martes, 6 de diciembre de 2022

LA COLUMNA DE MARIANO (7 de diciembre de 2022)

 

El Diario Montañés, 7 de diciembre de 2022

Ser columnista aporta notoriedad y riesgo. Si en los escritos solo se abordan temas literarios, se corre el peligro de saturar al lector, pues literatura y ‘literahartura’ se diferencian en una vocal repetida y dos consonantes añadidas. Los de opinión política no le van a la zaga: si identifican tu pensamiento, se agrada a unos, pero se incomoda a quienes tienen ideología diferente, que además suelen ser aguerridos opinantes en las redes del anonimato.

Manuel Alcántara, maestro de columnistas, decía que tras cumplir con lo que obliga la profesión del ser humano, al final de la fatiga enseñaba a andar palabras de la mano. Y esa, entiendo, es tarea principal del escritor, armonizar palabras para que se refuercen en la belleza conjunta, algo que, según diría Rajoy, «no es cosa menor. Dicho de otra manera: es cosa mayor».

Traigo a colación al expresidente porque ahora tiene una columna deportiva en ‘El Debate’, en la que escribe el día después de los partidos de la selección española de fútbol en el mundial de Qatar, y lo hace como habla, con frases ‘rajoyanas’, de las que ya permanecen para siempre circulando por las redes: «hace unos días dije que Alemania es Alemania y creo que Alemania me ha dado la razón», «hay que pensar que si el balón está en el área del otro no te van a meter un gol», «de momento estamos en octavos de final y conviene saber en dónde estamos exactamente». No resulta extraño que se esté pidiendo que esas columnas sean encuadernadas, porque «solo entonces el ser humano compensará culturalmente la destrucción de la Biblioteca de Alejandría». 

Gregorio Marañón –que era prudente– decía que para esconder sus carencias conversaba de medicina con sus amigos filósofos y de filosofía con sus colegas médicos. Mariano no tiene tal prevención.

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