miércoles, 5 de junio de 2013

MENOSPRECIO DE LO AUTÓCTONO (5 de junio de 2013)


El Diario Montañés, 5 de junio de 2013

El artículo 30 del Estatuto de Autonomía de Cantabria dice que «corresponde a la Comunidad de Cantabria, sin perjuicio de la obligación general del Estado, la defensa y protección de los valores culturales del pueblo cántabro».
Qué mal suena este artículo. Qué poco moderno. Qué de andar por casa. ¿Cuáles son los valores culturales del pueblo cántabro? ¿Tocar la pandereta?, ¿los juegos autóctonos, cantar las marzas en el Parlamento, la mitología, las boñigadas de Revilla…? Seamos serios, señores. En pleno siglo XXI esas tradiciones no tienen sentido. Representan un retroceso en esta aldea de espectáculos globales, de alimentaciones globales, de gustos globales, de Disneys y Terras Míticas, de cine americano, de burguers y de grandes superficies.
¿Qué razón tiene hoy, por ejemplo, subvencionar el día infantil de Cantabria? Han tenido que pasar treinta y seis ediciones para que alguien, con mucho sentido común, se diera cuenta de que es un acontecimiento irrelevante y prescindible. Cómo vas a comparar los resultados económicos que obtienen las celebraciones –ésas sí, subvencionadas– de ferias de abril, de mercados romanos o medievales, de mercados goyescos, con la poca recaudación que alcanza lo nuestro, visto ya hasta la saciedad. No hay color. Lo nuestro no es elegante, y sólo lo quieren mantener ideologías retrógradas que colocan lo identitario por sobre todas las cosas, y además, ¡le manda narices!, pretenden que se financie con fondos públicos. ¿En qué pensaba don Marcelino cuando le dijo a Pereda aquello de «hazte más local para ser más universal»? Así le fue, que hoy no lo lee nadie. A Pereda, digo.
Eliminemos de una vez ese artículo del Estatuto, que obliga por ley a defender y proteger unos valores culturales trasnochados. Y así no forzaremos –en el día glorioso de su nombramiento– al consejero de turno a jurar ante el crucifijo y la ‘Biblia’ algo que luego no va a cumplir. Por el bien de todos, por la salud de sus conciencias, quitémosles esa carga innecesaria.

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