El Diario Montañés, 18 de octubre de 2017
Estoy
llegando a una edad en la que me siento incapaz de medir lo intangible, ni
siquiera a ojo de buen cubero. Debe de ser por eso que algunos llaman vejez
digital y otros analfabetismo tecnológico. O acaso porque, viniendo como vengo
del mundo del papel, en lo de las nuevas tecnologías practico la desconfianza
de santo Tomás, que quiso meter la mano en las llagas de Jesús cuando le
dijeron que había resucitado, o la de aquel positivista inglés, que cuando un
amigo le comentó que habían pintado los autobuses urbanos de amarillo le
contestó que tal afirmación sólo era indiscutible en los que ellos veían y por
el lado que alcanzaban a ver.
Viene
esto a colación de los ocho tuits de Enrique Iglesias «y un montón de acciones»
más, desconocidas cuando esto escribo, que publicó en las redes sociales
después del fiasco de su concierto en Santander. Resulta que le pagaron por
ellos ciento quince mil euros y, aunque la oposición considera que es mucho
dinero, los responsables de la Sociedad Año Jubilar estiman que promocionalmente
esos escritos que salieron de los pulgares del artista valían mucho más, y que
sólo los necios pueden criticar tal gasto, porque no distinguen entre el valor
y el precio. Les ha faltado añadir que son los seguidores del cantante, que se
cuentan por millones, los que desde entonces han puesto a Cantabria en su punto
de mira y la tienen con una ocupación turística casi total.
De
ser cierto tal impacto mediático, la Sociedad Año Jubilar está cometiendo una
flagrante injusticia con Revilla. Lo tienen por los estudios televisivos
hablando maravillas de Cantabria y de todo lo cántabro, a cambio de nada, sin
un sueldo, aunque fuera de becario. Está claro que en su caso la confianza da
asco. Porque nuestro presidente, a poco rigurosos que seamos en el análisis, es
quien está salvando la imagen de un año jubilar lebaniego que no tuvo ningún
eco en los ocho tuits de Iglesias. Y sólo él está poniendo el alma que para tal
efeméride ha reclamado esta semana Javier López Marcano.
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