El Diario Montañés, 12 de diciembre de 2018
La ciencia ficción imaginó el
futuro con medios de transporte que surcaban las ciudades por el aire, pero la
realidad es más pedestre, y el futuro, ya presente, nos ha llevado al uso del
patinete. Quienes fuimos niños hace más de cincuenta años recordamos los
primitivos de estructura de madera, con tres ruedines y rodamientos de acero
que había que tener bien engrasados porque se impulsaban con la fuerza motora
del pie. Con ellos hicimos nuestros primeros pinitos. Los de ahora son
eléctricos y alcanzan tal velocidad que resulta necesario legislar su uso cuanto
antes para que no suceda lo que sucedió en Esplugues de Llobregat en agosto, cuando
una señora nonagenaria murió tras ser atropellada por un usuario de tal
artefacto. Precisamente son Madrid y Barcelona las ciudades donde más abundan.
Todos recordamos a Piqué llegando a entrenar en un patinete, porque le habían retirado
el carnet de conducir tras repetidas infracciones circulatorias. Y por falta de
carnets es posible que se imponga su uso en otras ciudades, si se alarga la
huelga de los examinadores de tráfico y cientos de examinandos se quedan también
sin permiso para circular, aun sin haber perdido ningún punto.
El ciudadano –que en la referencia genérica
siempre será «de a pie», aunque transite en bus, coche o patinete– sigue pendiente
de las pequeñas rencillas de la política local, porque ni el espíritu navideño
ha traído la tregua. Francisco Martín, consejero de Industria y Turismo, declaraba
a este periódico que hay francotiradores en Medio Ambiente que disparan contra los
proyectos regionalistas. Es fuego amigo, si es que se pueden considerar amigos sus
socios de gobierno, que también son dados a incendiar la paz en otras
consejerías. Ahora, peligra el pacto de los presupuestos porque en la partida
de tute político le piden a Revilla que se desprenda de la carta de Sota.
Mientras, Zuloaga parece mirar hacia otro lado porque el futuro de su partido le
sigue pareciendo «una pendiente que al patín invita». Nada que objetar; es un
optimista y ejerce como tal. Esperemos que, en caso de ser necesario, le
funcionen los frenos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUna precisión sin importancia. Piqué acude al entrenamiento en bici eléctrica, no en monopatín. Quien se pasea repetidamente por Barcelona en el artilugio objeto de su comentario es Ter Stegen.
ResponderEliminarTienes razón. Muchas gracias por la precisión.
Eliminar