El Diario Montañés, 14 de octubre de 2015
Necesitábamos
como el comer este puente para sacudirnos el estrés. El día a día, con su actividad
frenética, nos mantiene con un nivel de tensión que precisa de estos descansos programados para
que la salud siga aguantando. Porque no es saludable que se rompa la cuerda que
nos mantiene cuerdos, como al parecer le ocurrió a nuestro paisano, ése que rotuló
en la catedral de León una frase vitoreando a las putas vírgenes y a las
vírgenes putas.
Y es que hay que
tener mucho control para no estresarse cuando la vida te pone en situaciones difíciles.
Porque está demostrado que hasta los tiburones se ponen nerviosos. La musola
que nació en septiembre en el acuario del Museo Marítimo todavía no se ha
podido juntar con su madre porque está estresada. Y Rodrigo Rato, el escualo
económico blanco que desde Bankia devoró un banco de miles de pequeños
ahorradores y tiene un futuro tan negro como su dinero, también está nervioso
porque siente que el arpón de la justicia le ha clavado y no tiene muchas posibilidades
de escapatoria. Su estrés es muy comprensible.
Y no le anda muy
lejos en esto de los nervios Eva Díaz Tezanos, en su caso porque no para. Primero
cuando tuvo que rectificar a Pedro Sánchez, que había dicho que si llegaba a
presidente traería el AVE a Santander capital (expresión típica de quien no
distingue bien que Santander ya no es provincia). Y ahora, según parece,
tampoco va a tener muchas oportunidades de descansar porque el PRC le está
regalando el poder que las urnas le negó, y va a representar a Cantabria en el
Comité Europeo de las Regiones. Que no es moco de pavo.
Por eso un
puente nos viene muy bien a todos. Aunque los que viven los lunes al sol, que
tienen puente perpetuo, temen que el gobierno les cobre pronto el
aprovechamiento de ese recurso energético, conscientes como son de que los
ministros del ramo antes de enchufarse en el retiro dorado de una empresa
eléctrica pueden hacernos pagar el peaje como favor anticipado.
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