martes, 17 de noviembre de 2020

NOVIEMBRE SOMBRÍO (18 de noviembre de 2020)

 

El Diario Montañés, 18 de noviembre de 2020

Noviembre tiene connotaciones de tristeza. Comienza con el recuerdo de los muertos y suele continuar con días grises que acortan sus horas de luz. «Cuando un noviembre húmedo y lluvioso invade mi alma, siento que debo hacerme a la mar», dice Ismael en ‘Moby Dick’. También Lorca utiliza en el ‘Romancero gitano’ la imagen de este mes sombrío para ocultar la tenencia de alcohol ante el acoso de la guardia civil: «Y el coñac de las botellas / se disfrazó de noviembre / para no infundir sospechas».

El mes está siendo cálido, con días de sur suave que arranca las hojas perezosas y doradas de los árboles. Pero también está arrancado vidas –doradas, y no tanto– en un insoportable goteo diario con el avance del covid. Nadie quiere sentirse culpable de tanta muerte, pero progresa el desgaste. Fernando Simón, hasta ahora cauto y sereno, ha puesto de uñas al colegio de médicos de España. Quiso engrandecer a los profesionales sanitarios, pero dejó entrever que son mejores ahora que en la primera ola, porque, además de aprender a combatirla, «evitan contagiarse fuera de su trabajo». Lo mismo manifestó en su día nuestro consejero de Sanidad, que culpaba a los sanitarios más jóvenes –quiénes, si no ellos, son la primera fuerza de choque en los servicios de urgencias– de contagiarse en salidas con los amigos.

Por la boca muere el pez, y algunos responsables peligran con estas afirmaciones. Miguel Rodríguez, el antedicho consejero, declara que no hay desabastecimiento de vacunas para la gripe, solo «un descuadre» en la programación de las citas. La culpa no es suya, sino de quienes no han sabido cuadrar las cosas. Aunque todavía, desde su competencia, no tenga las vacunas para el personal sanitario, que es el que cuida de todos nosotros.

Noviembre de balones fuera. Sombrío.

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