miércoles, 5 de agosto de 2020

CUESTIÓN DE IMAGEN (5 de agosto de 2020)



El Diario Montañés, 5 de agosto de 2020

Es difícil escribir en este agosto atípico, sin la cantidad tan deseada de turistas y con el virus aumentando su presencia por cada esquina. Terminó un mes de julio en el que hemos intentado vivir con normalidad, aunque sin saber comportarnos del todo como personas normales. La cultura sí demostró que sabe cuidarse cuando la ayudan. En Cantabria pocos lugares ha habido tan seguros como el espacio de la plaza de Correos, donde el mundo del libro supo parapetarse con alfombras higiénicas, cámaras de seguridad e hidroalcohol. Allí llegó Revilla, huérfano esta vez de otras ferias que le molan más, agarrándose al clavo ardiendo de la de Santander, por la que nunca antes, creo, había aparecido, aun sabiendo que es profeta en su tierra. Y vino con Okuda, días antes de la operación de blanqueo que luego realizaron algunos ante una iniciativa artística que puede acabar con el blanco del faro; le han querido poner así el «colorín, colorado» a esta controvertida historia. Adelante, pues, con los colorines que atraerán turistas a ese lugar que representa como ninguno «el marco incomparable» de nuestra región infinita.

Se lleva el blanqueo. Acaso por ello la reina Leticia viste de Zara en sus visitas por el territorio patrio junto a Felipe VI. Además, exigen por protocolo que ninguno de los acompañantes lleve corbata y que aflojen algún botón del cuello de la camisa, blanca y remangada a poder ser. Así que tanto ellos, los reyes, como el grupo que pulula en su torno llenarían de «orgullo y satisfacción» al mismísimo Alfonso Guerra, reivindicador como ninguno de los «descamisados», muestra real de que el poder en la democracia lo ostenta el pueblo llano.

«Aunque la mona se vista de nada, tú siempre nunca», farfulló un borracho que casualmente pasaba por allí. Todos lo entendieron.

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