martes, 7 de abril de 2015

BUENO PARA TODOS (8 de abril de 2015)


El Diario Montañés, 8 de abril de 2015

Se quejaba Revilla antaño de que por estas fechas los hombres del tiempo se equivocaban en los augurios que hacían para Cantabria y ahuyentaban el turismo. Este año, coincidiendo con el incipiente despegue macroeconómico, las buenas previsiones han acertado de lleno y se han batido todos los récords –siempre que la comparativa no se amplíe mucho en el tiempo, porque en esto del turismo, a día de hoy y por las cicatrices abiertas de la crisis, cualquier resultado del pasado parece mejor–. Lo cierto es que las carreteras se colapsaron, que Cabárceno tuvo que poner el cartel de aforo completo, que hubo buena ocupación en Fuente Dé, Alto Campoo, Museo Marítimo, en los campos de golf, y en muchos pueblos y ciudades de nuestra región. (No hay datos de El Soplao, apuesta personal de Marcano, ¡vade retro! Mejor no nombrar la bicha).
Ahora que ha pasado todo, corresponde hacer un balance positivo. Me lo explicaba un amigo que entiende mucho de economía de andar por casa: «Si la gente ha viajado, si los hoteles y las casas rurales han estado ocupados, entonces las gasolineras han vendido más gasolina, los carniceros más carne para los menús, los pescaderos más pescado, los fruteros más fruta...  Y si además ha tocado la lotería en Santander, pues miel sobre hojuelas, porque al ‘gasolinero’, al carnicero, al pescadero, al frutero o a alguno de los afortunados en el sorteo, con más dinero en los bolsillos, a lo mejor les da por comprar libros, que es la base de tu negocio. Que el dinero circule es bueno para todos. Así que déjate de pesimismo y comenta esta realidad en tu artículo semanal».
En un ataque de optimismo, le prometí hacerlo. Cómo me iba a negar si esta Semana Santa nos ha salido tan redonda que hasta Raúl Calvo, el Cristo de Castro –vi las fotos en la edición digital de este periódico–, después de ser golpeado, crucificado, muerto y sepultado, resucitó y fue atendido por la DYA de imperceptibles secuelas.
Pedir más sería codicia.

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