El Diario Montañés, 19 de abril de 2019
Esta
semana se ha conseguido fotografiar un agujero negro, con lo que se confirman
las hipótesis que Einstein y Hawking, entre otros, habían anticipado con sus
cálculos físicos para intentar explicarse y explicarnos cómo funciona el universo.
Hay quienes piensan que con tal prueba documental se ha matado definitivamente a
Dios, pero el debate –en el que nunca nos íbamos a poner de acuerdo– se lo ha
tragado el agujero, y nosotros nos hemos conformado con admirar el anaranjado
anillo de su circunferencia externa. Además, satisfechos con el descubrimiento,
hemos multiplicado por millones la foto en las redes sociales hasta convertirla
en tema del momento (lo que los modernos analfabetoparlantes llaman ‘trending
topic’).
Ahora
llega Semana Santa, tiempo de celebración de la pasión, muerte y resurrección
del Jesús de los cristianos, hecho inexplicable desde la Ciencia, pero irrebatible
desde la fe. El propio Hawking decía que todos somos libres de creer en lo que
queremos. Y en esa libertad, en esa grandeza de aceptar el pensamiento del
otro, se basa nuestra civilización occidental, por más que siempre haya algún
pastor eclesiástico que, no conforme con adoctrinar a sus feligreses, pretenda imponer
el dogma más allá de su rebaño. En ese sentido estamos viviendo tiempos delicados,
porque algunos partidos políticos no le hacen ascos a subirse al carro de ese
pensamiento y pretenden legislar para todos desde sus posiciones ideológicas.
Temas como la eutanasia, por ejemplo, deberían abordarse con perspectiva humana
y humanista, no religiosa, que suele ser antagónica la mayor parte de las veces.
Ojalá
que nuestra sociedad siga dando muestras de madurez frente a quienes pueden
devolvernos al pasado por los agujeros de gusano. Algunos lo intentan desde la
falsa progresía censurando en las escuelas los cuentos de ‘Caperucita roja’,
por sexistas; otros, desde la beligerancia involutiva, no quieren llamar ‘roja’
a la selección porque «elimina lo nacional». ¡Menudo panorama con lo rojo!
De
momento, con el tiempo de ocio que tenemos por delante, creyentes y no
creyentes, rojos, naranjas, azules y morados nos juntaremos en las calles como
si tal cosa. Como debe ser. Ya hablarán los votos.
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