miércoles, 5 de diciembre de 2018

LUCES, SOMBRAS Y UN FAROL (5 de diciembre de 2018)


El Diario Montañés, 5 de diciembre de 2018

Se ha encendido el alumbrado navideño para traer la luz del consumo a nuestras vidas. Nada sería igual en estas fechas sin la luminosidad de una fiesta que celebra –gran contradicción– el nacimiento de un niño humilde en un establo oscuro y frío. Muestra palmaria de que el marketing comercial ha apagado la llama primigenia. 
A mí el movimiento del interruptor me ha pillado en la capital del reino, experimentando un «Madrid Central» que no ha sido recibido por todos de la misma manera, porque en nuestro país se suele prejuzgar desde la ideología antes que desde la razón (sabemos por Machado que, de diez cabezas, nueve embisten y una piensa). El centro de la ciudad se liberó de coches, y las calles se llenaron hasta tal punto de gentes que en las principales arterias la guardia urbana se vio obligada a marcar el sentido de la circulación peatonal poniendo unas de ida y otras de vuelta. Algo sorprendente.
Las sombras, sin embargo, continúan en las autovías desde que Pepiño Blanco, aquel bachiller que alcanzó altos vuelos políticos, le negara la luz a España y el AVE a Cantabria. Luego se marchó a Europa por la puerta luminosa de un retiro dorado. Hay gentes que pasan fugaces por la vida política de un país dejando tras de sí una huella indeleble. Pablo Zuloaga acaba de correr un tupido velo sobre aquel asunto del tren que, «aunque es importante, no es la gran demanda para Cantabria». Un razonamiento lógico porque casi estamos en campaña electoral. De ahí que se marcara un farol cuando habló de que va a tener los mejores resultados en las urnas, porque Cantabria ha mejorado mucho, sobre todo «en las áreas de gestión que han asumido los socialistas». La oscuridad o el deslumbramiento no le dejaron discernir con claridad, porque es en esas áreas, precisamente, donde se han producido los únicos problemas que ha tenido el bipartito en la legislatura. Si sus datos son tan poco fiables como los que manejaban sus compañeros andaluces, mal le va a ir a su partido... y a la democracia.

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