 7,2%, los de cultura un 32% y los de
deporte un 50% con respecto a los del año anterior, que tampoco eran como para
tirar cohetes. Dura realidad que marca la línea de un pensamiento político.
De
la educación y de la cultura espero hablar algún día con más tiempo. En cuanto
al deporte, no sólo se anula la creación de nuevas infraestructuras (¡ay, la
tan esperada piscina de 50 metros!), sino que se pone al borde de la
desaparición a más de un club deportivo por falta de ayudas. Cuando esto
suceda, desconozco a dónde llevará el consejero Serna los talentos deportivos
que descubra en esa peculiar cruzada de ojeo que quiere iniciar en los centros
educativos.
«Ya
no hay diversión si no salen por los bares. No se promueve el deporte ni otras
distracciones», acaba de declarar un conocido psicólogo clínico, quejándose de
los gustos de la juventud. Si los jóvenes que tienen actualmente entre
dieciséis y veinte años –hijos, educativamente hablando, de un pasado repartido
a partes iguales entre el «pepeísmo» de Aznar y el socialismo de Zapatero–,
educados en épocas de bonanza, han llegado a ser como son, imaginen lo que nos
puede deparar el futuro.
Se
me dirá que opinar es más sencillo que gobernar en este tiempo de carencias.
Por eso también quiero hacer una propuesta de ahorro al consejero responsable
de las tres áreas: Señor Serna, por mera justicia, elimine el 7,2%, el 32% y el
50%, respectivamente, del personal político de sus direcciones generales. O,
mejor, suprima las direcciones directamente. Cualquier funcionario podrá
gestionarlas con menor sueldo, sin la paga de Navidad y sin la angustia de
tener que posar en las fotos con una sonrisa forzada.
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